Alessandro Marzo Magno.
Los primeros editores.
Traducción de Marilena de Chiara.
Malpaso. Barcelona, 2017.
El amanecer de los libros era el título original de Los primeros editores, un espléndido ensayo de Alessandro Marzo Magno que publica Malpaso con traducción de Marilena de Chiara.
Rigurosamente documentada, es una estupenda evocación intrahistórica de aquella ciudad convertida en capital editorial del mundo en pleno Renacimiento, en la primera mitad del Cinquecento, porque “en la primera mitad del siglo XVI era en Venecia donde se imprimía la mitad de los libros que se publicaban en Europa. Y esta primacía no era solo cuantitativa, sino también cualitativa (...) Sin la industria editorial veneciana de aquel siglo no existiría el libro tal y como lo conocemos hoy, y tampoco la lengua italiana tal como la hablamos hoy. El italiano se basa en la obra de los toscanos Dante y Petrarca, pero son las ediciones venecianas a cargo del humanista Pietro Bembo e impresas por el rey de los editores, Aldo Manucio, las que decidieron la influencia que aún perdura.”
La Serenísima República de Venecia era entonces una potencia marítima de peso internacional y su posición dominante permitió intercambios culturales no sólo con el mundo occidental, sino con el islámico y el hebreo. Y eso permitió la multiculturalidad y el eclecticismo: allí se publicó la primera edición del Talmud en libro y allí se compuso el primer Corán impreso en árabe, rodeado de misterio y perdido durante medio milenio. Y allí destacó sobre todas la figura genial de Aldo Manuzo, "el Miguel Ángel de los libros", el editor más importante del siglo, que publicó en 1499 el Sueño de Polifilo, de Francesco Colonna, la obra maestra de la impresión, el Cancionero de Petrarca y la Divina Comedia y fue el creador del libro de bolsillo, del “libro portatile”.
La Serenísima República de Venecia era entonces una potencia marítima de peso internacional y su posición dominante permitió intercambios culturales no sólo con el mundo occidental, sino con el islámico y el hebreo. Y eso permitió la multiculturalidad y el eclecticismo: allí se publicó la primera edición del Talmud en libro y allí se compuso el primer Corán impreso en árabe, rodeado de misterio y perdido durante medio milenio. Y allí destacó sobre todas la figura genial de Aldo Manuzo, "el Miguel Ángel de los libros", el editor más importante del siglo, que publicó en 1499 el Sueño de Polifilo, de Francesco Colonna, la obra maestra de la impresión, el Cancionero de Petrarca y la Divina Comedia y fue el creador del libro de bolsillo, del “libro portatile”.
Aunque era una ciudad sin universidad –estaba cerca la de Padua-, Venecia era entonces una multinacional del libro, la capital internacional de la edición. La mitad de la producción editorial europea entre 1526 y 1550 salió de las prensas venecianas, que llegaron a producir 35 millones de ejemplares a lo largo del siglo.
“El mercado editorial en Venecia –escribe Alessandro Marzo- es tan importante que convierte a la ciudad en una suerte de feria permanente durante todo el año.”
Con 150.000 habitantes, Venecia tenía en 1500 690 imprentas de las que salieron todo tipo de libros. Además de Biblias, textos religiosos y clásicos grecolatinos, allí se editaron los primeros libros en armenio y en griego; el primer libro de música impreso con tipos móviles; el primer tratado ilustrado de arquitectura; el primer libro pornográfico y abundantes tratados de medicina, gastronomía y contabilidad.
Fue allí donde el Orlando furioso se convirtió en el primer best-seller con 28 ediciones en menos de veinte años, donde Pietro Aretino -"Un genio. Un pornógrafo. Un pervertido. Un intelectual refinado"- se hizo famoso con sus sonetos lujuriosos, donde los grandes descubrimientos geográficos impulsaron la edición de cartas de navegación, mapas de las nuevas tierras americanas y abundantes textos geográficos, útiles para conocer la Tierra y para hacer la guerra.
