Malas. Relatos de mujeres diabólicas.
Edición y prólogo de Marta González Mejía.
Traducción de Marta González Mejía y Marta Vela González.
Rescatados Lengua de Trapo. Madrid, 2008.
Edición y prólogo de Marta González Mejía.
Traducción de Marta González Mejía y Marta Vela González.
Rescatados Lengua de Trapo. Madrid, 2008.
Con edición y prólogo de Marta González Mejía, Malas, la antología de relatos que publica Rescatados Lengua de Trapo sobre mujeres diabólicas, recoge diecisiete relatos de terror protagonizados por mujeres malvadas y transgresoras.
Entre el Romanticismo y el Naturalismo, de Hoffmann a Zola, de Mary Shelley a Bram Stoker y de Bécquer a Emilia Pardo Bazán, esta selección de cuentos de los autores más representativos del siglo XIX recorre casi cien años (de 1816 a 1914) de literatura protagonizada por mujeres diabólicas.
Son relatos que convocan la emoción más primaria: la del miedo a lo desconocido, a la muerte, al misterio del más allá. Cuentos que conectan con pulsiones ancestrales que nos acompañan desde la infancia, con el mundo del inconsciente, con el sueño y la ansiedad de las pesadillas.
Fantasmas y resucitados, vampiros y criaturas de la noche, apariciones y tumbas forman parte de este tipo de narrativa fantástica en la que es esencial el juego equilibrado del suspense y la verosimilitud, la creación de atmósferas de misterio y la inquietud que provocan los finales abiertos, los desenlaces ambiguos que dejan intrigado al lector.
Técnicamente son relatos muy variados que recurren al narrador omnisciente o al más efectivo narrador protagonista o testigo para hablar de las zonas de contacto entre la vida y la muerte, entre lo conocido y lo desconocido, entre la realidad cotidiana y el misterio.
Ambientados en bosques umbríos o en mansiones con pasadizos secretos, en cementerios lúgubres o en lugares solitarios, es muy frecuente que los relatos de terror estén protagonizados por mujeres bellas y transgresoras, atractivas y malvadas a un tiempo.
Herederas de una antigua tradición que se remonta a Eva como fuente del pecado, protagonizan estos cuentos de erotismo soterrado o explícito. Son mujeres vigorosas y maléficas, inteligentes y decididas. Malas según la visión tradicionalmente masculina que ha transmitido la literatura. No puede ser una casualidad que de los diecisiete relatos de la colección sólo dos hayan sido escritos por mujeres. El predominio de esa visión, habitualmente misógina y conservadora que condena a la marginalidad o al silencio a las mujeres que transgreden las normas de los políticamente correcto, es la que explica el título de esta selección de relatos.
Una breve nota introductoria antes de cada cuento da noticia de cada autor y sitúa el texto en su contexto histórico y bibliográfico. La edición en Rescatados de Lengua de Trapo ha sido cuidada en todos los detalles, desde la tipografía a la acertada selección de textos, entre los que no podía faltar una obra maestra como Ligeia, de Poe.
Entre el Romanticismo y el Naturalismo, de Hoffmann a Zola, de Mary Shelley a Bram Stoker y de Bécquer a Emilia Pardo Bazán, esta selección de cuentos de los autores más representativos del siglo XIX recorre casi cien años (de 1816 a 1914) de literatura protagonizada por mujeres diabólicas.
Son relatos que convocan la emoción más primaria: la del miedo a lo desconocido, a la muerte, al misterio del más allá. Cuentos que conectan con pulsiones ancestrales que nos acompañan desde la infancia, con el mundo del inconsciente, con el sueño y la ansiedad de las pesadillas.
Fantasmas y resucitados, vampiros y criaturas de la noche, apariciones y tumbas forman parte de este tipo de narrativa fantástica en la que es esencial el juego equilibrado del suspense y la verosimilitud, la creación de atmósferas de misterio y la inquietud que provocan los finales abiertos, los desenlaces ambiguos que dejan intrigado al lector.
Técnicamente son relatos muy variados que recurren al narrador omnisciente o al más efectivo narrador protagonista o testigo para hablar de las zonas de contacto entre la vida y la muerte, entre lo conocido y lo desconocido, entre la realidad cotidiana y el misterio.
Ambientados en bosques umbríos o en mansiones con pasadizos secretos, en cementerios lúgubres o en lugares solitarios, es muy frecuente que los relatos de terror estén protagonizados por mujeres bellas y transgresoras, atractivas y malvadas a un tiempo.
Herederas de una antigua tradición que se remonta a Eva como fuente del pecado, protagonizan estos cuentos de erotismo soterrado o explícito. Son mujeres vigorosas y maléficas, inteligentes y decididas. Malas según la visión tradicionalmente masculina que ha transmitido la literatura. No puede ser una casualidad que de los diecisiete relatos de la colección sólo dos hayan sido escritos por mujeres. El predominio de esa visión, habitualmente misógina y conservadora que condena a la marginalidad o al silencio a las mujeres que transgreden las normas de los políticamente correcto, es la que explica el título de esta selección de relatos.
Una breve nota introductoria antes de cada cuento da noticia de cada autor y sitúa el texto en su contexto histórico y bibliográfico. La edición en Rescatados de Lengua de Trapo ha sido cuidada en todos los detalles, desde la tipografía a la acertada selección de textos, entre los que no podía faltar una obra maestra como Ligeia, de Poe.
Mayra Vela