Antón P. Chéjov.
Cuentos completos
(1880-1885).
Edición de Paul Viejo.
Páginas de Espuma. Madrid, 2013
Narrador de voz baja, Anton Chéjov construyó su universo literario con lo fugaz y lo secundario. En sus relatos abiertos conviven misteriosamente la levedad y la intensidad, la emoción y la distancia, se armonizan la ironía y la piedad, el humor y la tristeza. Es la vida con minúsculas en una literatura de sobreentendidos que requiere la complicidad del lector para asumir ese mundo que está en sus relatos breves.
Acaba de llegar a las librerías el primer tomo de sus Cuentos completos en una edición cuidada por Paul Viejo y publicada por Páginas de Espuma. Es la primera vez que se acomete en el ámbito hispánico un proyecto tan ambicioso como el de reunir a lo largo de cuatro años y en cuatro volúmenes toda la narrativa breve del maestro ruso, uno de los fundadores del cuento contemporáneo, en las versiones de sus mejores traductores al español.
En este primer volumen, precedidos de un estupendo prólogo de Paul Viejo, se recogen sus cuentos iniciales, 240 relatos escritos durante el primer lustro de su actividad literaria, y algunos inéditos en español, entre los que asoman ya obras maestras del género como El camaleón, La cerilla sueca, Ostras o Flores tardías.
La mirada compasiva y honda de Chéjov, menos optimista que piadosa, está rayando aquí cerca de la altura de sus mejores relatos. Una mirada magistral que vive en el matiz y en la sutileza con que construye a los personajes, en las contradicciones de sus comportamientos y en la economía de la elipsis.
La sutil mirada de Chéjov, que a diferencia de Dostoievski o Tolstoi nunca contempla a los personajes desde arriba, sino cara a cara, teje un hilo invisible y persistente que los une, como la melancolía invisible y la tonalidad persistente de su literatura une a Chéjov con Cervantes y con Shakespeare en la construcción de un universo narrativo en el que conviven ricos y pobres, sinceridad y simulación en una indagación honda y fundacional.
Antología universal del relato fantástico.
Edición y prólogo de Jacobo Siruela.
Atalanta Ars brevis. Vilaür, 2013.
La Antología universal del relato fantástico que ha preparado Jacobo Siruela en Atalanta propone un canon decimonónico en el que figuran Villiers y sus cuentos crueles, la proyección literaria de la locura de Nerval, la genialidad alucinada de Poe, la ambigüedad de La dama de picas de Pushkin, Hawthorne y sus relatos turbios y turbadores, las almas en pena de Dickens, la duda de Turgéniev ante un sueño, la precisión verosímil con la que Le Fanu incorpora lo fantástico a lo cotidiano, la interiorización del misterio en Henry James, el horror interior de Bierce, el peso del pasado en los relatos de Vernon Lee, el toque de humor elegante de Saki, los cuentos abiertos de Kipling, M. R. James y “la cosa ominosa” que se asoma a la vida diaria y acaba ocupando el centro de la escena, Arthur Machen y el terror cósmico del mal representado en sus minúsculos malvados ocultos en bosques y cuevas con resonancias de la mitología celta o los relatos de Lord Dunsany, que fundan una nueva mitología.
Y ya en el siglo XX, las tres ramas que se llaman Kafka, el más contemporáneo de nuestros contemporáneos; Lovecraft, oscuro y nocturno, la cima de lo fantástico popular, como señala el editor; o Borges, la cima absoluta.
En todos esos cuentos se pueden rastrear los temas, los personajes y los ambientes que perfilan los rasgos de estos relatos fantásticos: el fantasma y la muerte personificada, el pacto con el diablo y los vampiros, los hombres-lobo y las casas hechizadas, las metamorfosis y el doble, los monstruos y los autómatas, la magia y las paradojas temporales, la inmortalidad y el sueño, la realidad dudosa y las alucinaciones.
Quizá la clave de todo Poe esté en una frase (Al principio fue el miedo) que Cortázar dejó caer estratégicamente en un lugar del prólogo memorable a su traducción de los cuentos completos del norteamericano. Esa traducción canónica de los cuentos y la que hizo de la Narración de Arthur Gordon Pym son las que, junto con la que Margarita Rigal Aragón ha preparado de El diario de Julius Rodman, aparece en la edición en la que Cátedra Avrea ofrece la Narrativa completa de Edgar Allan Poe.
