Italo Calvino.
Punto y aparte.
Ensayos sobre literatura y sociedad.
Traducción de Gabriela Sánchez Ferlosio.
Biblioteca Calvino. Siruela. Madrid, 2013.
Lo que debemos temer no es la decadencia, la irracionalidad, la crueldad, la carrera hacia la muerte del arte y de la literatura, sino la decadencia, la irracionalidad, la crueldad, la carrera ha-cia la muerte que leemos continuamente en la vida de los hom-bres y los pueblos, y de la que el arte y la literatura pueden ha-cernos conscientes o quizás inmunes, indicándonos la trinchera moral donde defendernos, la brecha por la que podamos pasar al contraataque. Estamos en una época de alarma. No intercam-biamos el horror de las cosas reales por el horror de las cosas escritas, no olvidamos que con lo que tenemos que batirnos es con la realidad terrible aunque nos sirvamos de las armas que la poesía terrible puede proporcionarnos. El miedo por las cosas escritas es una deformación profesional de los intelectuales y que atañe sólo a éstos, afirmaba Italo Calvino en La espina dorsal, una conferencia que pronunció en febrero de 1955 en el PEN Club de Florencia.
El texto de esa conferencia abre Punto y aparte, el volumen con el que Siruela sigue enriqueciendo su imprescindible Biblioteca Calvino, en este caso con la recuperación de los ensayos sobre literatura y sociedad que escribió entre 1955 y 1980.
Cuando recopiló estos ensayos, Calvino escribió una Presentación en la que explicaba su contenido:
En este volumen he reunido algunos de mis trabajos que tratan de opiniones sobre poética, esbozos de un camino a seguir, balances críticos y observaciones generales sobre el pasado, el presente y el futuro, que he ido elaborando y recopilando sucesivamente durante los últimos veinticinco años.
Y añadía: El personaje que toma la palabra en este libro (que en parte se identifica y en parte se distancia de mi propio yo, tal y como se manifiesta en otra serie de escritos y de actos) entra en escena por los años cincuenta, tratando de asumir una personal caracterización del papel que por entonces desempeñaba: la del «intelectual comprometido». Si seguimos sus movimientos en el escenario, podremos observar en él, de forma visible aunque sin cambios bruscos, cómo su identificación con este papel va poco a poco debilitándose a medida que va disolviéndose la pretensión de interpretar y guiar un proceso histórico. Sin embargo, sin descuidar por ello su dedicación a tratar de comprender, de indicar, de componer, va tomando más relieve progresivamente un aspecto que, mirándolo bien, estaba presente desde un principio: el sentido de lo intrincado, de lo múltiple, de lo relativo y de lo trillado, que determina una actitud de perplejidad sistemática.
Los artículos, las conferencias, los textos polémicos y los apuntes literarios que componen Punto y aparte reflejan las lecturas, inquietudes y preocupaciones de Italo Calvino, su ideología, sus proximidades y sus antipatías en el terreno de la cultura, su compromiso cívico y político, su distancia de las posturas dogmáticas, la curiosidad intelectual con la que define territorios como el del público lector, la risa, el erotismo o la literatura fantástica; la inteligencia con que explora las relaciones entre naturaleza e historia en la novela, o entre filosofía y literatura:
La relación entre filosofía y literatura constituye una lucha. La mirada de los filósofos atraviesa la opacidad del mundo, supera su espesor carnoso, reduce la variedad de lo existente a una telaraña de relaciones entre conceptos generales y fija las reglas del juego por las que un número finito de peones que se mueven sobre un tablero de ajedrez agota un número tal vez infinito de combinaciones. Llegan los escritores, y las abstractas piezas del ajedrez, los reyes, las reinas, los caballos y las torres son sustituidas con un nombre, una forma determinada, un conjunto de atributos reales o equinos y en el lugar del tablero se extienden polvorientos campos de batalla o mares agitados; y así las reglas del juego saltan por los aires y un orden distinto del de los filósofos se va abriendo camino paulatinamente.
Y el conjunto, además de reflejar su evolución estética y moral, traza un panorama global del pensamiento de uno de los escritores más lúcidos e inquietos de la segunda mitad del siglo pasado. Con estas palabras justificaba Calvino la oportunidad de hacer esta recopilación que suponía un punto y aparte en su trayectoria:
La sucesión de estas páginas empieza a cobrar forma, y se convierte en una historia que tiene sentido en su conjunto, si se toma como el fruto de una experiencia que ya ha concluido. Partiendo de esa base, me es posible ahora reunir estos ensayos en un volumen, es decir, aceptar releerlos y hacer que se relean por estas razones: para situarlos en su lugar en el tiempo y en el espacio; para alejarlos a fin de poder observarlos en su justa luz y perspectiva; para seguir las huellas de las transformaciones subjetivas y objetivas, y de su continuidad; para comprender en qué punto me encuentro; para poner, en fin, punto y aparte.
Santos Domínguez