26/9/07

Cuentos que acaban mal


Géza Csáth.
Cuentos que acaban mal.
Narrativas El Nadir.
Valencia, 2007.


Morfinómano y psiquiatra, uxoricida un momento antes del suicidio, el húngaro József Brenner (1887–1919), que firmaba con el seudónimo Géza Csáth, proyectó sus impulsos literarios y sus convicciones freudianas en la narrativa, la poesía o el teatro, pero fue en el terreno minado del relato corto donde dio la medida de su talento incisivo y las señas inquietantes de su malditismo y su nihilismo moral.

La editorial El Nadir publica por primera vez en español una selección significativa de su mundo narrativo en el volumen Cuentos que acaban mal, con dieciocho relatos de una concentrada intensidad.

Oculto por su doble condición de autor maldito y periférico, de escritor en una lengua difícil, esta primera traducción de sus narraciones es una inmejorable ocasión de descubrir un mundo inquietante y opaco como pocos.

Estos dieciocho relatos son una indagación literaria en el mal, una bajada a los abismos del inconsciente destructivo y perverso, unos cuentos crueles, de contundencia ácida que exploran sin contemplaciones el fondo secreto de los personajes y sus conciencias.

Pródigos en descripciones, en el humor negro y en la mirada introspectiva, la preferencia de Csáth por el narrador-personaje (testigo o protagonista) dota a estos relatos de una fuerza inusual. La verosimilitud que da ese recurso hace creíble la maldad sin límite ni finalidad que recorre estos textos, con el telón de fondo de un mundo en blanco y negro, afilado y tortuoso como los decorados del expresionismo alemán.

Decir de ellos que son cuentos de misterio o de terror sería rebajar los grados de su intensidad y simplificar la complejidad y la hondura de una mirada que está en el límite de lo soportable.

La dificultad de la traducción la ha tenido que salvar un trabajo en equipo en el que la traductora Bernadette Borosi ha contado con la ayuda de Marga Valdeolmillos, que ha revisado el texto y ha procurado mantener la tonalidad estilística de Csáth.

La labor ha dado su fruto en una edición muy cuidada y en una traducción más que meritoria de estos cuentos que acaban mal, como el propio autor, que en Opio, uno de los mejores textos del libro, explica su actitud inconformista ante la vida con esta frase que vale como resumen de su mundo:

Quien se conforma, se resigna a morir antes de haber nacido.

Aunque, pensándolo bien, ¿quién no acaba mal?

Santos Domínguez