1/1/20

Galdós. Vida, obra y compromiso


Francisco Cánovas Sánchez.
Benito Pérez Galdós. 
Vida, obra y compromiso.
Alianza Editorial. Madrid, 2019

“La vida y la obra de Galdós tienen plena coherencia. Ambas muestran un compromiso inequívoco con la modernización de España, con la superación de las amarras del pasado y con la construcción de una sociedad más tolerante, democrática y justa. Hoy más que nunca, cuando se cumplen cien años del fallecimiento del gran escritor canario, todas esas razones hacen de Pérez Galdós nuestro contemporáneo”, escribe Francisco Cánovas Sánchez en la Introducción de su Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso, que publica Alianza Editorial.

Un cuidado volumen con abundantes ilustraciones que iluminan el texto de los quince capítulos en los que se organiza un seguimiento detallado de la vida, la obra y el pensamiento de Galdós y se “aborda la trayectoria biográfica de Galdós a través de tres ejes complementarios: la inserción de su vida en las coordenadas históricas y culturales de su tiempo; la relevancia de su obra literaria, dramatúrgico y periodística, y su compromiso cívico y democrático.” 

Desde sus primeros destellos hasta sus últimos años, Cánovas ofrece un recorrido que, tras su infancia y adolescencia en Canarias, se inicia con el decisivo descubrimiento por el joven Galdós de un Madrid agitado en los amenes de la monarquía isabelina. Galdós fue testigo atento de la revolución del 68, cuya vinculación con el nacimiento de la novela moderna en España es evidente, y reflejó en su obra la sociedad de la Restauración, con vivas descripciones de la mesocracia madrileña y de los barrios bajos marginales de la segunda mitad del XIX, hasta el punto de que para conocer aquella España es imprescindible leer sus novelas.

Tras una primera vocación teatral, Galdós frecuentó las colaboraciones de prensa en La Nación, Revista de España y El Debate, dos publicaciones estas últimas de las que fue también director. Y esa actividad periodística -artículos de crónica política o de crítica literaria y artística- puso las bases de su salto a la novela, pues desarrolló su capacidad de observación y una concepción de la literatura muy pegada a la vida y a la realidad social y política. 

En ese proceso de formación de su obra narrativa cobran una enorme importancia el retrato de personajes y la descripción de ambientes a partir de la observación de las calles y de lugares de encuentro como cafés y restaurantes, comercios o teatros, con los que reflejó la topografía y la vida social del Madrid de la época como trasfondo histórico o como contrapunto en su obra fundamental, Fortunata y Jacinta.

La sociedad presente como materia novelable era el título de su discurso de ingreso en 1897 en la Academia, en el que explicaba que “a medida que se borra la caracterización general de cosas y personas, quedan más descarnados los modelos humanos, y en ellos debe el novelista estudiar la vida, para obtener frutos de un arte supremo y durable (...). Perdemos los tipos, pero el hombre se nos revela mejor, y el arte se avalora solo con dar a los seres imaginarios vida más humana que social.”

Muchos años antes, en 1870, cuando no había iniciado su trayectoria novelística, había publicado ya un artículo titulado “Observaciones sobre la novela contemporánea en España”, en el que decía:

La clase media, la más olvidada por nuestros novelistas, es el gran modelo, la fuente inagotable. Ella es hoy la base del orden social; ella asume por su iniciativa y su inteligencia la soberanía de las naciones, y en ella está el hombre del siglo XIX con sus virtudes y sus vicios, su noble e insaciable inspiración, su afán de reformas, su actividad pasmosa...

Esa conexión entre vida y literatura, entre el contexto histórico y social y la novela se explora en este libro a lo largo de toda la producción galdosiana, desde el sexenio democrático a la crisis del 98, desde los Episodios Nacionales a las Novelas españolas contemporáneas o las Memorias de un desmemoriado, con un hilo conductor: el compromiso de Galdós con la democracia y el republicanismo. 

Galdós escribía novelas para encontrar y ofrecer las claves interpretativas de la realidad, desde una perspectiva krausista y liberal progresista que está en el fondo del universo literario galdosiano, de su preocupación por la educación, de su crítica de la intolerancia y el oscurantismo o de su cercanía al regeneracionismo en la crisis de fin de siglo.

Hay además en las páginas de este ensayo una aproximación al teatro galdosiano con especial atención a Electra, su mejor obra, que tuvo un gran éxito de crítica y público; una incursión en la faceta más desconocida del Galdós dibujante, en la que demostró su capacidad para la observación y para la proyección plástica y una síntesis de las conversaciones que mantuvo en París con una ya anciana Isabel II a finales de 1902.

Cierra el volumen un apéndice de dieciséis textos que resumen su obra y sus planteamientos ideológicos, literarios y políticos a través de artículos, de una carta a Clarín, del discurso de ingreso en la academia o de fragmentos significativos de sus  novelas.

En su epílogo -Galdós, contemporáneo nuestro-, escribe Francisco Cánovas: 

Hoy, en el siglo XXI, las ideas y los valores que Galdós defendió en los libros, la tribuna y los periódicos están plenamente vigentes. La tolerancia, la democracia, la justicia, el laicismo, la emancipación de la mujer, la crítica de la corrupción y la exigencia de políticos honestos continúan siendo hay prioridades para construir una sociedad más habitable y más digna. Por ello, Galdós es contemporáneo nuestro.

Santos Domínguez