24/4/07

Colapso


Jared Diamond.
Colapso.
Editorial Debate. Barcelona, 2006.

Jared Diamond, biólogo y geógrafo, profesor en la Universidad de California, y que ya hace unos años publicó su excelente Armas, gérmenes y acero (un repaso del pasado de la humanidad, en el que biología y tecnología se convertían en protagonistas de la historia), presenta ahora Colapso, una recopilación, en algo más de 800 páginas, de análisis históricos sobre cómo unas sociedades sucumben y otras perviven, dependiendo de su capacidad para explotar y conservar su medio ambiente.

El libro, cuya extensión puede resultar disuasoria, resulta sin embargo de lectura placentera y estimulante. Además resulta provechoso aunque no se lea completo, pues está compuesto por varios capítulos que son auténticas monografías dedicadas a sociedades que se colapsaron, como las colonias vikingas asentadas en Groenlandia desde el siglo X, o como los primitivos habitantes de la isla de Pascua, capaces de erigir decenas de imágenes en piedra de sus dioses (alguna de más de veinte metros de altura y doscientas toneladas de peso) y luego desaparecer.

Jared Diamond analiza cada sociedad, su alimentación, su forma de explotar el entorno y va descubriendo los errores, las malas prácticas que pueden llevar a un grupo humano al deterioro irreparable de su medio y con esto a poner en peligro su propia supervivencia.

Resulta, por ejemplo, fascinante el empeño de los vikingos asentados en Groenlandia por reproducir en la isla el tipo de explotación ganadera que puede tener éxito en el sur de Noruega, pero que sólo con esfuerzos infinitos (que Diamond describe en el libro de manera brillante) fue viable durante los siglos cálidos que conoció Europa entre el año 1000 y el final de la Edad Media; pero que luego con un clima (aún) más frío se fue haciendo cada vez más impracticable y llevó a la desaparición de la colonia groenlandesa. Diamond se pregunta por qué se obstinaron en alimentarse casi en exclusiva de leche, queso y mantequilla, y por qué no hicieron uso de los ingentes recursos pesqueros de la isla, o por qué no aprendieron de sus vecinos los inuit (antes conocidos como esquimales) la caza de la foca. Y no hay respuestas claras, pero resulta aleccionador observar como un grupo de europeos pensó en reproducir su modo de vida milenario en un entorno diferente y cómo se mantuvieron firmes en sus hábitos aunque el precio fuese el colapso de su sociedad.

Para demostrar que sus análisis no son deterministas, Diamond incluye también descripciones de sociedades humanas que han conservado durante milenios una relación equilibrada con su entorno, y aún más, dedica unas páginas muy clarificadoras a la isla La Española, dividida hoy entre dos estados, Haití y la República Dominicana, que demuestran la importancia del factor humano: mientras Haití ha sido brutalmente deforestada y se encuentra al borde del colapso, del otro lado de la frontera la República Dominicana ha sabido conservar buena parte de su entorno natural y sin ser un país rico, disfruta de una renta muy superior a la de sus vecinos. Sorprendentemente, el individuo responsable del bienestar ecológico dominicano fue Joaquín Balaguer, el político astuto y escurridizo que tan bien describió Vargas Llosa en su novela La fiesta del chivo ambientada durante la terrible dictadura de Trujillo.

En sus últimos capítulos se dedica Jared Diamond a analizar la actual situación del mundo y sus problemas ecológicos: el fuerte crecimiento demográfico mundial, el despegue económico de China y sus posibles consecuencias, las prácticas de las grandes empresas multinacionales, las complicaciones de la globalización… Al final, en un libro que habla de colapsos de civilizaciones, el autor se proclama “optimista cauteloso” y este leve optimismo nace en parte de que hoy no somos sociedades aisladas como las de los vikingos groenlandeses o la de los polinesios de la isla de Pascua que marchaban hacia la ruina sin referencias de ninguna clase. Hoy tenemos televisiones, radios y periódicos que nos informan de situaciones como las de Haití o Ruanda. Y disponemos de libros que nos previenen de los errores de civilizaciones pasadas. Algunos espléndidos, como éste.
Jesús Tapia