1/2/16

Desde que el mundo existe




Rachel Field.
Desde que el mundo existe.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2015.

"Nunca me han molestado los recuerdos ajenos. Desde niña siempre me gustó escuchar cuando alguien hablaba del pasado. Mi madre decía que le resultaba extraño en alguien tan joven. Pero creo que incluso entonces ya adivinaba lo que ahora tengo muy claro, aunque mi habilidad con las palabras no me permita expresarlo bien: que no hay nada que resulte tan agradable como la alegría recordada ni tan amargo como la desesperación que ya no puede hacernos daño. Para mí el pasado es semejante a una de esas caracolas que en la costa de Maine solían adornar las repisas de las chimeneas de los hogares marineros."

Así comienza, en la traducción de Susana Carral para Reino de Cordelia, Desde que el mundo existe, la novela con la que Rachel Field obtuvo en 1935 el National Book Award.

Ambientada en la costa de Maine (Nueva Inglaterra), superpone un conflicto sentimental y el telón de fondo histórico en el que chocan la tradición y la modernidad, representados por la decadencia de los viejos astilleros de veleros industriales frente al empuje de los barcos de vapor. 

Ese es el conflictivo contrapunto de las tensas relaciones entre el comandante Fortune, un poderoso armador, y su heredero, Nathaniel, pianista enamorado de Kate Jordan, hija del ama de llaves de la familia y narradora de una novela ante la cual, como indican los editores en el prólogo, “el lector no tendrá que hacer grandes esfuerzos para reconocer el escenario de esta historia” y los efectos devastadores del progreso sobre la naturaleza: "Una marea muy viva -concluye la narradora cuando han muerto todos y ella es la única superviviente- fue la que se apoderó de nuestras vidas y las arrojó lejos para que se mezclaran con la sal, el sol y las intensas corrientes de nuestra juventud."

Santos Domínguez