Precedidos de un estupendo estudio introductorio, se recogen en este volumen, además de sus 67 cuentos, sus dos novelas: Narración de Arthur Gordon Pym y la truncada El diario de Julius Rodman.
Poe abordó en sus textos temas científicos y horrores variados, el misterio policial y la aventura y en más de una ocasión practicó la parodia de los viejos modelos narrativos. Revitalizó la narración de terror en La caída de la casa Usher y la de aventuras en El escarabajo de oro, fundó el relato policiaco con La carta robada y Los crímenes de la rue Morgue y fue el primero que hizo que el horror se independizara de la escenografía y que la sensación de terror surgiera en el interior del personaje y se transfiriera luego al lector a través del tono y de la atmósfera del relato.
Poco después de publicar Bajo el manzano, una espléndida novela corta de John Galsworthy (1867-1933), Reino de Cordelia edita El mono blanco, la primera novela que publicó después de ganar el Nobel de 1923. Con ella, cerrada ya La saga de los Forsyte, que popularizó en España una serie de televisión de la BBC, abría la trilogía Una comedia moderna, la segunda de las que integran el ciclo de las Crónicas de los Forsyte.
Cuando está a punto de cumplirse el centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, la edición de El mono blanco es una buena ocasión para recordarla, porque en esta obra se refleja la decisiva transformación histórica que ocasionó en la sociedad y la cultura occidental, sobre todo en Europa, aquella explosión de barbarie de un mundo que hasta entonces parecía, en general, civilizado.
Bellísimamente editada en un volumen muy manejable en tapa dura con sobrecubierta, la estupenda traducción es de Susana Carral, que en su introducción destaca la relación con el actual del mundo confuso que refleja la novela.
Para los lectores familiarizados con el cuento español reciente, cualquier libro de Ángel Olgoso es una fiesta. Más un título tan fundamental en su obra narrativa como Cuentos de otro mundo, un conjunto que se publicó en 1999 y que se reedita ahora en una nueva edición aumentada y corregida.
Organizados en tres secciones -Mundo murciélago, Nuevos cuentos del Folio Club y Cuentos alrededor de una mesita de té en el vientre de una ballena-, cada uno de los casi cien cuentos y microrrelatos de este volumen es una invitación a pasar al otro lado del espejo, a entrar en un espacio de asombro y misterio donde lo fantástico va más allá del mero descubrimiento y se convierte en un método de acceso a otra dimensión de la realidad.
Presentado por un prefacio en el que Miguel Ángel Muñoz destaca la excelencia de la narrativa de Olgoso y el carácter fieramente humano de estos cuentos fantásticos, con este título comienza su andadura la editorial Nazarí, el nuevo sello granadino auspiciado por Paolo Remorini con la calidad como aspiración y como seña de identidad.
Con un epílogo de Jesús Palacios, experto en terror japonés, Satori publica En el bosque, bajo los cerezos en flor, un volumen que toma su título del primero de los tres relatos de Ango Sakaguchi (1906-1955) que ha traducido Susana Hayashi.
Encabezados por esa obra maestra del terror contemporáneo en la literatura japonesa, estos tres relatos inéditos hasta ahora en español componen un conjunto en el que la opresión convive con el lirismo y la potencia del lenguaje es el cauce de expresión de lo fantástico y del “terror casi cósmico” del que habla el autor del epílogo.
Una mezcla explosiva de lo grotesco y lo macabro, de la locura y la muerte para expresar un horror que –heredero de la concepción de Poe- surge del interior de los personajes más que de la escenografía. Con este título inaugura Satori su nueva colección Satori Ficción.
Cinco años después de su fundación y de su presentación editorial con el libro Crímenes de Castellón, el colectivo 12 Plumas Negras añade un nuevo título a su trayectoria en el relato policiaco.
España negra, que publica Rey Lear con prólogo del magistrado excedente Manuel G. Altava, reúne 27 relatos policiacos, porque el grupo ha incorporado a autores de prestigio en el terreno de la novela negra como Lorenzo Silva, Jorge Martínez Reverte, Juan Bolea o Mariano Sánchez Soler para ofrecer esta antología representativa del panorama narrativo, no solo del género negro, sino de la España actual y de su paisaje social y delictivo. Y es que en muchos de estos relatos no se sabe hasta dónde llega la base real y dónde empieza la imaginación, dónde acaba el reportaje documental y dónde empieza la ficción narrativa.
