6/4/16

Un centímetro de seda



Un centímetro de seda.
Antología del microrrelato español. 
Orígenes históricos: Modernismo y Vanguardia.
Edición de Darío Hernández.
Menoscuarto. Reloj de arena. Palencia, 2016.

¡Qué pequeñez de oficio el del poeta! 
Dijo el buey al gusano: 
—¿Cuánto has tejido hoy? Yo he labrado diez quilómetros de surco. 
—Pues yo hoy nada. Mañana tampoco. El miércoles hilaré un centímetro de seda.

De ese texto de Gerardo Diego, un microrrelato en realidad, toma su título la espléndida antología en la que Dario Hernández reúne muestras significativas de textos fundacionales de catorce autores en los que se pueden rastrear los orígenes del microrrelato español.

Entre el Modernismo y las Vanguardias, de Juan Ramón a Francisco Ayala pasando por Bergamín, Lorca o Jardiel, cuarenta textos precursores que pertenecen a una época de formación y tanteo, de indefinición genérica aún.

Por eso, como señala Darío Hernández, se mueven en un territorio de frontera entre géneros: “Como es lógico, dado que nos situamos en la etapa fundacional del género, esto es, en una época en la que este se encontraba aún en pleno proceso de conformación, ni los límites de concisión textual ni los márgenes entre lo lírico y lo narrativo estaban tan marcados entonces como en la actualidad. Así pues, a menudo nos moveremos en esta misma antología en un territorio fronterizo donde conviven claros exponentes del microrrelato, tanto en grado de concisión como de narratividad, con otros casos de textos que o no son tan breves como idealmente requiere el género o no son tan narrativos como para que su adscripción genérica no se preste a discusión.”

Lo que parece fuera de toda duda es que Juan Ramón Jiménez -al que se le dedicó la antología Cuentos largos y otras prosas narrativas breves en esta misma editorial- fue el iniciador en España de un género que se perfila en muchas de sus obras misceláneas. De hecho, aquí se recogen cuatro textos, per en la antología citada había 161 microrrelatos.

Más nombres, más textos: Moreno Villa, al que Darío Hernández le otorga un lugar preeminente en la historia del microrrelato español; Ramón Gómez de la Serna, el micrómano; Jarnés el trangresor; algunos microtextos de Jorge Guillén; el Bergamín aforístico que en El cohete y la estrella introduce algunos microrrelatos, como los cuatro que se recogen en esta antología.

Cuatro son también los microrrelatos lorquianos, solidarios de su mundo poético y de su peculiar integración de tradición y vanguardia en un universo simbólico inconfundible; hay otros cuatro, provocadores y de potente imaginería superrealista, de Luis Buñuel, en la misma línea de dos textos de José María Hinojosa. y cierra el volumen un conocido texto vanguardista de Francisco Ayala, Susana saliendo del baño.

Un conjunto que resume los orígenes del microrrelato en España y delimitan los orígenes históricos del género en la literatura española a través de estos catorce nombres, porque –explica Darío Hernández-“los escritores que merecen entrar a formar parte del grupo de precursores del género en lengua española son aquellos que comenzaron a cultivar la micronarrativa entre los inicios del Modernismo y el final de las Vanguardias.” 

Una muestra más, este texto de Juan Ramón, La ventana, en el que la sorpresa de la última línea anuncia ya uno de los rasgos característicos del género a lo largo de su desarrollo:

Abrió los ojos. (Había estado tirado en su butaca toda la mañana fea, durmiendo su largo, desesperado hastío.)
Las cuatro paredes de su cuarto estaban oscuras de tanto deslumbre. Una ventanita cuadrada cortaba el cuadro resplandeciente. Un cielo azul limpio, casas radiantes de sol y sombra, una plaza llena de jentes gritando y corriendo.
«Ésa es la vida, sal», le dijeron seres oscuros por dentro de su sangre.
Y se tiró por la ventana.

Santos Domínguez