14/6/07

Cuentos para lectores cómplices


Antonio Pereira.
Cuentos para lectores cómplices.
Introducción de Ricardo Gullón.
Espasa-Calpe. Madrid, 2007.

Reedición en Austral de Cuentos para lectores cómplices, con un excelente e iluminador prólogo de Ricardo Gullón y una nota del autor de otoño de 2006, en la que da una visión general de los libros aquí recogidos y avisa de que es una versión revisada.

Precedidos de una introducción ya clásica de Ricardo Gullón, se reúnen en un tomo algunas de las mejores narraciones cortas de Antonio Pereira. Dos libros completos, Los brazos de la i griega y El ingeniero Balboa y otras historias civiles, y algunos relatos procedentes de otras colecciones, contiene este volumen reunidor, en palabras del maestro Pereira.

Los veinte cuentos que lo integran dan cuenta de la altura narrativa, la variedad temática y la riqueza técnica de un autor experto en sutileza e ironía, en un esperpentismo suave, sin desgarro ni alejamiento, que provoca -como en Las peras de Dios- la complicidad de los lectores invocados en un título que reúne algunas obras maestras que nada tienen de pequeñas.

El ingeniero Balboa o El pozo encerrado son sin duda algunos de esos textos imprescindibles e inolvidables. Cuentos en los que la realidad y la imaginación convergen en una técnica que Antonio Pereira maneja como pocos: la que le permite contar lo irreal de forma verosímil para hacer creíble lo increíble, y presentar lo real con un toque de fantasía que lo eleva un palmo o dos por encima de su altura diaria.

Para lectores cómplices, guiña Pereira en el título. Y ningún relato como Las erotecas infinitas para provocar esa complicidad. Quizá sea el relato el que más riesgos técnicos ha asumido su autor. En el filo de la navaja lo sitúa Gullón en el prólogo. Su resultado es irreprochable y pasmoso.


Santos Domínguez