Thomas Mann.
Relato de mi vida.
Traducción de Andrés Sánchez Pascual.
Hermida Editores. Madrid, 2016.
Con traducción de Andrés Sánchez Pascual, Hermida Editores publica Relato de mi vida, una obra en la que Thomas Mann va más allá de la autobiografía para fijar las claves de su escritura.
Escrito en 1930 con la fluidez narrativa del mejor Mann, el Mago recuerda en estas páginas las lecturas de Nietzsche y Schopenhauer como experiencias intelectuales decisivas en su formación, evoca el “mejor Munich que ha habido jamás,” donde terminó Los Buddenbrook, una de sus grandes novelas; rememora el suicidio de sus dos hermanas o hace un recorrido por el proceso de elaboración y publicación de sus novelas y relatos, de Tonio Krüger a La montaña mágica, de La muerte en Venecia al ciclo novelístico José y sus hermanos; habla de sus influencias literarias, revela la base real o autobiográfica de algunos de sus personajes y de las situaciones que plantean o de la génesis de La montaña mágica en el sanatorio de Davos, donde estaba ingresada su mujer para tratarse una enfermedad pulmonar, y rememora un viaje a España en la primavera de 1923 y su atracción por “el territorio español clásico,” Toledo, Aranjuez, El Escorial, Segovia, el Guadarrama.
La constante interrelación entre vida y literatura en Mann permite abordar su obra desde una perspectiva profundamente vivida produce en el lector de estas páginas la sensación de estar ante un personaje, aunque paradójicamente ante sus personajes notemos que son personas vivas.
Sus protagonistas son en gran medida proyecciones de sus fantasmas, sus experiencias, sus inseguridades, sus ideas. Desde Aschenbach a Faustus, Mann está detrás de sus personajes. El casto José es el casto Thomas y en Hans Castorp se puede rastrear la ideología vital y artística del autor de La montaña mágica.
Sus protagonistas son en gran medida proyecciones de sus fantasmas, sus experiencias, sus inseguridades, sus ideas. Desde Aschenbach a Faustus, Mann está detrás de sus personajes. El casto José es el casto Thomas y en Hans Castorp se puede rastrear la ideología vital y artística del autor de La montaña mágica.
“Yo supongo que moriré en 1945, a la misma edad de mi madre”, escribía Mann al final de este Relato de mi vida. No fue así, murió diez años después y eso le permitió terminar Doctor Faustus, su novela más sombría, y las Confesiones del estafador Felix Krull.
A su muerte, su hija Erika escribió el texto que completa este volumen, El último año de mi padre, para “contar cosas de él, de sus proyectos, de su último año, de los últimos días y las últimas horas.”
Tampoco la angustia ni la melancolía que había previsto para sus últimos días se cumplieron, como explica su hija en estas páginas que evocan un último año -de agosto de 1954 a agosto de 1955- de viajes, reconocimientos y proyectos. Un año en que escribió un conmovedor ensayo sobre Chéjov y otro sobre Schiller.
Un epílogo de Andrés-Pedro Sánchez Pascual con la Cronología y bibliografía de Thomas Mann cierra este espléndido volumen, una lectura imprescindible para entender en toda su dimensión una de las obras narrativas más imperecederas del siglo XX.
Santos Domínguez