24/5/19

Ada Salas. Descendimiento

Ada Salas. 
Descendimiento
Pre-Textos. Valencia, 2019.

El tiempo es la raíz
del sufrimiento. 
Y es amarga y largo 
su sabor. Y siempre sobrevive a 
lo que se va. Una lámina 
roja un resto 
que hace lija la lengua. 
Y ahora preguntamos 
quién 
nos hizo personajes de este drama. Un poco 
de piedad. El canto de algún mirlo el sol 
de Galilea.

Con ese poema cierra Ada Salas su Descendimiento, que publica Pre-Textos.

Con el fondo iconográfico de la tabla flamenca de Rogier van der Weiden que se conserva en el Museo del Prado, Descendimiento es un espléndido conjunto en el que conviven la pintura, la poesía y la música.

Más allá del impulso descriptivo de la intensa écfrasis que constituye la primera parte y de la construcción musical de su segunda parte, un espléndido oratorio barroco que sigue el modelo de las cantatas de Bach y de la música coral de Haendel, Descendimiento convoca música, palabra e imagen para vestir un luto emocional, para llorar la pérdida y enterrar un cadáver: 

Ser yo ese cadáver.

Un descendimiento que acaba siendo un descenso personal y proyectando sus emociones en la tabla y en sus personajes dolientes y ensimismados: Nicodemo, la Virgen, María Magdalena, Jesús, José de Arimatea, María Salomé y María Cleofás.

Porque el cuadro es aquí motor y espejo, proyección sentimental e interlocución en los versos afligidos y aflictivos que construyen una poesía reflexiva y visionaria, un poema coral en el que hablan los personajes del cuadro y reflejan el desgarro existencial que está en la raíz de este libro:

Lo que pintó Van der Weyden 
es 
la verdad de la muerte. 
Y no el lamento. El acto. El acto 
de morir 
el acto 
de sufrir


Santos Domínguez