Marion Copeland.
Cucaracha.
Traducción de Xavier Zambrano.
Melusina. Serie Animal. Barcelona, 2007.
Estuvieron esperando su minuto de gloria durante 300 años en los que fueron ignoradas por la poesía, despreciadas por la mitología o evitadas por la pintura. Kafka les regaló la forma alegórica y siniestra de una pesadilla a la que llamó Gregor Samsa.
Esa es su encarnación más conocida, la menos anónima, pero hay otras. La revolución mexicana las elevó a la categoría de himno, con la letra deplorable que se supone como atributo de ese tipo de canciones gregarias.
Cuando aparecieron los dinosaurios sobre la tierra, estas criaturas tenían 55 millones de años de antigüedad. Son una historia natural de la persistencia, de la resistencia, de la insistencia; la metáfora de la suciedad y de las plagas; una exquisitez gastronómica en culturas lejanas; un fósil viviente con virtudes curativas; un reto imbatible que derrota al tiempo.
Hay una era paleontológica que se llama Era de las cucarachas. Fue en el carbonífero y conoció más de ochocientas variedades de estos animalitos.
Parece evidente que, junto con las erratas, son los mutantes más resistentes y prevalecerán a la destrucción nuclear. Parece evidente que cualquier era es la de las cucarachas, esos vecinos, aunque silenciosos, molestos.
En su por muchos conceptos espectacular Serie Animal, Melusina publica Cucaracha, un llamativo libro de Marion Copeland, profesora de Filología inglesa en Massachusetts. Un libro de los prodigios, más divertido que su objeto de estudio.
Esa es su encarnación más conocida, la menos anónima, pero hay otras. La revolución mexicana las elevó a la categoría de himno, con la letra deplorable que se supone como atributo de ese tipo de canciones gregarias.
Cuando aparecieron los dinosaurios sobre la tierra, estas criaturas tenían 55 millones de años de antigüedad. Son una historia natural de la persistencia, de la resistencia, de la insistencia; la metáfora de la suciedad y de las plagas; una exquisitez gastronómica en culturas lejanas; un fósil viviente con virtudes curativas; un reto imbatible que derrota al tiempo.
Hay una era paleontológica que se llama Era de las cucarachas. Fue en el carbonífero y conoció más de ochocientas variedades de estos animalitos.
Parece evidente que, junto con las erratas, son los mutantes más resistentes y prevalecerán a la destrucción nuclear. Parece evidente que cualquier era es la de las cucarachas, esos vecinos, aunque silenciosos, molestos.
En su por muchos conceptos espectacular Serie Animal, Melusina publica Cucaracha, un llamativo libro de Marion Copeland, profesora de Filología inglesa en Massachusetts. Un libro de los prodigios, más divertido que su objeto de estudio.
Santos Domínguez