Derek
Walcott.
Otra
vida.
Edición bilingüe de Luis Ingelmo.
Galaxia
Gutenberg. Barcelona, 2017.
Verandas,
donde las páginas del mar
son
un libro que un maestro ausente dejó abierto
en
mitad de otra vida:
aquí
vuelvo a empezar,
comienzo
hasta que sea este océano
un
libro cerrado e, igual que en una bombilla,
mengüen
los filamentos de la blanca luna.
Empiezo
en el ocaso, cuando un brillo
que
contenía el clarín de unas cornetas bajó
las
lanzas de los cocoteros de la ensenada,
y
el sol, harto del imperio, declinaba.
Hipnotizaba
como un fuego sin viento,
y
al tiempo que su ámbar trepaba
los
óvalos como jarras de cerveza
del
fuerte británico sobre el promontorio,
el
cielo se emborrachaba con la luz.
Así
comienza Otra vida, un extenso poema narrativo de más de cuatro mil versos de Derek Walcott que publica Galaxia Gutenberg
en su imprescindible colección de poesía con una
magnífica edición bilingüe que se abre con un amplio y orientador estudio
introductorio en el que Luis Ingelmo destaca Otra vida como
“un referente esencial en la vida literaria y personal de Walcott.”
De
fondo autobiográfico y tono épico, es su poema más largo y ambicioso y está organizado
en cuatro libros -El niño dividido, Homenaje a Gregorias, Una simple
llama y El ancho mar- y veintitrés capítulos, que -en palabras del editor en el prólogo- se presentan “al ojo lector como un
estudio filosófico –gnoseológico, principalmente, pero también estético,
político y ético- envuelto en un manto épico.”
Experiencia
y memoria se transforman en arte en este poema monumental que Walcott compuso a
lo largo de siete años, entre abril de 1965 y abril de 1972 y en el que la
palabra del poeta traza su autobiografía como respuesta a la historia: entre la
celebración y la elegía, entre la historia y el paisaje caribeño, entre la poesía
y la pintura.
Sus
versos son una mirada que busca explicarse a sí mismo a través de un arte que
trasciende la vida, la experiencia y la memoria y a través de los demás: Harry,
el maestro de pintura; Gregorias, el amigo pintor, o Anna, el amor adolescente.
Con un sostenido tono épico y con la fuerza plástica de sus imágenes, Otra vida reúne la experiencia y el paisaje, la vida y memoria, la naturaleza y la historia en una reescritura de sí mismo y de su formación artística en torno a los tres ejes fundamentales que destaca Luis Ingelmo como vertebradores del poema: el arte, el amor y la muerte, que aparece en el paisaje marítimo –propicio a las despedidas de Harry, Gregorias y Anna- de la parte final, El ancho mar:
Generaciones de olas,
generaciones de hierba, como espuma
deshojada y mustia en un instante.
/…/
Desde viejas verandas vi
verandas, veleros, el eterno mar del estío
como un libro que un maestro ausente dejó
abierto.
¿Y qué si todo ha desaparecido...?
Con la exuberancia formal que parece ser un rasgo estilístico común a los poetas caribeños, a su paisaje natural y a su mundo multicultural –ahí estuvieron antes Saint John Perse en francés y Lezama Lima en castellano-, la potencia verbal y metafórica de Walcott sostiene una poesía de los sentidos y de la inteligencia en la que conversan las razas, las épocas y los espacios.
La escritura de Walcott, potente y vital, marítima y terrestre, poblada de luminosas metáforas, hace el milagro de aniquilar las edades y las fronteras para convertir lo fugaz en eterno y lo local en universal, para construir otra vida de la mano del arte.
Santos Domínguez