En esta recreación de la época en la que Venecia hizo leer al mundo, el lector recorre de la mano del autor las calles y las librerías, las imprentas de aquella ciudad comercial que fue la capital editorial de Europa hasta que la Inquisición y el Concilio de Trento arruinaron aquella aventura cultural y económica sin la que el Renacimiento no hubiera sido posible:
“Industrialización, globalización, marketing: todo está presente en la Venecia renacentista. Se trata de sucesos de hace medio milenio, pero las capacidades productivas y comerciales manifestadas en la capital mundial del libro de la primera mitad del siglo XVI encajarían perfectamente entre las historias de éxito de las empresas contemporáneas.”
Jorge Edwards.
Prosas infiltradas.
Reino de Cordelia. Madrid, 2017.
“Lo esencial del ensayo, para mí, consiste en proponer preguntas y en admitir respuestas diversas, coyunturales, conjeturales y hasta contradictorias”, escribe Jorge Edwards en el Breve ensayo sobre el ensayo que hace la función de prefacio de sus Prosas infiltradas, una espléndida colección de ensayos breves que publica Reino de Cordelia.
Borges, Cortázar, Octavio Paz, Machado de Assis, Voltaire, Proust, Svevo, Cervantes o Montaigne son algunos de los referentes intelectuales y literarios a los que interrogan estas páginas conlas que Jorge Edwards se adentra en el territorio más fecundo de la modernidad.
Porque estos ensayos son prosas infiltradas entre los diferentes géneros, puertas giratorias que abren de un lado el componente narrativo del ensayo clásico y de otro el factor reflexivo de las grandes novelas de Proust, Stendhal o Thomas Mann.
Desde ese territorio ensayístico propicio a la libertad y al tanteo, a la exploración y a la incertidumbre, Edwards explora la difícil relación de la cultura con el poder, traza la semblanza de Fidel Castro y de Neruda o aborda la literatura francesa como una referencia constante, además de la literatura en español, de estos ensayos que son también un homenaje a sus lecturas desde la memoria de un lector agudo que busca espacios de encuentro de la lectura y la escritura.
La narrativa de Cortázar en sus prosas sueltas y libres, con un fondo frecuente de elementos ensayísticos que revela Edwards en un ensayo luminoso, una aproximación a la obra de Cortázar desde “la libertad de escritura y la libertad de lectura”; Octavio Paz como ejemplo de confluencia de poesía y ensayo o la invención de una voz narrativa en Machado de Assis son el de objeto algunos de estos textos en los que siempre está presente la conexión de vida y literatura, de lectores leídos y escritores contados, como titula uno de los mejores capítulos del libro: un estupendo ensayo sobre Cervantes y el Quijote.
José Manuel Caballero Bonald.
Examen de ingenios.
Seix Barral. Barcelona, 2017.
Con un título que homenajea a Huarte de San Juan, que publicó en Baeza en 1575 su Examen de ingenios que le convertiría en patrón de la psicología, José Manuel Caballero Bonald reúne un centenar largo de semblanzas de escritores, artistas plásticos o músicos del ámbito hispánico “que me han atraído por alguna razón y a los que he tratado de manera asidua o eventual.”
Entre la anécdota y la reflexión crítica, estos retratos literarios, dictados por la proximidad o por el desafecto, se acercan a novelistas, poetas, cantaores, pintores o actores desde la admiración o el encono indisimulado.
Ordenadas de manera aproximadamente cronológica, no por su fecha de nacimiento sino por la fecha en que los conoció, estas semblanzas son una forma indirecta de autobiografía porque con todos ellos ha tenido una vinculación personal más o menos intensa.
Algunos de estos retratos estaban esbozados en La novela de la memoria o en Oficio de lector, pero toman aquí su perfil definitivo, pasado por el filtro del tiempo y por la evolución del propio Caballero Bonald, que coteja así “lo que pensaba con lo que pienso”por ejemplo en relación con Tiempo de silencio.
Alejados por igual de la adulación y la mordacidad, son dibujos rápidos, hechos con pinceladas precisas, “bosquejos casuales y probablemente temerarios” que en lo que se refiere a la literatura española evoca a escritores de cinco grupos generacionales: el 98 de Azorín o Baroja, el Novecentismo de Américo Castro o D’Ors, el 27 de Alberti o Aleixandre, el 36 de Rosales, Panero o Ridruejo y la promoción del 50, con Valente o José Agustín Goytisolo, con lo que Caballero Bonald prescinde de promociones posteriores a la suya.
