Robert Walser.
Sueños.
Edición de Jochen Greven.
Traducción de Rosa Pilar Blanco.
Siruela. Madrid, 2012.
Sueños.
Edición de Jochen Greven.
Traducción de Rosa Pilar Blanco.
Siruela. Madrid, 2012.
Prosa de la época de Biel (1913-1920) es el subtítulo del espléndido volumen que Siruela añade a su biblioteca Robert Walser. Reunidos por Jochen Greven y traducidos por Rosa Pilar Blanco, son una selección amplia y significativa de los abundantes textos dispersos que Walser fue publicando en la prensa periódica tras su vuelta a Biel, su ciudad natal, después de vivir en Berlín siete años críticos y decisivos en la construcción de su obra.
La vuelta a Suiza supuso para Walser un cambio de vida y de planteamientos literarios. Suponía pasar de la gran ciudad en la que había escrito tres novelas fundamentales a un ámbito doméstico, a la buhardilla de un hotel en el que vivió este periodo de excursiones modestas y largas caminatas, de paseos por la nieve o el bosque y de subidas a los montes cercanos que son, en términos de Rousseau, las ensoñaciones de un paseante solitario.
Con esa misma modestia se planteó estos textos breves e impresionistas, a veces más largos y ambiciosos, en los que se mezclan la crónica amplia y la reflexión profunda con el telón de fondo catastrófico de la Primera Guerra Mundial y de la crisis política y cultural de aquella Europa en ruinas. Tal vez por esa creciente importancia del contexto en el que escribía, Walser muestra en los textos que publica desde 1917 hasta 1920, antes de irse a Berna, una mayor tendencia hacia el pensamiento ensayístico que a la actitud poética.
Organizados en seis secciones y rematados con un epílogo del compilador, son especialmente atractivos las evocaciones de paseos que forman parte de Breve excursión, las narraciones de Una historia endiablada o los relatos autobiográficos de Mirada retrospectiva.
En su conjunto, este centenar largo de textos resume el mundo literario de Walser y adquiere una nueva dimensión significativa en el contexto de un volumen que es una puerta abierta a su universo literario, en el que conviven el asombro y la emoción ante la belleza del mundo con las fantasías del paseante imaginativo que quisiera ser otro, diluirse en el paisaje.
Santos Domínguez