10/5/17

Campbell. Las máscaras de Dios



Joseph Campbell.
Las máscaras de Dios. 
Mitología primitiva.
Volumen I. 
Traducción de Isabel Cardona.
Edición revisada por 
Sydney Yeager, Andrew Gurevich  y Santiago Celaya 
Atalanta. Gerona, 2017.

“Aparentemente, el hombre no puede sostenerse en el universo sin creer en algún orden de la herencia general del mito. De hecho, la plenitud de su vida parecería incluso estar en relación directa con la profundidad y amplitud no de su pensamiento racional, sino de su mitología local. ¿De dónde procede la fuerza de estos temas inmateriales que adquieren el poder de galvanizar poblaciones, convirtiéndolas en civilizaciones con una belleza característica y un destino propio autoimpuesto? Y ¿por qué los hombres, dondequiera que han buscado algo sólido en lo que armar sus vidas, no han escogido los hechos en los que abunda el mundo sino los mitos de una imaginación inmemorial, prefiriendo incluso convertir la vida en un infierno para símismos y sus vecinos en nombre de algún dios violento, en lugar de aceptar agradecidamente los bienes que el mundo ofrece?”, se preguntaba Joseph Campbell, que cuando murió, hace treinta años, llevaba otros tantos consolidado como un autor de referencia en los estudios de mitología universal. 

Las máscaras de Dios, que ha empezado a publicar Atalanta con traducción de Isabel Cardona, es su obra central, un monumental estudio de mitología comparada que Campbell publicó entre 1959 y 1968 en cuatro tomos centrados en los mitos primitivos, orientales y occidentales y en la mitología creativa.

Desde su inicial El héroe de las mil caras (1949), Campbell se dedicó en sus libros a buscar un espacio de reconciliación entre la consciencia y el misterio a través de los arquetipos mitológicos, religiosos y psicológicos de las distintas culturas, y utilizó la antropología, el psicoanálisis, la literatura o la fenomenología de las religiones para construir una interpretación vitalista del mito y del héroe, de ahí que prestara tanta atención a los mitos encarnados en Osiris, Dionisos, Mitra o Cristo, señores de la muerte y la resurrección.

Tras abordar las máscaras del héroe, trabajó durante doce años en Las máscaras de Dios, que planteó como una monumental “historia natural de los dioses y los hombres”. La completó en 1973, en Imagen del mito, que publicó también Atalanta, un estudio imprescindible de la iconografía global de los mitos a través de la representación plástica que hace visible lo invisible en las distintas tradiciones y culturas. 

Hay un hilo conductor en todos esos títulos y en los que se sucedieron hasta su último libro, Las extensiones interiores del espacio exterior (1986): el rastreo de patrones arquetípicos comunes a todas las mitologías que las distintas culturas han elaborado, desde Mesopotamia a los mayas o los etruscos, desde la India a Oceanía, desde la cultura egipcia a la olmeca, desde China a Europa. 

La mirada de Campbell es la mirada abarcadora y profunda propia de quien sustituye los prejuicios por la curiosidad intelectual y arranca de un amplio sincretismo cultural y religioso para transmitir una visión abierta e integradora de las distintas construcciones mitológica y para que el lector compruebe cómo se repiten en todas las culturas los mismos motivos míticos, esos arquetipos del inconsciente que estudió Jung y que Campbell recorre con lucidez y profundidad.

Con una combinación de simbolismo comparativo, religión, mitología y filosofía, arqueología e historia del arte, filología y folclore, psicología y literatura, el propósito declarado de Campbell es elaborar "el primer esbozo de una historia natural de los dioses y los héroes que, en su forma final, debería incluir a todos los seres divinos –al igual que la zoología incluye a todos los animales y la botánica a todas las plantas–, sin considerar a ninguno sacrosanto o más allá del dominio científico. Porque, igual que en el mundo visible de los reinos vegetal y animal, en el mundo visionario de los dioses también ha habido una historia, una evolución, una serie de mutaciones gobernadas por leyes; y sacar a la luz tales leyes es la aspiración propia de la ciencia."

Revisado y puesto al día en 2016 por Sydney Yeager, Andrew Gurevich y Santiago Celaya con la supervisión de la Joseph Campbell Foundation, este primer volumen, centrado en la mitología primitiva, se abre con un prólogo en el que Campbell delimita el objeto de su obra en estos términos:

“El estudio comparativo de las mitologías del mundo nos hace ver la historia cultural de la humanidad como una unidad, pues encontramos que temas como el robo del fuego, el diluvio, el mundo de los muertos, el nacimiento virginal y el héroe resucitado se hallan en todas las partes del mundo, apareciendo por doquier en nuevas combinaciones, al tiempo que permanecen solo unos pocos elementos, siempre los mismos, como en un caleidoscopio. En los relatos contados con ánimo de entretener, estos temas míticos se tratan con ligereza, con un espíritu obviamente de juego, mientras que en contextos religiosos se aceptan no sólo como verdades de hecho, sino incluso como revelaciones de aquellas verdades de las que toda la cultura es un testigo vivo, y de las cuales derivan tanto su autoridad espiritual como su poder temporal”.

Lo narrativo y lo antropológico, lo mitológico y lo poético se unen en esos relatos sobre héroes y dioses. Relatos que proponen una explicación del mundo y de la relación del hombre con la realidad en ritos de amor y de muerte que están en el fondo de la mitología de los cazadores del Paleolítico, en las simbólicas germinaciones de semillas del agricultor neolítico, en la función mágica del chamán o en las persistentes imágenes narrativas de los reyes inmolados. Un conjunto que representa la arqueología del mito en la construcción de esta “Historia natural de los dioses y los héroes.” 

En ese título, que es el del prólogo del volumen, podría resumirse el sentido de esta obra fundamental, de unos volúmenes de los que Campbell escribía que contienen "muchas indicaciones que sugieren las maneras en que pueden ser utilizados por personas razonables para fines razonables, o por poetas para fines poéticos, o por insensatos para la necedad y el desastre."

Las personas razonables, los poetas y los insensatos tienen ya en las librerías el primer volumen. Los siguientes irán apareciendo en los próximos meses.

Santos Domínguez