4/4/18

Mujeres de ciencia


Rachel Ignotofsky. 
Mujeres de ciencia.
Traducción de Pedro Pacheco.
Nórdica cómic. Capitán Swing. Madrid, 2017.

“Nada presagia más problemas que una mujer en pantalones. Esa era la actitud predominante en la década de 1930. Tanto era así que el hecho de que Barbara McClintock llevara pantalones de vestir en la Universidad de Missouri era considerado escandaloso. Pero era aún peor, además de escandalosa, era luchadora, directa, increíblemente inteligente y el doble de ingeniosa que cualquiera de sus compañeros masculinos. Hacía las cosas a su manera para obtener los mejores resultados, aunque eso implicara trabajar hasta muy tarde con sus estudiantes, lo cual iba contra los horarios establecidos.”

Así comienza la Introducción que Rachel Ignotofsky ha escrito para presentar su Mujeres de ciencia, un libro que ella misma ha ilustrado y que recoge la biografía de 50 intrépidas pioneras que cambiaron el mundo, como indica el subtítulo de este volumen que publican Nórdica cómic Capitán Swing. 

Desde la matemática y filósofa Hipatia de Alejandría, que murió a principios del siglo V, hasta la también matemática iraní Myriam Mirzajani (1977-2017), pasando por Wang Zhenyi, astrónoma y poeta china del siglo XVIII, Marie Curie, Rita Levi-Montalcini o Valentina Tereshkova, “a lo largo de la historia, muchas mujeres lo han arriesgado todo en nombre de la ciencia. Este libro cuenta la historia de algunas de estas científicas, desde la antigua Grecia hasta hoy en día, que cuando se topaban con un no respondían: ‘Intenta detenerme.’ 

Una historia de la lucha de las mujeres contra la discriminación y las restricciones, porque “mucha gente pensaba que no eran tan inteligentes como los hombres. Las mujeres que aparecen en este libro tuvieron que luchar contra los estereotipos para poder desarrollar las carreras que deseaban. Rompieron reglas, publicaron bajo seudónimos y trabajaron por el afán de aprender sin ninguna ayuda. Cuando otros dudaban de sus habilidades, ellas tenían que creer en sí mismas.” 

Santos Domínguez