El retrato cáustico de un Azorín más estático que el del retrato de Zuloaga; la mirada entre admirativa y maliciosa a Dámaso Alonso –“no es disparatado suponer que había nacido calvo y que se valió de las gafas al mismo tiempo que del sonajero”-; la admiración por la escritura de Alejo Carpentier; la mala experiencia de conocer a Borges en persona; el encuentro silencioso de dos retraídos -Onetti y Rulfo-, autores de una obra admirable; el elogio de La casa encendida de Luis Rosales; la celebración de la narrativa de Cunqueiro; sus conflictivas relaciones con Cela, “especialista en la obra de Cela; el recuerdo de Lezama Lima en su salón habanero, “mitad leonera mitad scriptorium”; un retrato demoledor de José Hierro o “la claridad jubilosa” de la poesía de Claudio Rodríguez son algunos de los ejemplos de este Examen de ingenios.
Un libro en el que coexisten las luces y las sombras, la evocación de la persona o el personaje y el análisis de su obra, la subjetividad de la memoria y la objetividad crítica o una mirada irónica sobre nombres como Antonio Gala, Vargas Llosa, Gil de Biedma o Carlos Barral.
Un libro en el que coexisten las luces y las sombras, la evocación de la persona o el personaje y el análisis de su obra, la subjetividad de la memoria y la objetividad crítica o una mirada irónica sobre nombres como Antonio Gala, Vargas Llosa, Gil de Biedma o Carlos Barral.
Completan el panorama, mayoritariamente literario, pintores como Viola, Millares, Antonio López o Tapies; actores como Marsillach o Paco Rabal y cantaores como Agujetas, Mairena o La Niña de los Peines.
Elias Canetti.
El libro contra la muerte.
Con un postfacio de Peter von Matt
Texto establecido por Sven Hanuschek,
Peter von Matt y Kristian Wachinger,
con la colaboración de Laura Schütz
Edición en español adaptada y anotada
por Ignacio Echevarría
Traducción de Juan José del Solar
y Adan Kovacsics.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2017.
“Haber presenciado a los siete años de edad cómo su padre se desplomaba repentinamente, víctima de un ataque al corazón, marcó a Elias Canetti de manera decisiva, y sembró en él la semilla de su visceral rechazo a la muerte, a cuyo imperio se opuso siempre, de manera a menudo estentórea. Desde muy temprano, Canetti acarició la idea de escribir un libro contra la muerte (...), cuyo proyecto lo acompañó el resto de su vida”, se indica en la nota que abre el volumen El libro contra la muerte, de Elias Canetti, que publica Galaxia Gutenberg en español en una edición adaptada y anotada por Ignacio Echevarría.
Sin embargo, nunca escribió ese libro, ni siquiera llegó a esbozarlo ni a escribir la primera frase de su libro, como señala en el postfacio Peter von Matt, aunque dejó abundantes anotaciones inéditas en su legado póstumo.
Junto con ese material inédito que han rescatado en un arduo trabajo un grupo de editores -Sven Hanuschek, Peter von Matt y Kristian Wachinger, con la colaboración de Laura Schütz— El libro contra la muerte reúne los apuntes sobre el tema que Canetti publicó a lo largo de su vida.
Fechados entre 1942 y 1994, integrados y desperdigados en sus libros o rigurosamente inéditos, estos apuntes reflejan el tema vertebral de la obra de Canetti: un combate contra la muerte que recorre toda su escritura durante más de medio siglo como un ejercicio de resistencia, como una forma de evitar la muerte, de protegerse de ella como Sherezade en cada una de las noches que entretuvo narrativamente al sultán.
En 2010 en esta misma editorial se publicó el Libro de los muertos, por lo que es necesario advertir, como hace el editor, que no se trata del mismo libro “para que quienes leyeron en su día el Libro de los muertos no se disuadan de leer ahora el libro contra la muerte. Este último no constituye una refactura el primero sino, más propiamente, otro libro sobre la muerte de quien, a lo largo de medio siglo, no dejó un solo día de pensar en cómo resistirse a ella.”
