Isaak Bábel.
Cuentos completos.
Edición y traducción de Jesús García Gabaldón,
Enrique Moya Carrión, Amelia Serraller Calvo y Paul Viejo.
Páginas de Espuma. Madrid, 2021.
“No tengo imaginación, no sé inventar nada. Para escribir sobre alguna cosa he de conocerla hasta el más pequeño detalle. Por eso escribo tan despacio y tan poco. Después de cada relato he envejecido diez años... Cuando lo escribo, por pequeño que sea, trabajo como un cavador que debiera llegar él solo con su pala hasta la base del Everest,” afirmaba a propósito de su escritura Isaak Babel (Odesa, 1894-1940), judío ruso, “abiertamente judío en forma y en contenido”, señalaba Harold Bloom, que destacó su “extraordinario talento como escritor de cuentos.”
Heredero del humorismo de Gógol, del cuidado de la prosa y la mirada amarga de Maupassant y del rigor estilístico y la sobriedad narrativa de Chejov, apadrinado por Gorki, fue ejecutado en enero de 1940 en un purga estalinista y rehabilitado en 1956, cuando ya era demasiado tarde.
“En su trayectoria literaria, de aproximadamente veintiséis años, de los cuales casi la mitad son de relativo silencio, Bábel hizo honor al cuento y al oficio de escritor. «Mis historias están destinadas a sobrevivir al olvido», afirmó con orgullo. Como quizás ningún otro cuentista, Bábel persiguió con obsesión el cuento perfecto, renovó de manera radical el arte de narrar y conquistó para la narrativa breve un nuevo y central espacio literario híbrido cuyas dimensiones y consecuencias aún no han sido exploradas ni cartografiadas en su totalidad. Su obra sigue irradiando belleza, perplejidad, alegría y amor a la vida”, escribe Jesús García Gabaldón en el estudio introductorio -
El gran fabulador. Aproximaciones al mundo literario de Bábel- con el que se abre la espléndida edición de los
Cuentos completos de Isaak Bábel (1894-1940) en
Páginas de Espuma.
Y exactamente por esa razón, por la importancia de ese espacio central reivindicado por Bábel para el cuento como forma integradora de diversas escrituras, esta edición incorpora, además de sus relatos publicados e inéditos, una serie de artículos, reportajes, guiones y ensayos breves en los que proyectó su vocación narrativa y una constante ironía que seguramente era su mecanismo de defensa.
Organizado en ocho apartados temáticos (El creador y el cuento, Infancia, adolescencia y juventud, Odesa, Petersburgo, Guerra, Relatos de viajes y reportajes, Guiones cinematográficos), este volumen reúne con nuevas traducciones desde el ruso la parte fundamental –doce libros publicados o proyectados- de la obra de Bábel, que dijo de sí mismo: “Hay escritores con un destino fácil y escritores con un camino difícil. Yo soy de los segundos.” A esa dificultad aludía Borges cuando decía de Bábel que “el clima habitual de su vida ha sido la catástrofe.”
Están en las magníficas traducciones de esta edición, fruto de un trabajo en equipo de cuatro acreditados traductores, las memorias de la infancia, la miseria de los bajos fondos del ghetto judío de Odesa y la violencia brutal de los cosacos en el frente polaco. En definitiva, el mundo de Bábel, un narrador imprescindible que -afirma García Gabaldón en el prólogo- “escribe mucho, reescribe mucho más y publica muy poco. [...] Escribe palabra a palabra, frase a frase. Persigue de forma incansable el cuento perfecto. [...] Necesita vivir para escribir y rememorar lo vivido para poder escribir. Escribe para ser recordado. Vive en lo escrito. Cree que en la vida todo es cuento, que todo lo cuenta el cuento, que todo puede ser dicho en menos de doce páginas. Diluye las lábiles fronteras entre literatura y vida, ficción y no ficción, novela y cuento. Cuentiza todo. Es Isaak Bábel, el gran fabulador.”
Escritor de la experiencia recordada y de la memoria evocada desde el silencio y la ausencia, así explicaba él mismo su implacable método de trabajo en busca de la precisión estilística: “Todo está en la lengua y en el estilo.[...] Reviso frase a frase y no una vez, sino varias veces. Sobre todo, quito de la frase todas las palabras inútiles. Hace falta un ojo agudo porque la lengua disimula hábilmente su basura, repeticiones, sinónimos, o simplemente absurdos y trata todo el tiempo de ser más astuta que nosotros.”
Sin Bábel, sin sus estremecedores Cuentos de Odesa, sin sus descarnados Relatos de Caballería -traducción literal del título ruso-, sin relatos como El final del asilo, La sal o su autobiográfica y sentimental Historia de mi palomar, no estaría completo el canon del cuento en el siglo XX.
Páginas de Espuma viene a recordárnoslo con esta impagable edición que llega hoy a las librerías con edición y traducción de Jesús García Gabaldón, Enrique Moya Carrión, Amelia Serraller Calvo y Paul Viejo.
Santos Domínguez