De la experiencia del destierro en la costa calabresa surge La cárcel, una novela corta que Cesare Pavese terminó en 1939, tras esa experiencia a la que se sumó pocos años después otra vivencia aún más traumática, la de los bombardeos sobre la ciudad de Turín y la ocupación nazi, que daría lugar a otra novela corta, La casa en la colina.
Fue entonces, en 1949, cuando reunió en Antes de que cante el gallo estas dos novelas en un volumen que acaba de publicar Pre-Textos con traducción de Isabel Verdejo y Ester Quirós. Está aquí un Pavese que en plena madurez creativa integra lo autobiográfico y lo social para construir a través de los dos protagonistas -Stefano y Corrado- una reflexión autocrítica sobre el fracaso y la culpa, la traición y la identidad, un testimonio ineludible de la conciencia existencial y política de la Europa del segundo tercio del siglo XX.
Había en él algo de precursor, se dice del protagonista barojiano al final de El árbol de la ciencia. Y ese mismo juicio se podría aplicar a William Gaddis y a esta novela, que en 1975, diez años antes de su celebrado Gótico carpintero, hablaba de estafas piramidales y de especulativos vendedores de humo virtual.
No sólo por ese tema, tan actual, se anticipaba a este tiempo Jota Erre. También por su estructura renovadora, por su construcción a base de diálogos fragmentarios generadores de un ruido y un caos que exige la intervención activa del lector y que provocaron el rótulo de Mr. Dificult que le colocó Franzen.
Esos diálogos son los que ponen en pie y en movimiento a unos personajes que anticipan el descontrol de una sociedad tan individualista como la estadounidense y la deriva liberal del capitalismo salvaje en esta novela extrema que toma su título del nombre de un niño de once años que en los recreos y desde el teléfono público de su colegio monta un negocio desde la nada y sin nada, en la que ha sido calificada como la mayor novela satírica de la literatura norteamericana.
Diez años después de Jota Erre, en 1985, Gaddis escribió Gótico carpintero, una novela en la que concentró más su capacidad narrativa en el manejo del espacio y el tiempo –todo ocurre en el interior de una casa sórdida, entre pocos actores y en un breve plazo- y las posibilidades técnicas que le permitía el uso de los diálogos para construir la trama, diseñar a los personajes y hacer que la casa decimonónica -cuyo estilo arquitectónico se evoca en el título- asuma un papel protagonista, de manera que su ruina es la del sueño americano.
Como en otras novelas de Gaddis, la fascinación estilística arrastra al lector en una experiencia irrepetible y vertiginosa como la corriente de un río. Pero aquí esa corriente es un torbellino que absorbe al lector con la fuerza centrípeta de sus diálogos portentosos. Una fuerza que ha sabido plasmar en español –y no era fácil- el admirable traductor que es Mariano Peyrou.
Rodrigo Fresán la definió como la más breve y la más normal de sus novelas. Si lo primero es indiscutible, lo segundo es más dudoso. Porque en Gaddis -en el mejor sentido de la expresión- nada es normal, afortunadamente.
Una evocación del esplendor de la cultura oriental ambientada en el Japón de hace mil años, en la época de mayor brillantez del periodo Heian, a través de un personaje femenino, Murasaki, que escribió en el siglo XI la Historia de Genji y que da título a esta novela de Julio Baquero que publica Menoscuarto.
Pero, contra lo que pueda parecer a primera vista, no se trata de una novela histórica al uso, porque en ella lo importante no es la reconstrucción del pasado, sino la evocación de un sueño intemporal a través de una sucesión de estampas en las que se superponen la narratividad y la lírica, la sensibilidad oriental y la occidental y conviven la mirada reflexiva y la descripción de la naturaleza para construir una novela sólida y delicada que invita a una lectura demorada y gozosa.
Hace poco más de un siglo, en 1912, el triestino Scipio Slataper (1888-1915) publicaba Mi Carso, una novela breve y fundacional que permanecía inédita en español y que acaba de aparecer en Ardicia con traducción de Pepa Linares y prólogo de Claudio Magris, otro escritor de Trieste que habla en su presentación del “áspero y esquivo lirismo” de esta obra.
