14/9/20

El hombre tranquilo




Maurice Walsh.
El hombre tranquilo.
Edición conmemorativa.
Prólogo de Javier Reverte.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2020.

Paddy Bawn Enright era un muchacho despreocupado de diecisiete años cuando marchó a Estados Unidos en busca de fortuna, como tantos otros de los suyos. Y quince años después regresó a su condado de Kerry natal, serenada la despreocupación y consumida la juventud. Si había hecho fortuna o no... eso nadie lo sabía. Porque era un hombre tranquilo al que no le gustaba hablar de sí mismo y de las cosas que había hecho.
Un hombre tranquilo, ligeramente por debajo del peso medio, con buenos hombros y ojos azules y hundidos, de mirada fija, bajo unas cejas más oscuras que su pelo negro: ese era Paddy Bawn Enright.

Así comienza El hombre tranquilo, el relato central de un conjunto narrativo (Green Rushes, Juncos verdes) del irlandés Maurice Walsh que publica Reino de Cordelia en una reedición conmemorativa del centenario de Maureen O’Hara, ocho años después de su primera edición, que apareció en 2012, cuando se cumplían sesenta años del estreno en 1952 de El hombre tranquilo, la memorable película dirigida por John Ford.

Traducido por Susana Carral y prologado por Javier Reverte, era la primera vez que se editaba en España aquel relato, que se publicó en una revista en 1933, protagonizado por el boxeador Paddy Bawn, que vuelve a su Kerry natal -la mítica Inisfree en la adaptación cinematográfica- para acabar sus días en “un lugar pequeño y tranquilo sobre alguna ladera”, y que ya siempre tendrá la cara de John Wayne y el nombre de Sean Thornton, y por la temperamental joven irlandesa Ellen Roe -Mary Kate Danaher en la película-, que ya siempre será la independiente y pelirroja Maureen O’Hara.

El amor y la política, el nacionalismo y un indisimulado machismo, el boxeo y la amistad, los paisajes bucólicos y las nieblas, la cerveza y las peleas, las historias y las leyendas recorren los cinco episodios de un conjunto que tiene como eje este relato, que dio lugar a la película y da título al volumen.

La película de Ford, todo un clásico del cine, tuvo un enorme éxito, que confirmó el interés que había generado la narración original veinte años antes, cuando se publicó en el Saturday Evening Post. Lo recuerda así Javier Reverte en su introducción:

“La historia impresionó a muchos miles de lectores en América, entre ellos a un director llamado John Ford, que dio a Walsh en 1936 un adelanto simbólico de diez dólares mientras intentaba captar el dinero suficiente que le permitiera llevar el relato al celuloide: tardaría quince años en conseguirlo.”

Santos Domínguez