17/2/21

Historia de la poesía medieval castellana



Fernando Gómez Redondo.
Historia de la poesía medieval castellana.
Tomo I. La trama de las materias.

Cátedra. Crítica y estudios literarios. Madrid, 2020.


“En puridad, los marcos de producción y de recepción letradas que se suceden a lo largo de los siglos medios quedan ya fijados en el siglo XIII; corresponden al modelo de ‘clerecía cortesana’, que se alumbra en el periodo alfonsí, y el de ‘cortesía aristocrática’, que se desarrolla a lo largo de los cuatro reinados -de Sancho IV a Alfonso XI- que cabe encuadrar bajo los dictados del molinismo; uno y otro se reconstruyen en los ámbitos culturales más activos del siglo XV: el de Juan II, afirmado en la noción de saber definido por Alfonso X, y el de la reina Isabel, hechura de la firmeza religiosa y del tesón político con que supo gobernar la reina doña María de Molina”, escribe Fernando Gómez Redondo en la presentación de su Historia de la poesía medieval castellana. La trama de las materias, que publica Cátedra en su colección de Crítica y estudios literarios.

Un monumental volumen, primero de una serie de dos dedicados a la poesía, que forman parte de un proyecto iniciado hace veinte años del que se han publicado ya seis tomos sobre la historia de la prosa medieval y en la época de los Reyes Católicos.

Un proyecto que en conjunto se compondrá en nueve tomos y permitirá “contar con la más amplia y extensa historia de la literatura medieval castellana, construida con la particularidad de atender no a criterios de ordenación cronológica, sino a la transformación de los discursos textuales que se ponen en juego en distintos momentos, como respuesta a los continuos cambios y vicisitudes por los que atraviesan los reinos peninsulares.”

Se diseña de este modo una enciclopédica historia de los textos en sus contextos de producción y de recepción en el marco ideológico que los sustenta y en los componentes propagandísticos que los provocan.

Porque la trama de sentidos de los textos -explica Gómez Redondo -obedece a “dos propósitos, complementarios entre sí: el de fijar un cauce de transmisión de las ideas que se juzgan fundamentales para ese entorno receptivo y el de difundir, con intención propagandística, esa visión del mundo que tiende a vincularse a orientaciones políticas -líneas dinásticas, linajes nobiliarios- o religiosas -centros de peregrinación, sedes de poder eclesiástico-.”

En una época como la Edad Media, en la que se pasó de etapas en las que apenas contaba la noción de autoría a otras en las que se perfila cada vez más la individualidad creativa, asociada al prestigio y el orgullo de la actividad literaria, las composiciones poéticas obedecían a líneas estilísticas que describen espacios textuales homogéneos y establecen diversas relaciones genéricas.

Así lo explica el autor en el texto introductorio:

En este primer volumen se definen las materias y los esquemas prosódicos -versos y coplas- que se ensayan para transmitirlas; se entiende por materia una red de contenido, dotada de una precisa intención ideológica que puede cambiar en virtud de los objetivos y de los intereses de esos marcos de recepción.

A la delimitación, seguimiento y análisis de esas diversas tendencias, de las estructuras genéricas, la evolución de los sistemas métricos -del isomélico al isosilábico y de este al más complejo isorrítmico-, las transformaciones prosódicas y la trama de las materias se dedican las más de mil páginas de este volumen organizado en diez capítulos que proponen un recorrido demorado por la materia épica de los cantares de gesta, la materia narrativa de la Antigüedad, la materia hagiográfica y adoctrinadora de la clerecía, la materia doctrinal de carácter cortesano o la suma de materias que ofrece el Romancero.

Y quizá lo más importante: espléndidos análisis de las obras más representativas, desde el Cantar de mio Cid al Laberinto de Fortuna, desde las obras de Berceo a los romances viejos, desde el Libro de Alexandre a la Danza General de la Muerte o al Rimado de palacio. Es precisamente en esas zonas del libro donde brilla el rigor analítico y la profundidad en la lectura de los textos.

Porque “en resumen -concluye Gómez Redondo- examinar la trama de las materias constituye el medio más eficaz para reconocer los esquemas métricos y estróficos que posibilitan su difusión y su asimilación. [...] De este modo, se perfilará un amplio cuadro de relaciones históricas y sociales -tomo I- para engastar en el mismo los procesos creativos -individuales y colectivos: tomo II- con que la poesía medieval se articula y desarrolla.”

Santos Domínguez