Junto con Italo Svevo, Slataper es el iniciador de una tradición que ha hecho de Trieste no solo un lugar de referencia en la literatura del siglo XX, sino una tonalidad narrativa y un estado de ánimo. Murió en 1915 en combate en la Primera Guerra Mundial, en las filas del ejército italiano. Tenía 27 años y dejaba Mi Carso, como su única novela, una narración autobiográfica de tono intensamente lírico que surge del trauma provocado por la muerte de su madre y el suicidio de su novia.
Organizada en tres partes que corresponden con la infancia, la juventud y la madurez del narrador, Mi Carso es una muestra de la capacidad evocadora de las descripciones en la prosa sutil y matizada de un escritor del que se podían esperar obras aún mayores que esta.
Con Luz en la arena, que acaba de publicar Zut Ediciones, Roger Wolfe abre un prometedor ciclo narrativo autobiográfico -Las cosas que un hombre ha hecho- que se irá completando en sucesivas entregas.
Este primer volumen sale en busca del tiempo perdido para narrar los años infantiles del narrador con una admirable combinación de memoria y fabulación, de capacidad narrativa y prosa eficaz. Sus casi cuatrocientas páginas, apretadas y sólidas, fluyen con la misma naturalidad con la que parecen emerger los recuerdos hasta culminaren la evocación de “la última jornada oficial de nuestra infancia.
Y ya en el siglo XX, las tres ramas que se llaman Kafka, el más contemporáneo de nuestros contemporáneos; Lovecraft, oscuro y nocturno, la cima de lo fantástico popular, como señala el editor; o Borges, la cima absoluta.
En todos esos cuentos se pueden rastrear los temas, los personajes y los ambientes que perfilan los rasgos de estos relatos fantásticos: el fantasma y la muerte personificada, el pacto con el diablo y los vampiros, los hombres-lobo y las casas hechizadas, las metamorfosis y el doble, los monstruos y los autómatas, la magia y las paradojas temporales, la inmortalidad y el sueño, la realidad dudosa y las alucinaciones.
Edgar Allan Poe.
Narrativa completa.
Narrativa completa.
Edición, introducción y notas de
Margarita Rigal Aragón.
Cátedra Bibliotheca Avrea. Madrid, 2011.
Precedidos de un estupendo estudio introductorio, se recogen en este volumen, además de sus 67 cuentos, sus dos novelas: Narración de Arthur Gordon Pym y la truncada El diario de Julius Rodman.
Poe abordó en sus textos temas científicos y horrores variados, el misterio policial y la aventura y en más de una ocasión practicó la parodia de los viejos modelos narrativos. Revitalizó la narración de terror en La caída de la casa Usher y la de aventuras en El escarabajo de oro, fundó el relato policiaco con La carta robada y Los crímenes de la rue Morgue y fue el primero que hizo que el horror se independizara de la escenografía y que la sensación de terror surgiera en el interior del personaje y se transfiriera luego al lector a través del tono y de la atmósfera del relato.
John Galsworthy.
El mono blanco.
Una comedia moderna.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2013.
Poco después de publicar Bajo el manzano, una espléndida novela corta de John Galsworthy (1867-1933), Reino de Cordelia edita El mono blanco, la primera novela que publicó después de ganar el Nobel de 1923. Con ella, cerrada ya La saga de los Forsyte, que popularizó en España una serie de televisión de la BBC, abría la trilogía Una comedia moderna, la segunda de las que integran el ciclo de las Crónicas de los Forsyte.
Cuando está a punto de cumplirse el centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, la edición de El mono blanco es una buena ocasión para recordarla, porque en esta obra se refleja la decisiva transformación histórica que ocasionó en la sociedad y la cultura occidental, sobre todo en Europa, aquella explosión de barbarie de un mundo que hasta entonces parecía, en general, civilizado.
Bellísimamente editada en un volumen muy manejable en tapa dura con sobrecubierta, la estupenda traducción es de Susana Carral, que en su introducción destaca la relación con el actual del mundo confuso que refleja la novela.
Ángel Olgoso.
Cuentos de otro mundo.
Editorial Nazarí. Granada, 2013.
Para los lectores familiarizados con el cuento español reciente, cualquier libro de Ángel Olgoso es una fiesta. Más un título tan fundamental en su obra narrativa como Cuentos de otro mundo, un conjunto que se publicó en 1999 y que se reedita ahora en una nueva edición aumentada y corregida.
