Winifred Holtby.
Virginia Woolf.
Memoria crítica.
Traducción de Carlos Manzano.
Hermida Editores. Madrid, 2019.
“Burra amable”, “asna entusiasta”, “pobre y embobada” que “aprendió a leer mientras se ocupaba de los cerdos”, “escritora de organillo”, “una ventrílocua, no una creadora”...
Con lindezas como esas, tomadas de su diario y de las cartas a sus amigos, se refería Virginia Woolf a Winifred Holtby, autora del primer estudio crítico sobre la novelista y su obra.
Lo empezó a escribir en la primavera de 1931 para abordar la biografía de Virginia Woolf y hacer un recorrido por su obra publicada hasta entonces, hasta Las olas.
“Las olas... ¿y después?” es precisamente el título del último capítulo de esta obra entusiasta y admirativa pero de una incuestionable sutileza crítica que constituye no sólo una estupenda aproximación de primera hora a la figura de Virginia Woolf, sino una apreciable guía de lectura para entrar en su obra.
Este Virginia Woolf. Memoria crítica, que se publicó en 1932, permanecía inédito en español, lo publica Hermida Editores con traducción de Carlos Manzano y un esclarecedor prefacio que hace una brillante lectura de este ensayo que estudia los aspectos biográficos y las concepciones artísticas que se desprenden de los ensayos y de la narrativa de Virginia Woolf.
Estos son algunos de los aspectos que son objeto de su atención: la técnica cinematográfica de El cuarto de Jacob y la mezcla de crítica negativa y elogio en su análisis pormenorizado: “Ahora que podemos situarlo junto a la obra posterior de la Sra. Woolf, junto a La señora Dalloway, Al faro y Las olas, sabemos que no era lo mejor que podía hacer.”
O la línea experimental de La señora Dalloway, “la complejidad sutil de su orquestación”, su compleja arquitectura y su tratamiento del tiempo, su relación y sus diferencias con Al faro, su común temática de fondo, que Winifred Holtby resume así:
El tema de La señora Dalloway y el de Al faro son en gran medida los mismos que los de La travesía y El cuarto de Jacob. ¿Qué es la vida? ¿Qué es lo permanente, tangible, que queda cuando se han calmado la corriente y la agitación del tiempo?
El feminismo fantástico de Orlando, con su rompecabezas central, y la alegría de la escritura en Una habitación propia, “dos libros desconcertantes”, señala la ensayista; la poesía de Las olas y su vinculación con el resto de la narrativa de Virginia Woolf “en esa extraña unidad que es la mentalidad del artista” se estudian también en estas páginas que son el resultado de una explosiva mezcla de admiración y perplejidad, de desorientación crítica y lucidez lectora, de intuiciones iluminadoras y apasionamiento literario.
Winifred Holtby las escribió para despejar sus propias confusiones, pero -como señala el prefacio de esta edición- “sigue siendo una obra valiente y válida, precursora honorable de los innumerables estudios críticos sobre Woolf que se han sucedido desde 1932. No todo ha sido tan ecuánime, meditado y atinado ni tan audaz para el elogio o la condena. Llega hasta el fondo de la ‘confusión’ de Virginia Woolf sobre el objeto del arte.”
Se trata de un trabajo pionero y meticuloso sobre el que afirma la autora en la Nota inicial que puso al frente de la primera edición, con una chocante suma de modestia e ironía:
Me gustaría que quedara claro que no soy un especialista [...] Pero respecto de los datos mismos, y más aún las deducciones que he obtenido de ellos, sólo yo soy responsable. La Sra. Woolf no ha leído el manuscrito ni ha autorizado afirmación alguna de las que en él figuran. Su único ruego fue el de que tratara su obra con la sinceridad e imparcialidad aplicadas por los críticos a los escritos de los fallecidos. Sí, al procurar cumplir con su encargo, he interpretado erróneamente su intención con demasiada frecuencia o demasiado inadecuadamente, me consuelo al saber que la autora sigue contando con los remedios de los vivos y puede defenderse.
Virginia Woolf lo acogió con desprecio e hipocresía. Esa fue su forma de defenderse
Santos Domínguez