17/1/22

Gozzano y la poesía italiana contemporánea


 Guido Gozzano.
Poemas dispersos.
Edición bilingüe de José Muñoz Rivas.
Calambur. Valencia, 2021.



José Muñoz Rivas.
Poesía italiana contemporánea.
Del Crepuscularismo 
al Neoexperimentalismo 
y la Neovanguardia.
Peter Lang. Berlín, 2021.



La isla existe. Aparece a veces a lo lejos
entre Tenerife y Palma, cubierta de misterio:

«... ¡la Isla No-Encontrada!» El buen Canario
desde el Pico alto del Teide la indica al forastero.

La señalan las cartas antiguas de los corsarios.
... ¿Hifola da-trovarfi?... ¿Hifola peregrina?...

Es la isla hechizada que resbala por los mares;
a veces los navegantes la ven cercana…

Rasuran con las proas esa dichosa orilla:
entre flores nunca vistas sobresalen palmeras sumas,

huele la divina foresta espesa y viva,
llora el cardamomo, sudan las gomas…

Se anuncia con el perfume, como una cortesana,
la Isla No-Encontrada... Pero, si el piloto avanza,

rápida se disipa como apariencia vana,
se tiñe del azul color de lejanía…


Con la traducción de José Muñoz Rivas, estos versos forman la segunda parte del díptico 'La más bella', un poema que Guido Gozzano (Turín, 1883-1916) publicó en julio de 1913 en La Lettura.

Es uno de los Poemas dispersos de Guido Gozzano que publica Calambur en una edición bilingüe y anotada que se suma a las ediciones que José Muñoz Rivas ha preparado de los dos únicos libros que el poeta crepuscular italiano publicó antes de su prematura muerte: La vía del refugio (1907), en esta misma editorial, y Los coloquios (1911), su libro fundamental, en Renacimiento.

Esta es la primera edición completa en castellano de los Poemas dispersos, un amplio conjunto de textos poéticos del poeta piamontés que aparecieron entre 1903 y 1916 en efímeras publicaciones periódicas y en revistas hasta que se recopilaron en 1948. La edición que se ha tomado como base de esta es la que fijó Edoardo Sanguineti en 1973, de la que hay edición revisada en Einaudi en 1990. Y sus comentarios son la base del espléndido aparato de notas que ilumina estos poemas, de los que ha escrito en otro lugar el profesor Muñoz Rivas estas palabras:

“Se trata de textos de alta importancia para el significado completo de su cancionero, ya que muestran muy claramente las fases del pensamiento poético del autor piamontés, desde sus inicios dannunzianos y esteticistas, hasta el final de su poesía y de su vida en 1916. […] Los ‘poemas dispersos’ son composiciones de alto valor estético, que en buena medida han estado muy poco valoradas por la crítica […] y que arrojan luz novedosa al conocimiento de su poesía, y también del decadentismo Italiano, del que Gozzano es un maestro todavía poco conocido.”

Y a Gozzano dedica Muñoz Rivas la primera de las dos partes de su Poesía italiana contemporánea, el volumen que publica en la editorial berlinesa Peter Lang y a cuyo prólogo pertenecen las líneas anteriores.

Uno de los textos de esa primera parte, titulada La experimentación de Guido Gozzano, es el que sirve también de introducción a los Poemas dispersos, que reflejan la evolución del poeta desde la grandilocuencia temática y formal propia del esteticismo de D’Annunzio, cuya influencia fue determinante en su fase de aprendizaje, hasta la formación de una mirada antirromántica y decadentista hacia la insignificancia de la realidad y la existencia que Gozzano aborda expresivamente desde el despojamiento antirretórico, el prosaísmo y la  sencillez estilística, desde la estructura de la canción popular o el coloquio directo.

Esta poesía de raíz parnasiana, de tono menor y voluntad narrativa influyó en el hermetismo novecentista y en poetas como Eugenio Montale, que definió el verso de Gozzano como “funcional y narrativo”.

“Muchos de los poemas dispersos -escribe Muñoz Rivas en su introducción- son auténticas joyas de la literatura italiana, textos de altísima calidad artística que no encontraron una publicación en forma de libro, muy posiblemente por la falta de tiempo y sosiego que facilitara nuevos planteamientos en el autor. O más simplemente, por la falta de tranquilidad que propiciaba la enfermedad incurable que lo atormentaba a partir del diagnóstico oficial de tisis aguda que recibió en 1907.”

Del Crepuscularismo al Neoexperimentalismo y la Neovanguardia es el subtítulo del ya citado volumen Poesía italiana contemporánea, cuya segunda parte -Cinco propuestas de poética novecentista- toma a Ungaretti, Pavese, Sereni, Pasolini y Giuliani como sendos referentes de los cinco artículos, cuyos contenidos resume así Muñoz Rivas:

La teorización de Ungaretti, “que traduce a Góngora al italiano y utiliza materiales petrarquistas que encuentra en Luis de Góngora y William Shakespeare, para incorporar la memoria de Francesco Petrarca a su poesía en evolución, de algún modo necesitada de encontrarse con la tradición italiana.”

La poesía de Cesare Pavese y “las dos ediciones de Lavorare stanca, un cancionero que acaparó la atención de Pavese durante más de trece años, y que contiene muchas de sus ilusiones juveniles, y propuestas literarias.”

Las obras iniciales de Vittorio Sereni, “representantes de la nueva literatura que se escribe en Italia después de la Segunda Guerra Mundial. […] Si bien su poesía proceda del mejor hermetismo de Eugenio Montale, Salvatore Quasimodo y Giuseppe Ungaretti, Sereni sabe encontrar una posición muy personal en la poesía italiana de la segunda mitad del siglo XX.”

“La figura inconfundible y conflictiva, polémica y a menudo brillante de Pier Paolo Pasolini ocupa el capítulo octavo, en el que tiene un puesto de primera fila como representante del ‘neoexperimentalismo’ italiano. […] Y por lo demás, aquí se quiere dar cuenta de la concepción tan amplia que tenía Pasolini de la poesía, donde había espacio para la narrativa, el cine y el teatro en los últimos tiempos, que para él fueron también tiempos de deconstrucción de su propia poesía.”

“El capítulo noveno está dedicado a la poesía de Alfredo Giuliani, teórico de la neovanguardia italiana de los años sesenta.[…] Y pese a muchas de las afirmaciones contrarias en esta dirección, me parece importante constatar aquí la fuerte interrelación que hay en la obra de Giuliani entre poética y poesía, entre teorización y composición, entre las ideas sobre la poesía y la escritura de la misma poesía. Una relación que no es muy común entre los autores del Novecientos, donde predominan más las ideas sobre la poesía que las mismas obras de poesía.”

“El trabajo de la traducción, que realicé con la ayuda del poeta italiano, dio lugar a un denso epistolario entre traductor y autor, que me he decidido finalmente a publicar parcialmente en apéndice, al menos en la parte del autor. […] Es la parte más creativa e interesante, y útil de todo el libro, si pensamos en los estudios de traducción poética que podrían beneficiarse de estas reflexiones sobre la traducción del texto poético, o en los críticos de la poesía de vanguardia italiana, ya que la crítica literaria está bien presente en estas páginas.”

Unas páginas que, junto con la edición de la poesía dispersa de Gozzano debería contribuir “al conocimiento de la literatura italiana en España […] Un avance a todas luces que está favoreciendo cada vez más el estudio y el intercambio científico y personal entre investigadores de literatura italiana, entre los que el diálogo, también por lo que se refiere a España, es cada vez más rico y esperanzador”, como dice Muñoz Rivas al final de su prólogo.

Santos Domínguez