Anne Sexton.
Un autorretrato en cartas.
Traducción de Andrés Catalán,
Ben Clark, Juan David González-Iglesias
y Ainhoa Rebolledo.
Prefacio de Linda Gray Sexton.
Linteo. Orense, 2015.
Es una de las autoras imprescindibles de la poesía norteamericana contemporánea. Había nacido en 1928, vivió en Boston con más estabilidad económica que emocional y antes de suicidarse el 4 de octubre de 1974 arrastró una larga secuencia de depresiones, episodios de alcoholismo y trastornos bipolares que la sumieron en una penosa patología de desgarramiento psíquico entre el amor y el odio, entre el vitalismo y la autodestrucción.
Contradictoria, autocrítica e infeliz, esposa maltratada y madre maltratadora, reflejó su angustia o su exaltación en la terapia consoladora de su poesía confesional y rompedora, a la que se aferró como una tabla de salvación para hacer frente al desgarro entre la fragilidad y la furia, entre la crueldad y la delicadeza.
El debate entre la vida y la muerte con los impulsos autodestructivos como una amenazante sombra al fondo que atraviesa su poesía, de marcado tono confesional, late también al fondo de las cartas que recopiló su hija Linda en 1977 y que acaba de publicar en español Linteo en una espléndida edición presentada por un Prefacio el que su hija explica el proceso de elaboración de este libro, una recopilación que ofrece “lo mejor de mi madre a sus lectores”, “una suerte de mapa del tesoro de la vida de Anne Sexton”, “incapaz de ejercer de madre, aun siendo, a la vez, muy capaz de ejercer el maltrato.”
Se reúne en este volumen una amplia selección de las cartas que escribió y de las que guardaba copia en papel carbón. Organizadas cronológicamente en seis capítulos enmarcados entre un prólogo y un epílogo, con abundantes ilustraciones fotográficas, cada una de las secciones va introducida por un poema alusivo a la época de las cartas y por un pormenorizado estudio biográfico que contextualiza las circunstancias en las que Anne Sexton escribió su abundante corespondencia.
Cercanas al tono confesional de su poesía, estas cartas reflejan la intimidad estremecida de esta poeta fundamental, sus problemas sentimentales, sus desequilibrios psíquicos, su refugio en la poesía, su huida de sí misma en los viajes, las dudas que asediaban sus procesos creativos, sus cambios de humor.
En conjunto, como su poesía, construyen el autorretrato complejo de una mujer “diezmada por su enfermedad, su inmadurez, su propio vacío”, como señala su hija en el Prefacio.
Santos Domínguez