Mario Campaña.
Pájaro de nunca volver.
Prólogo de Eduardo Milán.
Candaya. Barcelona, 2017.
esos trotes que resuenan en el cielo
esos nuevos compañeros que entre nubes se despiden
continuando sin fin el viaje
adiós muchachos.
sin respuesta aquí en los límites
entre riberas desaparecidas
entre pueblos extintos
esta herencia
tiernos osarios de pájaro y serpientes.
ardan ya casa y ciudad
cielo
corazón y memoria
todo puede cambiar
Así termina Pájaro de nunca volver, el poema-libro del ecuatoriano Mario Campaña (Guayaquil, 1959) que publica Candaya en su colección de poesía.
Cierra el ciclo de cuatro libros iniciado con Cuadernos de Godric hace casi treinta años, en 1988 y del que forman parte también Aires de Ellicott City (2006) y En el próximo mundo (2011), publicados en esta misma editorial.
Un ciclo que constituye un viaje poético-temporal, como señala Eduardo Milán en su prólogo –“Donde no se regresa. Desafío de Mario Campaña”-, que añade que este es el “final de un largo transcurrir que va de pérdida en pérdida.”
Esa travesía por la pérdida y el desarraigo, sin origen ni meta, es un “ilusorio viaje de regreso / de ida o de regreso qué más da” por medio de unos textos que se mueven entre lo individual y lo colectivo, entre el yo y el nosotros, entre la presencia y el vacío, entre la mirada y el sueño.
Así había comenzado este viaje:
aquella noche despertamos sobrios con el sol
y ya había desaparecido el río.
incrédulos recordamos los presagios
trémulos mirando el cauce
basura, piedra y fango lo colmaban;
recogimos los anzuelos, la red y las carnazas
del cielo súbitas sombras nos cercaron.
todo el día estuvimos en silencio
junto a los cántaros, en el bosque.
en la tarde meditamos juntos:
“ahora las muchachas caminan libres
donde antes se arrastraba el río”.
de noche el silencio era más duro.
después todos volvimos a la orilla
caminando con un pie en el sueño.
Enmarcado entre un Introito y una Coda, el poema-viaje se organiza en dos partes que van del exilio al naufragio y al submundo de la disolución en un estar sin final, en un constante deshacerse y rehacerse en el que “ahora la inmovilidad / no al vacío / teme el alma aletargada.”
La de Mario Campaña es una poesía fuerte y dolorosa, como la denominó Américo Ferrari, una escritura que viaja a los límites de la experiencia y de la expresión guiada con la luz de la imagen visionaria y con una palabra sostenida en sí misma y en su persistente resistencia:
el pájaro de nunca volver hoy canta
memoriosas ofrendas del porvenir
en el tiempo del fin de mundo.
Santos Domínguez