23/11/07

Noches áticas


Aulo Gelio.
Noches áticas. Antología.
Edición de Francisco García Jurado.
Alianza Editorial. Madrid, 2007.



En su biblioteca temática dedicada a los clásicos grecolatinos, el Libro de Bolsillo de Alianza Editorial publica una antología de las Noches áticas de Aulo Gelio, una miscelánea escrita en el siglo II.

Fueron muchas las noches invernales que Aulo Gelio dedicó a leer y escribir estos textos, muchos sus capítulos y sus páginas. Lo que ofrece esta edición preparada y traducida por Francisco García Jurado es una selección breve y enjundiosa de unos escritos nocturnos y áticos que anticipan, catorce siglos antes, algunas claves del género ensayístico de Montaigne, uno de los fundamentos de la modernidad literaria.

Precursores del ensayo moderno, de los jardines de flores curiosas renacentistas y de silvas como la de Pero Mexía, las Epístolas familiares de Guevara o el Sobremesa y alivio de caminantes, sus veinte libros reúnen los saberes escritos y orales de su época en un libro de libros.

Aulo Gelio vivió en una época de crisis del sistema de valores del Imperio y fue contemporáneo de Luciano y de Apuleyo. Sus Noches áticas reúnen en su título un tiempo, el de la vigilia lectora de la elucubración, y un lugar, Atenas, que era sinónimo de la inteligencia y el saber de la antigüedad.

El recuerdo a veces cómico de la vida y las ideas de los filósofos, la filosofía práctica en forma de diatriba cínico-estoica, la nostalgia de los maestros, un esbozo de historia y crítica de libros y poetas, una exploración de las etimologías o un recorrido por la vida cotidiana, por los prodigios y las adivinaciones.

Esos son los temas que recorren la biblioteca en la que Gelio reunió sus lecturas en forma de citas y paráfrasis para que las utilizara la literatura posterior. Cortázar lo aprovechó en ese otro libro de libros que es Rayuela, y Borges, que se olvidó sistemáticamente de citarlo, aprendió de él el arte de incorporar citas y pasajes ajenos.

Bioy Casares imitó el modelo de Gelio en De jardines ajenos y en Descanso de caminantes, y escribió este elogio de las Noches áticas:

Es uno de los libros que estimulan nuestra inteligencia, nuestra imaginación o nuestras ganas de vivir.

Santos Domínguez