9/1/06

Dumas en la Bibliotheca Avrea



"Es fama que la inteligencia natural de Dumas corrió parejas con su ignorancia primera. Nadie duda que supiera leer y escribir: incluso tuvo buena caligrafía; se asegura que en aritmética no pasó de la multiplicación; leyó la Biblia, un tratado de mitología y algunas páginas de la Historia natural de Buffon; con esto, y una habilidad especial para el baile, la esgrima y el tiro, se lanzó a la conquista de París.
Si hemos de creer a Ferdinand Brunetière, la vida de Dumas es «la más divertida de sus obras, y la novela más curiosa que nos ha dejado es la de sus aventuras». Fue copista en la cancillería del duque de Orleáns; devoró con desorden y fervor lo mismo a Esquilo y a Plauto que a Schiller o Molière, y desde luego a Walter Scott; hizo varias fortunas, se arruinó otras tantas y fue perseguido por deudas. Tuvo un palacio y fue amigo de Garibaldi, de Hugo y de Vigny: vez hubo en que estos últimos le arreglaron sus versos. Se cuenta que, oyendo a Victor Hugo leer Marion de Lorme, dijo: «¡Ah, si con mi facilidad para el teatro, supiera yo escribir versos como esos!».
Triunfó en el teatro. Antony alcanzó un éxito solo comparable al del Hernani de Hugo. Hace unas décadas, cuando apenas se podía vivir sin Sartre, todo el mundo había leído Kean. Pero muchos menos recuerdan que la obra de Sartre era una adaptación de otra de Dumas. En ella Sartre ponía en boca del célebre actor romántico Edmund Kean (1787-1833) estas palabras: «Los hombres serios necesitan ilusiones». Dumas, o la necesidad de una ilusión. Claro que luego añadía que un actor «es una imagen de linterna mágica». Un espejismo, puntualizó otro.
Triunfó en el folletín. «Jamás —ha escrito Maurois—, en toda la historia de la literatura francesa, se ha dado un caso de fecundidad comparable a la de Dumas… Sin tregua, novelas de ocho y diez volúmenes aparecen en los diarios y en las librerías». Dumas, o el imperialismo histórico: como su Edmond Dantès, también él fue un cupitor impossibilium."

Por si alguien tenía alguna duda sobre las solapas de la Bibliotheca Avrea, aquí dejo esta prueba. Es el texto de solapa del volumen Los mosqueteros (Los tres mosqueteros. Veinte años después) que edita Cátedra con traducción, introducción y notas de Javier La Orden y las ilustraciones clásicas de Maurice Leloir y R. de La Nézière.

"Nadie - escribía Maurois- ha leído todo Dumas, pero todo el mundo ha leído a Dumas... Si en este momento (se decía en 1850) hay en alguna isla desierta un Robinson Crusoe, seguro que estará leyendo Los tres mosqueteros."

Santos Domínguez

Alexandre Dumas. Los mosqueteros. Traducción, introducción y notas de Javier La Orden Trimollet. Cátedra. Bibliotheca Avrea. Madrid, 2005.