José Antonio Millán.
Manual de urbanidad y buenas maneras en la Red.
Melusina sic. Barcelona, 2008.
Manual de urbanidad y buenas maneras en la Red.
Melusina sic. Barcelona, 2008.
Soy un usuario avanzado y temprano (empecé a hacer uso del correo electrónico hace quince años), que escribe unos seis mil correos al año, y recibe otros tantos, sin contar el spam. Tengo página web desde hace doce años, y mantengo blogs desde hace cinco. Aunque tengo formación como lingüista y he publicado algún libro sobre la comunicación por escrito, no escribo en calidad de tal, sino más bien como espectador —y actor— constante en esta fiesta de la comunicación que es Internet.
A medio camino entre el manual de urbanidad y el libro de estilo de internet, José Antonio Millán ha elaborado en este volumen que publica la editorial Melusina un manual dirigido a un tipo de personas que quedan delimitadas en la introducción:
No es una obra para los que no escriben un correo, no han creado en su vida una página web ni un simple blog. Ellos no la necesitan... Tampoco es un libro para quienes han nacido y crecido mandando sms, chateando y alimentando foros sobre sus ídolos musicales y de manga. Ellos ya se montarán (ya se están montando) sus propios códigos de relación, y no voy a ser yo quien les diga cómo hacerlo. Sencillamente, éste es un manual para las personas que, habiendo nacido o habiéndose formado en el mundo predigital, se ven hoy en la necesidad de moverse en el nuevo medio, tanto a nivel personal como empresarial o institucional.
José Antonio Millán, experto ocupante del ciberespacio, enumera algunas de las situaciones que, tan incómodas como frecuentes, justifican la necesidad de un código que regule las buenas maneras en internet:
Al final de una conferencia sobre Internet, una señora me pregunta: «¿Por qué hay que escribir los correos electrónicos con abreviaturas y sin puntuación?»
Entro en la web de una poderosa empresa para averiguar su teléfono, y tras soportar movimientos y musiquitas, descubro que no hay forma humana de encontrarlo.
Un sitio web de postales me escribe un correo para decirme que tengo un regalo de un amigo. El spam en mi buzón crece y crece.
Llamo a la sede de una empresa de comunicación y pido el correo del director: no me lo pueden dar, dicen; que escriba a su secretaria...
En la web de un banco por línea me preguntan, si cada vez que hago un transferencia quiero que me avisen por sms. Setenta veces transfiero, y otras tantas me lo preguntan...
¡UN CONOCIDO ME ESCRIBE TODO UN CORREO ASÍ, EN MAYÚSCULAS!
Menganito no contesta a los correos.
Entro en un blog, leo una interesante entrada, y al llegar a los comentarios de los lectores tengo que sortear querellas, insultos, y escritos que hablan de otra cosa, hasta leer los que realmente son pertinentes.
La gestión adecuada del correo personal, desde el asunto hasta la firma pasando por el encabezamiento, los adjuntos o el cuerpo del mensaje; los estilos que conviene usar según la situación, el tema y el destinatario; el mantenimiento de un blog, el uso de la Wikipedia; la descortesía o la privacidad de los mensajes son algunos de los capítulos de este manual de cortesía en la Red, un espacio de interrelación cada vez más extendido e imprescindible:
El contacto por medios electrónicos no suprime la necesidad de determinadas formas de comportamiento, que con frecuencia tienen sus raíces en el pasado.
La asombrosa reactivación de la comunicación escrita que ha venido de la mano de la Web y el correo electrónico hace necesario recordar algunos elementos clásicos de la comunicación escrita, y también pensar en los nuevos. Muchas de las convenciones comunicativas, y muy especialmente epistolares, que estaban en vigor en el pasado tienen una razón de ser, que es garantizar la calidad del proceso y la presencia de todos los elementos necesarios. Hemos de conservar lo mejor, aunque también cambiar lo que haga falta.
Tan imprescindible como debería ser este volumen.
No es una obra para los que no escriben un correo, no han creado en su vida una página web ni un simple blog. Ellos no la necesitan... Tampoco es un libro para quienes han nacido y crecido mandando sms, chateando y alimentando foros sobre sus ídolos musicales y de manga. Ellos ya se montarán (ya se están montando) sus propios códigos de relación, y no voy a ser yo quien les diga cómo hacerlo. Sencillamente, éste es un manual para las personas que, habiendo nacido o habiéndose formado en el mundo predigital, se ven hoy en la necesidad de moverse en el nuevo medio, tanto a nivel personal como empresarial o institucional.
José Antonio Millán, experto ocupante del ciberespacio, enumera algunas de las situaciones que, tan incómodas como frecuentes, justifican la necesidad de un código que regule las buenas maneras en internet:
Al final de una conferencia sobre Internet, una señora me pregunta: «¿Por qué hay que escribir los correos electrónicos con abreviaturas y sin puntuación?»
Entro en la web de una poderosa empresa para averiguar su teléfono, y tras soportar movimientos y musiquitas, descubro que no hay forma humana de encontrarlo.
Un sitio web de postales me escribe un correo para decirme que tengo un regalo de un amigo. El spam en mi buzón crece y crece.
Llamo a la sede de una empresa de comunicación y pido el correo del director: no me lo pueden dar, dicen; que escriba a su secretaria...
En la web de un banco por línea me preguntan, si cada vez que hago un transferencia quiero que me avisen por sms. Setenta veces transfiero, y otras tantas me lo preguntan...
¡UN CONOCIDO ME ESCRIBE TODO UN CORREO ASÍ, EN MAYÚSCULAS!
Menganito no contesta a los correos.
Entro en un blog, leo una interesante entrada, y al llegar a los comentarios de los lectores tengo que sortear querellas, insultos, y escritos que hablan de otra cosa, hasta leer los que realmente son pertinentes.
La gestión adecuada del correo personal, desde el asunto hasta la firma pasando por el encabezamiento, los adjuntos o el cuerpo del mensaje; los estilos que conviene usar según la situación, el tema y el destinatario; el mantenimiento de un blog, el uso de la Wikipedia; la descortesía o la privacidad de los mensajes son algunos de los capítulos de este manual de cortesía en la Red, un espacio de interrelación cada vez más extendido e imprescindible:
El contacto por medios electrónicos no suprime la necesidad de determinadas formas de comportamiento, que con frecuencia tienen sus raíces en el pasado.
La asombrosa reactivación de la comunicación escrita que ha venido de la mano de la Web y el correo electrónico hace necesario recordar algunos elementos clásicos de la comunicación escrita, y también pensar en los nuevos. Muchas de las convenciones comunicativas, y muy especialmente epistolares, que estaban en vigor en el pasado tienen una razón de ser, que es garantizar la calidad del proceso y la presencia de todos los elementos necesarios. Hemos de conservar lo mejor, aunque también cambiar lo que haga falta.
Tan imprescindible como debería ser este volumen.
Santos Domínguez