Christopher Domínguez Michael.
El XIX en el XXI.
Universidad del Claustro de Sor Juana.
Sexto Piso. México, 2010.
El XIX en el XXI.
Universidad del Claustro de Sor Juana.
Sexto Piso. México, 2010.
El XIX en el XXI recopila treinta y cinco artículos de Christopher Domínguez Michael sobre algunos de los autores esenciales del ochocientos.
Escritos y publicados a lo largo de veinte años, el volumen que edita Sexto Piso los organiza en cuatro apartados cronológicos (Románticos, Reformadores, Decadentes y Casi contemporáneos) que en conjunto constituyen una mirada a la persistencia de lo decimonónico en la actualidad: desde autores representativos del pensamiento reaccionario como De Maistre o Chateaubriand hasta casi contemporáneos como Poe, pasando por Balzac y Chejov, por Sainte-Beuve y Dostoievski, o por Tolstói y Galdós.
Algunos de los artículos de este volumen aparecieron ya hace casi veinte años en el libro La utopía de la hospitalidad o fueron publicados originariamente en Letras Libres o en el suplemento de Reforma, como reseñas o notas de lectura, de manera que a veces son críticas directas de una obra como las Memorias de Ultratumba –“un vasto epígrafe” escrito desde la otra orilla- a propósito de una nueva traducción al español, pero en muchas otras el acercamiento al autor es indirecto.
Y así se habla de Víctor Hugo desde el ensayo que le dedicó Vargas Llosa; a Galdós se accede a través de la biografía de Ortiz Armengol; a Chejov, a partir de la biografía que escribió Irene Nemirovsky; a Rilke, desde la edición en Losada de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge; a Henry James, a través de dos novelistas -Tóibin y Lodge- que lo convirtieron en protagonista de sendas obras; o en relación con Poe se analiza su acogida crítica más que su mundo literario.
En todo caso, y pese a su indisimulado carácter circunstancial, estas páginas contienen abundantes iluminaciones, aunque su luz sea indirecta, y constituyen en conjunto un buen mapa para orientarse en la literatura del XIX.
No faltan aquí momentos brillantes como este, a propósito de De Quincey y su Memoria de los poetas de los lagos:
La adolorida delicadeza con la que Thomas de Quincey analizó sus sueños, sus alucinaciones y sus experiencias, dejan en el misterio si su vida entre los poetas de los lagos formó parte o no de ese infierno de donde Carlyle lo creyó fugado, como una chispa que salta del fuego.
Escritos y publicados a lo largo de veinte años, el volumen que edita Sexto Piso los organiza en cuatro apartados cronológicos (Románticos, Reformadores, Decadentes y Casi contemporáneos) que en conjunto constituyen una mirada a la persistencia de lo decimonónico en la actualidad: desde autores representativos del pensamiento reaccionario como De Maistre o Chateaubriand hasta casi contemporáneos como Poe, pasando por Balzac y Chejov, por Sainte-Beuve y Dostoievski, o por Tolstói y Galdós.
Algunos de los artículos de este volumen aparecieron ya hace casi veinte años en el libro La utopía de la hospitalidad o fueron publicados originariamente en Letras Libres o en el suplemento de Reforma, como reseñas o notas de lectura, de manera que a veces son críticas directas de una obra como las Memorias de Ultratumba –“un vasto epígrafe” escrito desde la otra orilla- a propósito de una nueva traducción al español, pero en muchas otras el acercamiento al autor es indirecto.
Y así se habla de Víctor Hugo desde el ensayo que le dedicó Vargas Llosa; a Galdós se accede a través de la biografía de Ortiz Armengol; a Chejov, a partir de la biografía que escribió Irene Nemirovsky; a Rilke, desde la edición en Losada de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge; a Henry James, a través de dos novelistas -Tóibin y Lodge- que lo convirtieron en protagonista de sendas obras; o en relación con Poe se analiza su acogida crítica más que su mundo literario.
En todo caso, y pese a su indisimulado carácter circunstancial, estas páginas contienen abundantes iluminaciones, aunque su luz sea indirecta, y constituyen en conjunto un buen mapa para orientarse en la literatura del XIX.
No faltan aquí momentos brillantes como este, a propósito de De Quincey y su Memoria de los poetas de los lagos:
La adolorida delicadeza con la que Thomas de Quincey analizó sus sueños, sus alucinaciones y sus experiencias, dejan en el misterio si su vida entre los poetas de los lagos formó parte o no de ese infierno de donde Carlyle lo creyó fugado, como una chispa que salta del fuego.
Santos Domínguez