Como “un ensayo de lectura: un manual de instrucciones para orientarse (o extraviarse sin culpas) en una literatura” describe el escritor y crítico argentino Alan Pauls su magnífico El factor Borges, un libro indispensable para borgeanos que acaba de publicar Literatura Random House.
Enciclopedia heterodoxa, antología breve, mapa conceptual, manual de instrucciones, ensayo de aproximación a una obra inagotable, a la busca de un Borges o varios Borges inesperados… Todo eso y más contiene este breve y enjundioso libro de Alan Pauls.
Porque, como escribe en su prólogo, se trata de “buscar en Jorge Luis Borges el factor Borges, la propiedad, la huella digital, esa molécula que hace que Borges sea Borges y que, liberada gracias a la lectura, la traducción, las múltiples formas de resonancia que desde hace más o menos cuarenta años vienen encarnizándose con él y con su obra, hace también que el mundo sea cada día un poco más borgeano: ése fue el propósito original de este libro.”
Un libro en el que abundan notas al margen sobre conceptos y personajes, sobre obras y nombres propios que vertebran una escritura tan irrepetible como la de Borges. Notas como esta, dedicada a los eucaliptos: “El perfume de los eucaliptos es a Borges lo que el sabor de la magdalena a Marcel Proust: “En cualquier lugar del mundo en que me encuentre, basta el olor de los eucaliptos para que yo vuelva a ese Adrogué perdido que ahora sólo existe en mi memoria.”
Otras notas al margen se centran en sus padres, Jorge Borges y Leonor Acevedo, en escritores como Lugones, Sabato, Abelardo Castillo, Bioy Casares, Macedonio Fernández, en personajes como Pierre Menard o Funes el memorioso, en la invención con Bioy Casares de un complementario como Bustos Domecq, en la importancia de la enciclopedia, las bibliotecas, la imaginación o la lotería en su obra. O en la imagen compleja de un Borges original y polémico, agresivo y discreto, paradójico y humorístico, divulgativo y lateral. Porque -escribe Pauls en otra de esas notas marginales-, “Borges, que caminó y leyó los márgenes como nadie, también los escribió hasta agotarlos. Como sucede con los contratos diabólicos, lo más importante de la prosa borgeana es a menudo lo que está escrito en letra chica.”
En esta exploración minuciosa y desenfadada del universo literario y vital borgeano, Pauls rastrea con perspicacia las huellas de un Borges más cercano, más burlón y menos solemne en busca de “los verdaderos Borges inesperados, capaces de poner a distancia, ironizar o aun refutar buena parte de los estereotipos con los que estamos acostumbrados a confundirlo. Tal vez así, de golpe, el tímido y desinteresado ratón de biblioteca se transforme en un estratega tortuoso; el anglófilo deje su torre de marfil y baje a entintarse los dedos a la arena caliente del periodismo; el escritor para élites abrace la cultura bastarda de la divulgación; y el centinela de la originalidad, sin el menor asomo de rubor, confiese ser ni más ni menos que un consumado artista del robo. Y tal vez así leer vuelva a tener el vértigo de la infracción.”
Santos Domínguez