Rafael Sánchez Ferlosio.
QWERTYUIOP.
Ensayos 4.
Edición de Ignacio Echevarría.
Debate. Madrid, 2017.
“Las cuestiones por las que me intereso apenas pasarán de seis o siete, y como, con el paso de los años y de las recurrencias, algunas acaban abriendo tuberías de comunicación, no es raro que se vayan fundiendo y reduciendo. Entre las más antiguas -dejando a un lado las abandonadas- se cuenta la que ahora se designa como “Carácter y destino”, escribía Rafael Sánchez Ferlosio en “La forja de un plumífero”, un texto autobiográfico que resume su trayectoria literaria y sus intereses intelectuales. Apareció en 1998 en la revista Archipiélago y ahora cierra como anexo el cuarto y último volumen de sus ensayos que publica Debate con edición de Ignacio Echevarría.
Junto con ese artículo iluminador, un imprescindible índice cronológico de los textos reunidos en los cuatro volúmenes que recopilan los artículos y ensayos de Rafael Sánchez Ferlosio remata este cuarto tomo de los ensayos ferlosianos.
Sobre enseñanza, deportes, televisión, publicidad, trabajo y ocio es el subtítulo de este volumen que lleva como título significativo QWERTYUIOP, las letras superiores del teclado de la máquina de escribir o del ordenador, una secuencia aparentemente arbitraria pero que responde a una lógica racional que combina varios criterios de la misma manera que hay también una red de sentidos que articula los distintos contenidos de este volumen misceláneo.
“La idea de titular «QWERTYUIOP» este volumen –explica Ignacio Echevarría en su Presentación- le sobrevino al autor al percatarse, una vez diseñado el plan de esta edición de sus ensayos, de que el cuarto y último de los volúmenes que iban a integrarlo constituía, al menos en apariencia, lo que se entiende por un «cajón de sastre».”
Tras un artículo de 1974 sobre la encerrona del desarrollo -'A propósito del gran regalo, tan involuntario por su parte como no deseado por la otra, que los altivos jeques del desierto estuvieron a punto de hacerles a los rumís amigos de sus enemigos'- que se recupera como Prefacio, se recogen en este volumen ensayos fundamentales de Ferlosio como Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado o el más reciente Non olet, junto con una serie de artículos que son la parte menos abstracta y más ligada a la experiencia inmediata de lo cotidiano de su producción ensayística, siempre entre la lucidez y el desengaño en la indagación de la realidad a partir de las tensiones de conceptos contrarios.
Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado es, lo dice él mismo, su “sermón más extenso y enconado”, tiene como centro el mito del progreso. La enseñanza y el debate entre educación e instrucción es el tema común a los artículos de “Entre Escila y Caribdis”. La publicidad y la televisión son el eje de la sección “Hacia una nueva estética”. Los juegos y deportes son el objeto de atención de varios artículos, así como la crítica del pensamiento liberal y de la ética del trabajo centran los textos de Non olet.
Cierran el conjunto dos secciones: una de textos misceláneos –QWERTYUIOP- y La señal de Caín, un ensayo de 1996 que –señala Echevarría-“se cuenta entre los más bellos, profundos y concluyentes de Ferlosio.”
Alberto Vital.
Noticias sobre Juan Rulfo.
La biografía.
Fundación Juan Rulfo. Editorial RM.
Barcelona, 2017.
Agotada hace tiempo la primera edición de 2004 de la que sin duda es la mejor biografía sobre Juan Rulfo y coincidiendo con el centenario del autor mexicano del nacimiento del autor mexicano la Fundación Juan Rulfo y la Editorial RM publican la segunda edición de Noticias sobre Juan Rulfo, de Alberto Vital.
Puesta al día y enriquecida con las aportaciones de nuevos estudios y precisiones sobre la vida y la obra de Juan Rulfo, con abundantes ilustraciones y cuatro anexos en los que Rulfo habla de su obra, Noticias sobre Juan Rulfo es un libro de referencia ineludible en la bibliografía rulfiana, en la que ocupa un lugar central, porque traza una imagen total de Rulfo y su obra, de su actitud ante el mundo en un acercamiento a la vida interior de la que se nutre su creación artística, siempre a caballo entre la ficción y la historia.
