Erich Valentín. Guía de Mozart. Discografía por Arturo Reverter. Libros Singulares. Alianza Editorial. Madrid, 2005
Si alguno alguna vez te preguntase:
“La música, ¿qué es?” “Mozart”, dirías,
es la música misma.”
Así comenzaba Luis Cernuda el primer poema de su último libro, Desolación de la Quimera. El texto se titula Mozart y está escrito en 1956, cuando se cumplían doscientos años del nacimiento del músico en Salzburgo.
Ahora, cincuenta años después, como un anticipo de las abundantes publicaciones conmemorativas que recordarán el 250 aniversario, Alianza Editorial publica una completa Guía de Mozart escrita por Erich Valentin.
Planteada como obra de consulta y organizada temáticamente en orden alfabético, va dirigida tanto a los especialistas como a mozartianos y amantes de la música en general. El melómano que asiste a los conciertos, el que escucha las grabaciones en la radio o en el reproductor verán incrementado con este libro su interés por Mozart y por su música y conocerán mejor las claves biográficas, ambientales y técnicas de su obra.
Entre personajes ilustres y pintorescos amigos compuso Mozart sus partituras. Su entorno cultural y social, los géneros musicales en los que se desarrolla, la descripción de las distintas obras son algunos de los aspectos que aborda esta obra imprescindible, de gran prestigio en Alemania desde que se publicó allí por primera vez en 1983.
No se trata solo de un análisis histórico o técnico. Lejos de la frialdad de ese tipo de enfoques, Erich Valentin hace también un acercamiento a la realidad humana de Mozart, que siempre ha suscitado un gran interés.No hay más que recordar el enorme éxito de Amadeus, la película de Milos Forman, en la que, como aquí, se interrelacionaban, como en la realidad, la vida y la obra del artista.
Arturo Reverter, crítico musical y experto en la obra del maestro de Salzburgo, ha elaborado una discografía básica y comentada que le servirá al lector y al oyente para adentrarse en un territorio tan ingente como ese llevado de una mano sabia.
Aunque no se conozca la tumba
en la que halló descanso,
¿a quién le preocupa, amigos?
Él no ha muerto.
Esas palabras las escribía en 1841 Franz Grillparzer en un poema que titulaba, con la misma sencillez que Cernuda, Mozart.
Santos Domínguez