Pablo García Baena:
Misterio y precisión.
Edición de Celia Fernández Prieto.
Renacimiento. Sevilla, 2010.
Misterio y precisión.
Edición de Celia Fernández Prieto.
Renacimiento. Sevilla, 2010.
Pablo García Baena (Córdoba, 1923) es uno de los poetas españoles fundamentales de la segunda mitad del siglo XX. En 1947, junto con Ricardo Molina, Julio Aumente y Juan Bernier, fundó la revista Cántico, de importancia capital en la renovación de la poesía española contemporánea. En torno a esa revista se organizó un grupo de escritores andaluces que practicaban una poesía de gran exigencia estética y recuperaban la brillante tradición culta del 27 que había interrumpido la guerra civil.
Alejado por igual del oficialismo madrileño del grupo Garcilaso y de la fría luz leonesa de Espadaña, el grupo Cántico fue una realidad literaria equidistante del preciosismo retórico de unos y del tremendismo negro y solanesco de los otros. Frente a la poesía arraigada y a la del desarraigo, Cántico creó un oasis de calidad en la poesía española de los años cuarenta y cincuenta.
De los poetas del grupo, Pablo García Baena es el de obra más sólida y dilatada. La publicación de sus libros se ve marcada por un prolongado silencio central. Al comienzo edita con evidente continuidad Rumor oculto (1946), Mientras cantan los pájaros (1948), Antiguo muchacho (1950), Junio (1957) y Óleo (1958). Hay un largo paréntesis hasta que en 1971 Almoneda recupera la voz de García Baena, que tiene una de las cimas de su segunda madurez en Antes que el tiempo acabe (1978). Tras recopilar en Recogimiento su obra escrita entre 1940 y 2000, en 2006 añadió a su bibliografía poética un libro mayor, Los campos Elíseos.
Marcada por la influencia del simbolismo juanramoniano, de Cernuda y los metafísicos ingleses, de Góngora y Aleixandre, la poesía de Pablo García Baena, de palabra estilizada y exuberante, es a la vez meditativa y sensual. Su tono elegiaco ante el tiempo, su marcado pesimismo de fondo, no oculta una celebración constante de la vida, la belleza y la naturaleza.
Entre el 18 y el 20 de noviembre de 2009, se celebró en Córdoba un congreso internacional que abordó la figura y la obra de Pablo García Baena, fijó una imagen global de su poesía y subrayó su importancia en la evolución de la poesía española posterior.
Ahora, editadas por Renacimiento y coordinadas por Celia Fernández Prieto, aparecen las actas del congreso en un volumen titulado Pablo García Baena: Misterio y precisión.
Misterio y precisión que son dos de las claves creativas de una poesía que surge de un conocimiento transfigurado y de la mirada elegiaca ante lo que fue –las palabras son del propio García Baena- “gloria momentánea: canción, carne, perfume.”
Los quince textos que recoge el libro son, lo señala la editora en su prólogo- una lectura de la obra del poeta “no tanto desde la distancia académica cuanto desde la estela de una afinidad.”
Una afinidad que combina la amistad con la interpretación, las semblanzas personales con la indagación en su mundo poético y su evolución con el reconocimiento de su resonancia en los poetas posteriores.
Y así, tras un texto preliminar del homenajeado y otro de Caballero Bonald, que hace un recordatorio poético del amigo, Mª Victoria Atencia revive la memoria de quien como ella fue testigo privilegiado de su obra, mientras que Fernando Ortiz y José Infante evocan su relación personal y literaria con el poeta.
La parte central recoge seis ponencias que iluminan la obra poética de Pablo García Baena: Antonio Colinas aborda las claves de su intensidad emocional y su tensión verbal, Guillermo Carnero analiza las constantes que atraviesan sus libros, González Iglesias, el reflejo vivo en ellos del universo clásico, Ruiz Noguera estudia el proceso de formación que culmina en la madurez de Antiguo muchacho, Luis Antonio de Villena, la presencia de los mitos de la infancia y la adolescencia en sus libros, y María Teresa García Galán, la importancia de las artes plásticas en la configuración de su estética.
En un último apartado -Huellas de Pablo en la poesía española- tres poetas cordobeses, Carlos Clementson, Juana Castro y Eduardo García, abordan desde distintas perspectivas la influencia de García Baena en la poesía posterior, el legado de una poesía de la mirada que culmina en Los campos Elíseos, donde se vuelven a fundir el misterio y la precisión que evoca el título de este volumen.