Organizados en tres secciones -Mundo murciélago, Nuevos cuentos del Folio Club y Cuentos alrededor de una mesita de té en el vientre de una ballena-, cada uno de los casi cien cuentos y microrrelatos de este volumen es una invitación a pasar al otro lado del espejo, a entrar en un espacio de asombro y misterio donde lo fantástico va más allá del mero descubrimiento y se convierte en un método de acceso a otra dimensión de la realidad.
Presentado por un prefacio en el que Miguel Ángel Muñoz destaca la excelencia de la narrativa de Olgoso y el carácter fieramente humano de estos cuentos fantásticos, con este título comienza su andadura la editorial Nazarí, el nuevo sello granadino auspiciado por Paolo Remorini con la calidad como aspiración y como seña de identidad.
Ango Sakaguchi.
En el bosque, bajo los cerezos en flor.
Traducción de Susana Hayashi.
Epílogo de Jesús Palacios.
Satori. Gijón, 2013.
Con un epílogo de Jesús Palacios, experto en terror japonés, Satori publica En el bosque, bajo los cerezos en flor, un volumen que toma su título del primero de los tres relatos de Ango Sakaguchi (1906-1955) que ha traducido Susana Hayashi.
Encabezados por esa obra maestra del terror contemporáneo en la literatura japonesa, estos tres relatos inéditos hasta ahora en español componen un conjunto en el que la opresión convive con el lirismo y la potencia del lenguaje es el cauce de expresión de lo fantástico y del “terror casi cósmico” del que habla el autor del epílogo.
Una mezcla explosiva de lo grotesco y lo macabro, de la locura y la muerte para expresar un horror que –heredero de la concepción de Poe- surge del interior de los personajes más que de la escenografía. Con este título inaugura Satori su nueva colección Satori Ficción.
España negra.
Prólogo de Manuel G. Altava Lavall.
Literatura Rey Lear. Madrid, 2013.
España negra, que publica Rey Lear con prólogo del magistrado excedente Manuel G. Altava, reúne 27 relatos policiacos, porque el grupo ha incorporado a autores de prestigio en el terreno de la novela negra como Lorenzo Silva, Jorge Martínez Reverte, Juan Bolea o Mariano Sánchez Soler para ofrecer esta antología representativa del panorama narrativo, no solo del género negro, sino de la España actual y de su paisaje social y delictivo. Y es que en muchos de estos relatos no se sabe hasta dónde llega la base real y dónde empieza la imaginación, dónde acaba el reportaje documental y dónde empieza la ficción narrativa.
Cesare Pavese.
Antes de que cante el gallo.
Traducción de Isabel Verdejo y Ester Quirós.
Pre-Textos. Valencia, 2013.
De la experiencia del destierro en la costa calabresa surge La cárcel, una novela corta que Cesare Pavese terminó en 1939, tras esa experiencia a la que se sumó pocos años después otra vivencia aún más traumática, la de los bombardeos sobre la ciudad de Turín y la ocupación nazi, que daría lugar a otra novela corta, La casa en la colina.
Fue entonces, en 1949, cuando reunió en Antes de que cante el gallo estas dos novelas en un volumen que acaba de publicar Pre-Textos con traducción de Isabel Verdejo y Ester Quirós. Está aquí un Pavese que en plena madurez creativa integra lo autobiográfico y lo social para construir a través de los dos protagonistas -Stefano y Corrado- una reflexión autocrítica sobre el fracaso y la culpa, la traición y la identidad, un testimonio ineludible de la conciencia existencial y política de la Europa del segundo tercio del siglo XX.
William Gaddis.
Jota Erre.
Traducción de Mariano Peyrou.
Sexto Piso. Madrid, 2013.
Había en él algo de precursor, se dice del protagonista barojiano al final de El árbol de la ciencia. Y ese mismo juicio se podría aplicar a William Gaddis y a esta novela, que en 1975, diez años antes de su celebrado Gótico carpintero, hablaba de estafas piramidales y de especulativos vendedores de humo virtual.
No sólo por ese tema, tan actual, se anticipaba a este tiempo Jota Erre. También por su estructura renovadora, por su construcción a base de diálogos fragmentarios generadores de un ruido y un caos que exige la intervención activa del lector y que provocaron el rótulo de Mr. Dificult que le colocó Franzen.