Es una incursión en la vida silenciosa de un tímido en cuya literatura hay, una considerable dosis de silencio, como en sus fotografías, a las que se dedica también mucha atención en esta biografía, que, como explica Alberto Vital en el prefacio para esta nueva edición, “quiere refrescar y reflejar nuevos haces de luz desde y hacia una obra sin medida.”
Elaborada con rigor documental y con un profundo conocimiento de la narrativa de Juan Rulfo, sus páginas viajan de la vida a la obra de la mano de un especialista en su obra que abre así nuevas vías de acceso a la lectura de su narrativa, sobre la que está biografía ofrece también una completa perspectiva crítica.
Los antecedentes familiares, la guerra cristera, la biblioteca que Ireneo Monroy depositó en la casa de su familia, el orfanato, su difícil juventud, la universidad, su actividad como fotógrafo, los cuentos de El llano en llamas, las primeras trazas de Pedro Páramo, el método de escritura de Rulfo y el proceso de redacción de la novela y su consagración literaria con el Premio Nacional de Literatura en 1970 son algunos de los episodios que rastrea esta magnífica biografía de Rulfo hasta el día de su muerte, el 7 de enero de 1986.
María Zambrano.
Filosofía y poesía.
Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2017.
“Hoy poesía y pensamiento se nos aparecen como dos formas insuficientes; y se nos antojan dos mitades del hombre: el filósofo y el poeta. No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método.”
En ese párrafo se resume el punto de partida de Filosofía y poesía, uno de los libros fundamentales de María Zambrano que reedita el Fondo de Cultura Económica.
Publicada en 1939, revisada por la autora en 1987 y articulada en cinco secciones -Pensamiento y poesía; Poesía y ética; Mística y poesía; Poesía y metafísica; Poesía-, es una luminosa indagación en las conexiones entre filosofía y lenguaje, entre razón y revelación que constituye el eje programático de la razón poética que constituye el centro del pensamiento de María Zambrano, discípula de Ortega y Gasset, que transformó la razón vital de su maestro en razón poética.
Nadie ha reflexionado más lúcidamente ni con más sutileza en nuestra cultura sobre las relaciones entre pensamiento y poesía, entre filosofía y creación, sobre la necesaria vinculación entre la razón filosófica y el conocimiento poético, en busca de un punto de encuentro en el que coincidan pensamiento y palabra poética, “ese temblor que queda tras de todo buen poema y esa perspectiva ilimitada, estela que deja toda poesía tras de sí y que nos lleva tras ella; ese espacio abierto que rodea toda poesía”.
Se trata de unir las actitudes del poeta y el filósofo en la propuesta de un logos mediador en su común aproximación a la realidad. Conocimiento y revelación reconciliados en la integración de razón e intuición que está en la base de la razón poética zambraniana y en su defensa de la poesía como forma de conocimiento:
“Pero, ¿no tendrán —poesía y poeta— su justificación, su propio reino? No habrá en todo el universo, en ese universo que el poeta ama tanto y con tanto fuego, ningún sitio para él? ¿Más allá de la justicia, no habrá nada para el poeta? El poeta no pide, sino que entrega; el poeta es todo concesión. ¿No le será concedido nada? Se puede pedir en nombre de la justicia. Pero quien de verdad da algo, no lo hace en nombre de ella. Quien da y quien da más de lo que se le pide, y casi tanto como se espera, lo hace porque le viene su don de más allá de la justicia; de más allá de lo que remunera a cada uno, con lo que le pertenece. Porque este don de la poesía no es de nadie y es de todos. Nadie le ha merecido y todos, alguna vez, lo encuentran.”
Joseph Campbell.
Las máscaras de Dios.
Mitología primitiva.
Volumen I.
Traducción de Isabel Cardona.
Edición revisada por
Sydney Yeager, Andrew Gurevich y Santiago Celaya
Atalanta. Gerona, 2017.
Una obra central en la producción de Joseph Campbell que ha empezado a publicar Atalanta con traducción de Isabel Cardona. Las máscaras de Dios es un monumental estudio de mitología comparada que Campbell publicó entre 1959 y 1968 en cuatro tomos centrados en los mitos primitivos, orientales y occidentales y en la mitología creativa.
