Así definía Maurice Nadeau en un estudio ya clásico el valor literario y el significado de la obra narrativa de Flaubert.
Además de uno de los grandes indiscutibles de la novela europea, Flaubert fue un escritor con sólido dominio del oficio desde sus primeros escritos. Por eso apenas hay en él evolución estilística, pues su talento no es de los que puedan perfeccionarse o degradarse.
Acaban de publicarse en la Bibliotheca Avrea de Cátedra sus obras más significativas en traducción de Germán Palacios, que es el responsable también de las notas y de la introducción.
Una introducción que ubica la producción narrativa de Flaubert en su marco histórico, social y cultural para internarse luego en el análisis esclarecedor del estilo literario a través de sus obras.
La documentación compatible con la sonoridad, la precisión como eje del nivel artístico de la prosa son algunas de las claves esenciales para entender la obra de este autor.
Con el cuidado y la limpieza característicos de esta editorial y de esta Bibliotheca Avrea, se recogen en un amplio tomo de casi 1.500 páginas obras de una madura juventud, como Noviembre; obras extrañas en su época como La tentación de San Antonio, que anticipa técnicas de la novela contemporánea más avanzada y ese tríptico que constituye una de las cimas novelísticas de la literatura europea: Mme. Bovary, La educación sentimental y Bouvard y Pécuchet.
Tres novelas que son también una triple sátira del Romanticismo: Mme. Bovary o la sátira del romanticismo pasional, la burla del romanticismo social en La educación sentimental y la del romanticismo científico en Bouvard y Pecuchet.
Como el volumen sigue un riguroso orden cronológico, esta última novela, que Flaubert dejó inacabada porque la muerte le sorprendió en 1880, es, con su apéndice Diccionario de tópicos, la obra que cierra la selección, de la que forman parte también una novela histórica, Salammbô, y Tres cuentos que nos revelan el dominio de Flaubert de las distancias cortas.
O cortísimas, como en el ya citado Diccionario de tópicos, subtitulado Catálogo de opiniones chic y lleno de humor irónico y de acidez crítica:
“Optimista: Sinónimo de imbécil
o
Poeta: Sinónimo noble de bobo.”
Una antología de la mediocridad y la necedad a través de las ideas recibidas. Ante ella es inevitable el recuerdo de Quevedo, autor dos siglos antes de un tratado similar que se titulaba Origen y definición de la necedad.
Además de uno de los grandes indiscutibles de la novela europea, Flaubert fue un escritor con sólido dominio del oficio desde sus primeros escritos. Por eso apenas hay en él evolución estilística, pues su talento no es de los que puedan perfeccionarse o degradarse.
Acaban de publicarse en la Bibliotheca Avrea de Cátedra sus obras más significativas en traducción de Germán Palacios, que es el responsable también de las notas y de la introducción.
Una introducción que ubica la producción narrativa de Flaubert en su marco histórico, social y cultural para internarse luego en el análisis esclarecedor del estilo literario a través de sus obras.
La documentación compatible con la sonoridad, la precisión como eje del nivel artístico de la prosa son algunas de las claves esenciales para entender la obra de este autor.
Con el cuidado y la limpieza característicos de esta editorial y de esta Bibliotheca Avrea, se recogen en un amplio tomo de casi 1.500 páginas obras de una madura juventud, como Noviembre; obras extrañas en su época como La tentación de San Antonio, que anticipa técnicas de la novela contemporánea más avanzada y ese tríptico que constituye una de las cimas novelísticas de la literatura europea: Mme. Bovary, La educación sentimental y Bouvard y Pécuchet.
Tres novelas que son también una triple sátira del Romanticismo: Mme. Bovary o la sátira del romanticismo pasional, la burla del romanticismo social en La educación sentimental y la del romanticismo científico en Bouvard y Pecuchet.
Como el volumen sigue un riguroso orden cronológico, esta última novela, que Flaubert dejó inacabada porque la muerte le sorprendió en 1880, es, con su apéndice Diccionario de tópicos, la obra que cierra la selección, de la que forman parte también una novela histórica, Salammbô, y Tres cuentos que nos revelan el dominio de Flaubert de las distancias cortas.
O cortísimas, como en el ya citado Diccionario de tópicos, subtitulado Catálogo de opiniones chic y lleno de humor irónico y de acidez crítica:
“Optimista: Sinónimo de imbécil
o
Poeta: Sinónimo noble de bobo.”
Una antología de la mediocridad y la necedad a través de las ideas recibidas. Ante ella es inevitable el recuerdo de Quevedo, autor dos siglos antes de un tratado similar que se titulaba Origen y definición de la necedad.
Gustave FLAUBERT. Obras. Traducción, introducción y notas de Germán Palacios. Bibliotheca Avrea. Cátedra. Madrid, 2005.
Santos Domínguez