Esos diálogos son los que ponen en pie y en movimiento a unos personajes que anticipan el descontrol de una sociedad tan individualista como la estadounidense y la deriva liberal del capitalismo salvaje en esta novela extrema que toma su título del nombre de un niño de once años que en los recreos y desde el teléfono público de su colegio monta un negocio desde la nada y sin nada, en la que ha sido calificada como la mayor novela satírica de la literatura norteamericana.
William Gaddis.
Gótico carpintero.
Traducción de Mariano Peyrou.
Sexto Piso. Madrid, 2012.
Diez años después de Jota Erre, en 1985, Gaddis escribió Gótico carpintero, una novela en la que concentró más su capacidad narrativa en el manejo del espacio y el tiempo –todo ocurre en el interior de una casa sórdida, entre pocos actores y en un breve plazo- y las posibilidades técnicas que le permitía el uso de los diálogos para construir la trama, diseñar a los personajes y hacer que la casa decimonónica -cuyo estilo arquitectónico se evoca en el título- asuma un papel protagonista, de manera que su ruina es la del sueño americano.
Como en otras novelas de Gaddis, la fascinación estilística arrastra al lector en una experiencia irrepetible y vertiginosa como la corriente de un río. Pero aquí esa corriente es un torbellino que absorbe al lector con la fuerza centrípeta de sus diálogos portentosos. Una fuerza que ha sabido plasmar en español –y no era fácil- el admirable traductor que es Mariano Peyrou.
Rodrigo Fresán la definió como la más breve y la más normal de sus novelas. Si lo primero es indiscutible, lo segundo es más dudoso. Porque en Gaddis -en el mejor sentido de la expresión- nada es normal, afortunadamente.
Julio Baquero Cruz.
Murasaki.
Menoscuarto. Palencia, 2013.
Una evocación del esplendor de la cultura oriental ambientada en el Japón de hace mil años, en la época de mayor brillantez del periodo Heian, a través de un personaje femenino, Murasaki, que escribió en el siglo XI la Historia de Genji y que da título a esta novela de Julio Baquero que publica Menoscuarto.
Pero, contra lo que pueda parecer a primera vista, no se trata de una novela histórica al uso, porque en ella lo importante no es la reconstrucción del pasado, sino la evocación de un sueño intemporal a través de una sucesión de estampas en las que se superponen la narratividad y la lírica, la sensibilidad oriental y la occidental y conviven la mirada reflexiva y la descripción de la naturaleza para construir una novela sólida y delicada que invita a una lectura demorada y gozosa.
Scipio Slataper.
Mi Carso.
Traducción de Pepa Linares.
Prólogo de Claudio Magris.
Ardicia. Madrid, 2013.
Hace poco más de un siglo, en 1912, el triestino Scipio Slataper (1888-1915) publicaba Mi Carso, una novela breve y fundacional que permanecía inédita en español y que acaba de aparecer en Ardicia con traducción de Pepa Linares y prólogo de Claudio Magris, otro escritor de Trieste que habla en su presentación del “áspero y esquivo lirismo” de esta obra.
Junto con Italo Svevo, Slataper es el iniciador de una tradición que ha hecho de Trieste no solo un lugar de referencia en la literatura del siglo XX, sino una tonalidad narrativa y un estado de ánimo. Murió en 1915 en combate en la Primera Guerra Mundial, en las filas del ejército italiano. Tenía 27 años y dejaba Mi Carso, como su única novela, una narración autobiográfica de tono intensamente lírico que surge del trauma provocado por la muerte de su madre y el suicidio de su novia.
Organizada en tres partes que corresponden con la infancia, la juventud y la madurez del narrador, Mi Carso es una muestra de la capacidad evocadora de las descripciones en la prosa sutil y matizada de un escritor del que se podían esperar obras aún mayores que esta.
Roger Wolfe.
Luz en la arena.
Zut Ediciones. Málaga, 2013.
Con Luz en la arena, que acaba de publicar Zut Ediciones, Roger Wolfe abre un prometedor ciclo narrativo autobiográfico -Las cosas que un hombre ha hecho- que se irá completando en sucesivas entregas.
Este primer volumen sale en busca del tiempo perdido para narrar los años infantiles del narrador con una admirable combinación de memoria y fabulación, de capacidad narrativa y prosa eficaz. Sus casi cuatrocientas páginas, apretadas y sólidas, fluyen con la misma naturalidad con la que parecen emerger los recuerdos hasta culminaren la evocación de “la última jornada oficial de nuestra infancia.
Santos Domínguez