Tras abordar las máscaras del héroe, trabajó durante doce años en Las máscaras de Dios, que planteó como una monumental “historia natural de los dioses y los hombres”, como un rastreo de patrones arquetípicos comunes a todas las mitologías que las distintas culturas han elaborado, desde Mesopotamia a los mayas o los etruscos, desde la India a Oceanía, desde la cultura egipcia a la olmeca, desde China a Europa.
Revisado y puesto al día en 2016 por Sydney Yeager, Andrew Gurevich y Santiago Celaya con la supervisión de la Joseph Campbell Foundation, este primer volumen, centrado en la mitología primitiva, convoca lo narrativo y lo antropológico, lo mitológico y lo poético para acercarse a los relatos mitológicos sobre héroes y dioses. Relatos que proponen una explicación del mundo y de la relación del hombre con la realidad en ritos de amor y de muerte que están en el fondo de la mitología de los cazadores del Paleolítico, en las simbólicas germinaciones de semillas del agricultor neolítico, en la función mágica del chamán o en las persistentes imágenes narrativas de los reyes inmolados. Un conjunto que representa la arqueología del mito en la construcción de esta “Historia natural de los dioses y los héroes.”
Jacques Derrida.
La oreja del otro.
Traducción y autobiografía.
Prólogo de Andrés Claro.
Traducción de Pilar Cáceres.
Carpe Noctem. Madrid, 2017.
“La traducción es una escritura, no es simplemente una traducción en el sentido de transcripción, sino una escritura productiva solicitada por el texto original”, afirmaba Jacques Derrida en una de las conversaciones que siguieron a su conferencia Otobiografías de Nietzsche en la Universidad de Montreal del 22 al 24 de octubre de 1979.
Los debates posteriores, en los que participó Derrida de una manera tan viva que complementaba sus conferencias y resumía su pensamiento deconstructivista, tienen suficiente entidad como para ser objeto de esta edición en Carpe Noctem.
La autobiografía y la traducción fueron los ejes sobre los que se articularon esas conversaciones. Son “dos formas de saber y experiencia sobre la relación entre lo extranjero y lo propio”, escribe en su prólogo Andrés Claro.
En esos debates Derrida matizó y aclaró los contenidos de su conferencia sobre Nieztsche e insistió en las claves de su filosofía: la imposibilidad de posesión del sentido propio y en la imposible traducibilidad del sentido del otro y de lo otro.
A esas alturas, en 1979, Derrida ya había hablado de la falsedad de la escritura, porque tiene como instrumento el lenguaje, que es una forma de distorsión del pensamiento. Y unos años antes había dejado en De la Gramatología algunas claves fundamentales del deconstructivismo. Había escrito sobre la indecibilidad, sobre la ambigüedad y la imprecisión como bases del lenguaje poético y había abierto todo un campo de posibilidades en la crítica literaria con su mirada al texto como una realidad abierta a las interpretaciones.
Dos citas extraídas de los dos debates pueden resumir las posturas de Derrida en aquellas conversaciones. Esta, sobre la traducción: “Cada vez que alguien dice su nombre propio o bien crea una obra literaria, o consigna su firma, ya sea traducible o intraducible, produce algo sagrado, no como en la prosa, no como lo que hace Jourdain en la prosa, sino al contrario: hacer poesía, es hacer algo sagrado, y en ese sentido es hacer algo intraducible.”
Y esta sobre la autobiografía: “Es la oreja del otro la que firma, por resumir de forma muy lapidaria mi planteamiento. Es la oreja del otro la que me relata, a mi, la que constituye el autos de mi autobiografía. Cuando mucho más tarde, el otro perciba con una oreja muy fina aquello que le esta dirigido, mi firma se habrá realizado.”
La traducción de Pilar Cáceres de las intervenciones de esos encuentros es la primera que se produce al castellano de “un texto cuya ausencia hasta la fecha -señala la traductora- resulta tan extraña como inexplicable.”
Paco Ignacio Taibo I.
Para parar las aguas del olvido.
Prólogo de Luis García Montero.
