Olvido García Valdés.
Esa polilla que delante de mí revolotea.
Poesía completa (1982-2008).
Prólogo de Eduardo Milán.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.
Esa polilla que delante de mí revolotea.
Poesía completa (1982-2008).
Prólogo de Eduardo Milán.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.
Impresión, diálogo y huella: experiencia y memoria de la experiencia: sentir saber.
Esas palabras, que forman parte de uno de los textos de teoría poética recogidos en Esa polilla que delante de mí revolotea, resumen para Olvido García Valdés la materia y el alcance de su poesía. Poesía del conocimiento a través del doble filtro de la palabra y la memoria, que reconstruyen la experiencia (El poema es siempre retrospectivo) y hacen de la escritura una experiencia más alta o más intensa, una entrada en la oscuridad del bosque, la caza nocturna en un lugar extranjero que es la creación poética.
En este volumen, prologado por Eduardo Milán y editado en Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, se recogen cinco libros de poesía de Olvido García Valdés, desde La caída de Ícaro -fusión reelaborada de los dos primeros que publicó- a Y todos estábamos vivos, pasando por Ella, los pájaros, Caza nocturna y Del ojo al hueso.
De un poema de Caza nocturna proceden los versos que se han elegido como título del volumen (Es por esta/ irrealidad, esa polilla/que delante de mí revolotea). Es ese un significativo poema en el que la mirada de la poeta se posa en la incertidumbre y en la temporalidad, dos claves de su obra, que se completa en esta edición con once poemas inéditos escritos en este último año y medio y un apéndice, De la escritura, con cinco textos de reflexiones teóricas y notas de poética.
Desde la conciencia del tiempo y la experiencia de fugacidad que atraviesa toda su obra, Olvido García Valdés remonta su mirada -más metonímica que metafórica- desde lo concreto a lo abstracto, desde la sensorialidad de la contemplación de la naturaleza a la elaboración del pensamiento y la poesía, desde la experiencia plástica de la pintura a la indagación verbal. Y todo ello a través de la palabra y la imagen que construyen así una nueva experiencia de lenguaje y de conocimiento, de descubrimiento en la oscuridad.
Es esta una poesía del conocimiento, sí, pero de un pensamiento construido con un lenguaje que no es el de la lógica o la filosofía, sino un instrumento de exploración en lo hondo o en lo oscuro, una vía hacia la revelación de otra realidad, hacia la alucinación en la que se funden lo real y lo irreal, el sueño y la vigilia, el pájaro y el árbol.
En el último texto de la sección De la escritura escribe Olvido García Valdés: En los bosques moramos. Es decir, en la intemperie de las sensaciones de las que surge esta poesía, honda y alta y finalmente luminosa tras las aproximaciones y los tanteos en la penumbra, tras el buceo en lo subterráneo antes de la subida hacia la luz y el aire.
Una poesía que se sustenta en su mirada a lo plástico, en el diálogo con la pintura y la naturaleza y en una práctica constante de la yuxtaposición como método, como el tropo del cine y de la vida.
Una poesía que
Es del reino del ala, de lo que eleva
y cae, de lo que horada
agua o tierra en su caída.
Una poesía que
Es del reino del ala, de lo que eleva
y cae, de lo que horada
agua o tierra en su caída.
Santos Domínguez