12/12/22

Bernard de Fallois. Siete conferencias sobre Proust

  


Bernard de Fallois.
Siete conferencias sobre Marcel Proust.
Traducción de Lluís Maria Todó.
Ediciones del Subsuelo. Barcelona, 2022.

‘¿Es Proust el auténtico autor de La comedia humana?’ 

Ese es el llamativo y provocador título de la cuarta conferencia de las Siete conferencias sobre Marcel Proust que dictó Bernard de Fallois. Junto con las otras seis (‘¿De veras es tan interesante la vida de Proust?’, ‘¿Cómo compuso Proust su novela?’, ‘¿Han envejecido los personajes de Proust?’, ‘Proust ¿a favor o en contra del amor?’, ‘¿La obra de arte puede vencer a la muerte?’, ‘Proust y Chateaubriand’) y con el luminoso artículo ‘Lectores de Proust’, las reúne Ediciones del Subsuelo con traducción de Lluís Maria Todó en un volumen con el que la editorial conmemora el centenario de la muerte de Proust.

Fallois (1926-2018), descubridor a principios de los cincuenta de Jean Santeuil y Contra Sainte-Beuve y autor de una imprescindible Introducción a La recherche du temps perdu (2018), elaboró estas siete magníficas conferencias de una hora de duración sobre Marcel Proust, que se publicaron en 2019 y completan una guía esclarecedora sobre la monumental obra proustiana. 

Con un estilo transparente y una fluidez expositiva admirable, Fallois aborda en la primera de ellas un asunto clave: la distancia entre biografía y obra en Proust, que criticó esa relación en su iluminador Contra Sainte-Beuve, frente a lo que pensaba Painter en su canónico y monumental ensayo en dos volúmenes sobre el autor.

Así esbozaba aquel primer día Fallois el programa semanal de conferencias:

Nos preguntaremos cómo fue construida esa catedral, […] pasaremos una tarde con sus personajes, […] nos plantearemos si Proust no es uno de nuestros grandes autores cómicos, […] por qué Proust está considerado uno de los más grandes pintores del amor. […] Nos preguntaremos también cómo puede ser que un hombre que conoció tantos pesares, tantas decepciones, tanta tristeza y que, en cierto modo, fue un hombre muy poco optimista, fuera al mismo tiempo uno de nuestros autores más divertidos. […] Finalmente, cuando hayamos despachado estas cuestiones llegaremos a otra que se sitúa más bien al final de la novela, la de saber la importancia que otorga Proust al arte, todo lo que dice sobre él, todo lo que merece ser sacrificado por él, todo lo que representa, según Proust, la parte más viva de la vida y, en cierto modo, la vida auténtica. El arte es el camino de salvación para luchar contra esas dos fuerzas tan poderosas, tan irresistibles, que son la muerte y el olvido.

En esa primera conferencia está presente ya el tono incitativo, alejado de la erudición pero nunca superficial, que recorre todas las charlas, en un impulso para despertar la curiosidad del oyente de entonces, del lector de ahora :

¿Quién era ese Marcel Proust tan desconocido en el momento de su muerte y también mucho tiempo después de su muerte, tan mal conocido y poco leído, todo sea dicho? Ese personaje extraño, sobre el que corrían rumores, una especie de leyenda, ¿quién era? ¿Qué vida tuvo? ¿Qué carácter?
Y ahora viene la pregunta que me gustaría plantearles: ¿tenemos motivos para interesarnos tanto por él?

Faillois se pregunta por el papel de la enfermedad, de la sexualidad conflictiva, de la religión o por la seguridad de Proust en lo que estaba escribiendo, pero defiende que no es el yo autobiográfico “quien escribió su libro, sino otro que ni su correspondencia ni los estudios sobre él ni los testimonios pueden darnos a conocer.” Es otro yo secreto, “que tan sólo está en su obra.” 

Y por eso lo importante es saber “no el día que conoció a Robert de Montesquiou, sino el día que conoció a Swann, a Charlus o a Albertine” y afrontar, más que la historia de la persona, la historia de su obra: su evolución, el proceso cambiante de composición de sus textos o la meditada arquitectura de su ciclo novelístico. 

Con esa perspectiva, Bernard de Fallois aborda en estas conferencias cuestiones como la búsqueda por parte de Proust de un territorio narrativo propio, la importancia de temas como la homosexualidad, los celos, el esnobismo o la decisiva dimensión temporal de los personajes, agrupados por el novelista en círculos concéntricos y sometidos a un intenso proceso de individualización: 

¿Cómo hace Proust para que, a las primeras palabras de un personaje suyo, aunque hayamos pasado años sin frecuentarlo, lo reconozcamos inmediatamente?

La magistral caracterización verbal, la metáfora como método, la perspectiva del narrador, la elaboración literaria de los escenarios, el diseño temporal, su estructura, basada en la “idea de terminar el libro en el momento en que el protagonista va a ponerse a escribirlo y nosotros acabamos de leer el libro terminado” son algunas de las claves que Fallois dilucida en estas páginas que esclarecen la coexistencia de dos tiempos en “las intermitencias del corazón” que fueron el título inicial de la serie.

“Ustedes ya conocen -escribe Faillois- la comparación que usó él para hacernos comprender lo que es un escritor y lo que podemos esperar de él. Un escritor es como un óptico que nos hace probar unas lentes para las gafas, luego otras, luego otras más, diciéndonos: «¿Ve mejor así? ¿O así? ¿Y con estas?».
Muchos lectores, tanto en Francia como en el extranjero, en los últimos setenta y cinco años, han tenido como yo la sensación de que a partir del momento en que habían leído algunas páginas de Proust veían mucho más claro.”

Estas espléndidas conferencias no son sólo un acicate para visitar o revisitar la obra de Proust, también ayudan a verla más clara.

Santos Domínguez