30/9/20

Bécquer. Vida y época


Joan Estruch Tobella.
 Bécquer. Vida y época.
Cátedra Biografías. Madrid, 2020.

Esta biografía no sólo pretende recopilar toda la información disponible sobre la vida de Bécquer, sino hacerlo de manera que el lector conozca las fuentes de información y pueda, si así lo desea, acceder a ellas de manera autónoma, rápida y eficiente. El problema ya no es, por tanto, el acceso a la información, sino la capacidad de discriminarla, seleccionarla e interpretarla dentro un relato coherente y con sentido, siempre desde un punto de vista que aspira a la mayor objetividad posible.

En el caso de la biografía de Gustavo Adolfo Bécquer, nuestra aportación es heredera de las biografías más desmitificadoras y solventes, la de Rica Brown (1963) y la de Robert Pageard (1990). La profesora inglesa, ya en 1941, acuñó el concepto de «la leyenda de Bécquer», concepto fecundo, que guio su magnífica biografía. Parecida orientación siguió el hispanista francés, que significativamente tituló la suya “Bécquer. Leyenda y realidad.” Esta fuerte tensión entre mito y verdad ha provocado graves intentos de apropiación indebida de su biografía y de su obra de los que todavía quedan muchas secuelas. 

En esos dos párrafos explica Joan Estruch Tobella el sentido de su Bécquer. Vida y época, que publica Cátedra en su magnífica colección Biografías.

Del peligro de esas apropiaciones indebidas fue quizá consciente el propio Bécquer, como se deduce de estas palabras del biógrafo al evocar la fama de su poesía:

Doce años después de su muerte, en 1882, Bécquer ya era considerado «el poeta más citado, y tal vez uno de los que tiene más imitadores». Pero era una fama basada en lo que él mismo, con asombrosa clarividencia, había calificado de «sentimentalismo casero».

Editor en Cátedra Avrea de las Obras Completas de Bécquer, Joan Estruch es quizá el más prestigioso especialista en la obra del posromántico y aborda ahora en un amplio ensayo la difícil peripecia vital de Bécquer y la intrahistoria de su escritura, sus problemas familiares y económicos, su consolidación como escritor y periodista parlamentario, las amistades y rivalidades personales y literarias o el proceso de edición póstuma de las Rimas a partir del manuscrito del Libro de los gorriones y de su abundante obra en prosa, de las Cartas desde mi celda a las Leyendas.

Frente a la imagen tópica e idealizada de Bécquer como soñador bohemio, Estruch, que rescató hace quince años en su edición crítica los artículos políticos que publicó en la prensa, destaca que el poeta sevillano no era un marginado, sino un integrado en el ala más conservadora de la política española de la época, el partido moderado. No es raro, pues, que una misma concepción tradicionalista de la historia vincule la Historia de los templos de España y el trasfondo ideológico de las Leyendas.

Protegido por González Bravo, último jefe de gobierno de Isabel II antes de la Gloriosa, Bécquer fue censor de novelas y acompañó al exilio en París a su protector, que tenía en su casa el único manuscrito de las Rimas, desaparecido en el incendio que se produjo cuando las turbas asaltaron la casa del primer ministro.

Esa imagen de un Bécquer delicuescente y frágil la fomentaron sus amigos cuando editaron su obra en 1871, un año después de su muerte, y alteraron el orden de las Rimas para reinventar el proceso de una historia amorosa que no responde a la realidad de la compleja vida sentimental del poeta.

Compleja como su personalidad, que no se deja reducir a un modelo bidimensional ni se reflejó autobiográficamente en su obra, bastante más opaca en ese sentido de lo que suele pensarse. De ahí la necesidad de indagar en su vida y en su escritura como hace Joan Estruch desde los años de formación y las primeras publicaciones hasta las circunstancias que rodearon su muerte y su entierro, con especial atención al ambicioso proyecto de la Historia de los templos de España, del que sólo se publicó el relativo a Toledo, cuya presencia en cinco de las Leyendas tiene mucho que ver con la prolongada estancia de Gustavo y su hermano Valeriano en la cuidad durante el proceso de elaboración de aquella obra, como ocurriría luego con los meses que pasaron en el monasterio de Veruela y su repercusión en los ambientes sorianos y aragoneses de otras leyendas y en las Cartas desde mi celda.

Hay otros aspectos que tienen un destacado relieve en el conjunto de esta biografía: el desdén de Julia Espín, “musa menor de las Rimas”, que lo definía como “un hombre sucio”, según recuerda Estruch, que indaga también en la problemática relación con su mujer, Casta Esteban, de la que se separó de manera muy traumática; el comportamiento político de Bécquer, sus amistades y rivalidades, o la peripecia del manuscrito de las Rimas, el conjunto de poemas con los que superó los excesos de gesticulación de un Romanticismo tan escenográfico como el español para abrir el camino de la modernidad a la poesía española, que despertó con él de un letargo de más de siglo y medio, como señaló Cernuda en una de las mejores aproximaciones que se han escrito sobre su obra poética.

Concebido como un ensayo que “aspira a ser una «obra abierta», que acepta que nunca estará completa y cerrada, porque siempre se producirán nuevas lecturas, nuevas perspectivas, nuevas investigaciones”, esta rigurosa y documentada biografía tiene siempre como horizonte el propósito de iluminar la obra de Bécquer. Así lo resume el autor en su Presentación:

Pero ahora lo más importante es leer, releer a Bécquer, un autor de rica complejidad que, como los grandes clásicos, se sitúa en su época, pero la trasciende. Bécquer en su época, y más allá.


Santos Domínguez