21/7/06

Toda la noche oyeron pasar pájaros


José Manuel Caballero Bonald .
Toda la noche oyeron pasar pájaros.
Seix Barral. Barcelona, 2006.

Como una nueva edición revisada por el autor se presenta la reedición de Toda la noche oyeron pasar pájaros, una novela de José Manuel Caballero Bonald que toma su título de un pasaje del diario de Colón en la antevíspera del descubrimiento y que recupera estos días Seix Barral.
Con esta novela, la más faulkneriana de las suyas, ganó su autor en 1981 el Premio Ateneo de Sevilla. Con una tensión narrativa y de lenguaje que mantiene absorbido al lector en una trama compleja pero de enorme fuerza, Toda la noche oyeron pasar pájaros es la brillante respuesta de Caballero Bonald a un reto nada fácil: el de no desmerecer de su anterior novela, Ágata ojo de gato (1974) , que había puesto muy alto el listón de su prestigio como narrador.
Escrita con enorme intensidad estilística, Toda la noche... es un claro ejemplo de altísima literatura, tan exigente como gratificante, en la que el gusto por la palabra se pone al servicio de unos personajes y unos ambientes de extraordinaria fuerza. Y todo ello a partir del misterio que rodea el pasado del personaje recién llegado a una ciudad portuaria del sur desde Portsmouth atraído por el oloroso.
Como "uno de los mayores escritores contemporáneos" se define en la contraportada de esta edición a J. M. Caballero Bonald. Y no hay en eso exageración sino una elemental justicia. Excepcional poeta y uno de los novelistas más renovadores de los últimos 40 años, Caballero Bonald es un paradigma de creatividad que ha dado también frutos importantes en sus dos libros memorialísticos. Nada raro por otra parte si se tiene en cuenta que toda su literatura está anclada en ese referente de la memoria personal, familiar o colectiva.
Lo que él mismo ha definido alguna vez como "la movilización sustancial de la memoria dentro del desarrollo narrativo." "No puedo evitar -añadía- que toda esa capacidad evocadora se centre sin excepción en la Andalucía atlántica, es decir, en el territorio de mi infancia y mi primera juventud que yo he mitificado literariamente de alguna forma, y que sigue siendo el punto de partida, el elemento de fusión humana y artística de mi obra."
Cuando tantas novelas de esos años ochenta han perdido gran parte de su fuerza, es muy agradable comprobar que Toda la noche oyeron pasar pájaros, pasada por esa prueba rigurosa del tiempo, mantiene su vigencia 25 años después de su primera edición.

O, como los buenos vinos de Jerez, gana en solera.
Santos Domínguez