El primer texto de ese libro, El concierto, terminaba con una estrofa en la que se dan cita esas dos claves de toda la poesía de Pablo García Baena que aparecen en el subtítulo del volumen:
El joven violinista del cabello revuelto,
la mano del arco en el regazo amado
dice: tal vez sea la música,
igual a esa palabra almenada,
sólo misterio y precisión.
Alejado por igual del oficialismo madrileño del grupo Garcilaso y de la fría luz leonesa de Espadaña, el grupo Cántico fue una realidad literaria equidistante del preciosismo retórico de unos y del tremendismo negro y solanesco de los otros. Frente a la poesía arraigada y a la del desarraigo, Cántico creó un oasis de calidad en la poesía española de los años cuarenta y cincuenta.
De los poetas del grupo, Pablo García Baena es el de obra más sólida y dilatada. La publicación de sus libros se ve marcada por un prolongado silencio central. Al comienzo edita con evidente continuidad Rumor oculto (1946), Mientras cantan los pájaros (1948), Antiguo muchacho (1950), Junio (1957) y Óleo (1958). Hay un largo paréntesis hasta que en 1971 Almoneda recupera la voz de García Baena, que tiene una de las cimas de su segunda madurez en Antes que el tiempo acabe (1978). Tras recopilar en Recogimiento su obra escrita entre 1940 y 2000, en 2006 añadió a su bibliografía poética un libro mayor, Los campos Elíseos.
Marcada por la influencia del simbolismo juanramoniano, de Cernuda y los metafísicos ingleses, de Góngora y Aleixandre, la poesía de Pablo García Baena, de palabra estilizada y exuberante, es a la vez meditativa y sensual. Su tono elegiaco ante el tiempo, su marcado pesimismo de fondo, no oculta una celebración constante de la vida, la belleza y la naturaleza.
Entre el 18 y el 20 de noviembre de 2009, se celebró en Córdoba un congreso internacional que abordó la figura y la obra de Pablo García Baena, fijó una imagen global de su poesía y subrayó su importancia en la evolución de la poesía española posterior.
Ahora, editadas por Renacimiento y coordinadas por Celia Fernández Prieto, aparecen las actas del congreso en un volumen titulado Pablo García Baena: Misterio y precisión.
Misterio y precisión que son dos de las claves creativas de una poesía que surge de un conocimiento transfigurado y de la mirada elegiaca ante lo que fue –las palabras son del propio García Baena- “gloria momentánea: canción, carne, perfume.”
Los quince textos que recoge el libro son, lo señala la editora en su prólogo- una lectura de la obra del poeta “no tanto desde la distancia académica cuanto desde la estela de una afinidad.”
Una afinidad que combina la amistad con la interpretación, las semblanzas personales con la indagación en su mundo poético y su evolución con el reconocimiento de su resonancia en los poetas posteriores.
Y así, tras un texto preliminar del homenajeado y otro de Caballero Bonald, que hace un recordatorio poético del amigo, Mª Victoria Atencia revive la memoria de quien como ella fue testigo privilegiado de su obra, mientras que Fernando Ortiz y José Infante evocan su relación personal y literaria con el poeta.
La parte central recoge seis ponencias que iluminan la obra poética de Pablo García Baena: Antonio Colinas aborda las claves de su intensidad emocional y su tensión verbal, Guillermo Carnero analiza las constantes que atraviesan sus libros, González Iglesias, el reflejo vivo en ellos del universo clásico, Ruiz Noguera estudia el proceso de formación que culmina en la madurez de Antiguo muchacho, Luis Antonio de Villena, la presencia de los mitos de la infancia y la adolescencia en sus libros, y María Teresa García Galán, la importancia de las artes plásticas en la configuración de su estética.
En un último apartado -Huellas de Pablo en la poesía española- tres poetas cordobeses, Carlos Clementson, Juana Castro y Eduardo García, abordan desde distintas perspectivas la influencia de García Baena en la poesía posterior, el legado de una poesía de la mirada que culmina en Los campos Elíseos, donde se vuelven a fundir el misterio y la precisión que evoca el título de este volumen.
El primer texto de ese libro, El concierto, terminaba con una estrofa en la que se dan cita esas dos claves de toda la poesía de Pablo García Baena que aparecen en el subtítulo del volumen:
El joven violinista del cabello revuelto,
la mano del arco en el regazo amado
dice: tal vez sea la música,
igual a esa palabra almenada,
sólo misterio y precisión.
Santos Domínguez