Drácena. Madrid, 2017.
Con un prólogo de Luis García Montero y con edición de Gastón Segura, Drácena recupera Para parar las aguas del olvido, de Paco Ignacio Taibo I (Gijón 1924-México 2008), un título que arranca de una cita de Cervantes para reconstruir la memoria de un niño de la guerra en el Oviedo de la posguerra.
La primera edición, que se publicó en Júcar en 1982 con un prólogo de Ángel González, uno de los personajes fundamentales del libro, llevaba años descatalogada.
De estas memorias de infancia y adolescencia dice en el prólogo Luis García Montero que constituyen “uno de los acercamientos más personales que conozco a lo que significó la vida de guerra y la inmediata posguerra en la educación sentimental de un tiempo histórico difícil: la infancia y la adolescencia de los derrotados.”
Escritas en capítulos breves, con distancia espacial y temporal, en México entre septiembre y octubre de 1978, resumen el aprendizaje de la rebeldía, el ejercicio de la resistencia, la defensa pese a todo de la esperanza en un futuro mejor, el descubrimiento de la vida o el tacto del primer pelo de pubis, de los libros y la calle, del amor y la imaginación, por parte del autor y de los cuatro amigos a los que dedicó estas memorias: Ángel González, Manuel Lombardero, Benigno Canal y Amaro Taibo.
Sobre el telón de fondo del miedo y la pobreza de la posguerra, la literatura aparece en estas páginas como una defensa de aquellos hijos de los vencidos ante el mundo: Cervantes, que “es una librería”, el asesinato de García Lorca, los novelistas rusos, Juan Ramón Jiménez o un decepcionante Gerardo Diego.
Formaron parte, como las calles o el cine, de la difícil educación sentimental de unos adolescentes en años más difíciles aún, que resumen una frase tan llamativa como esta: “Mi primer amor fue una máquina de coser marca Singer.”
Manuel Chaves Nogales.
Los secretos de la defensa de Madrid.
Edición aumentada y corregida.
Prólogo de Antonio Muñoz Molina.
Espuela de Plata. Sevilla, 2017.
“Este es un libro que quema entre las manos. Provoca en igual medida la admiración y el escalofrío. Está escrito en 1938, a una cierta distancia ya de los hechos que cuenta, pero tiene el temblor de urgencia de una crónica dictada a toda velocidad en el momento mismo en que las cosas suceden”, escribe Antonio Muñoz Molina en el prólogo “Manuel Chaves Nogales y la experiencia del derrumbe” que abre Los secretos de la defensa de Madrid, que publica Espuela de Plata en una espléndida edición con abundantes ilustraciones de Jesús Helguera.
Una edición que es el resultado definitivo de un complejo proceso de recuperación de esta serie que Chaves Nogales publicó en México en la revista Sucesos para todos entre el 5 de agosto y el 22 de noviembre de 1938, y en el inglés Evening Standard un mes después con el título genérico de The Defence of Madrid.
Ambientada en noviembre de 1936, en el Madrid asediado y a punto de caer ante las tropas sublevadas, Chaves Nogales reconstruye el proceso defensivo de la capital dirigido por el general Miaja y el teniente coronel Rojo, su enfrentamiento con Franco y con Largo Caballero, la huida de los políticos republicanos, la resistencia de un ejército lamentable y el papel de las Brigadas Internacionales, el pánico de la población ante los bombardeos, los acechos de la quinta columna, las luchas intestinas entre anarquistas y comunistas. Ese era el desalentador telón de fondo de aquella “trinchera de un millón de seres inermes”al filo de una rendición que se daba por hecha.
“Chaves Nogales está en todo, lo ve todo – escribe Muñoz Molina al final del prólogo-. Hasta descubrir este libro yo estaba seguro de que los mejores testimonios sobre la defensa de Madrid eran los de Arturo Barea y Max Aub. Chaves está a la altura de cualquiera de los dos.”
En esta nueva edición aumentada y corregida se han añadido más ilustraciones y, como epílogo, dos artículos de Chaves Nogales publicados en marzo y abril de 1939: 'Los días de agonía del Doctor Negrín' y 'Cómo cayó Madrid: horas de angustia'.
Santos Domínguez