18/2/14

Cortázar de la A a la Z



Cortázar de la A a la Z.
Edición de Aurora Bernárdez 
y Carles Álvarez Garriga.
Diseño: Sergio Kern.
Alfaguara. Madrid, 2014.

¿Por qué un álbum Cortázar?, se pregunta Carles Álvarez Garriga en la Justificación de Cortázar de la A a la Z, el espectacular álbum literario y gráfico que acaba de publicar Alfaguara, en una edición preparada por Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga con diseño de Sergio Kern, para conmemorar brillantemente el comienzo del centenario de Julio Cortázar. 

La respuesta es inmediata: Porque no podíamos esperar más. Con motivo del centenario de su nacimiento, la Internacional Cronopia reclamaba ya con demasiada insistencia una nueva aproximación al escritor y al hombre. 

Y así como nadie sabe cuántos mundos caben en el día de un cronopio o de un poeta, así en este libro cabe un número incontable de libros. Este volumen es un diccionario biográfico ilustrado, una fotobiografía autocomentada que reproduce decenas de retratos de Cortázar en todas las épocas de su vida, dibujos y discos y las portadas de las primeras ediciones de sus libros.

Pero es también una antología generosa y representativa de su obra, un inventario gráfico de objetos personales y momentos fugaces captados por el objetivo de una cámara, una muestra abundante de manuscritos y mecanoscritos y hasta algún inédito que otro, como el texto inconcluso de una conferencia que tenía que haber pronunciado en Bruselas a finales de 1983 sobre lo fantástico y lo  real en la literatura latinoamericana, dos textos breves -Planta Lluvia y La verdad sobre los pulpos- o una estupenda carta inédita de Lezama en dos folios mecanografiados.

Como en los libros-almanaque que tanto le interesaron siempre y que compuso en sus últimos años, las imágenes y las palabras se juntan en este homenaje lleno de alegría, de vida y literatura, en esta fiesta que celebra el sueño ilustrado de los cronopios que saltan de una página a otra en este libro, un hermoso libro, suelto y despeinado, lleno de interpolaciones y saltos y grandes aletazos y zambullidas, como decía Julio Cortázar de La vuelta al día en ochenta mundos.

Y porque –como señalaba Morelli en Rayuela- al final queda un álbum de fotos, de instantes fijos, hay que festejar la iconografía admirable de Cortázar de la A a la Z, a cuya celebración invita así Carles Álvarez Garriga tras avisar de que este es un libro como los que aman los poetas: Que quien mire las imágenes y lea las palabras que siguen, sepa —como la invitación que es su obra, como fue su vida— “abrir las puertas para salir a jugar.” 

Santos Domínguez