17/6/19

Georg Simmel. Goethe


Georg Simmel.
Goethe.
Traducción de José Rovira Armengol.
Renacimiento. Sevilla, 2019. 

“No es intención de esta obra hacer una biografía, ni tampoco dar una interpretación y valoración de la creación poética de Goethe. No, mi pregunta dice: ¿cuál es el sentido espiritual de la propia existencia de Goethe? Entiendo por sentido espiritual las relaciones del modo de existencia de Goethe y sus manifestaciones frente a las grandes categorías de arte e intelecto, práctica y metafísica, naturaleza y alma, y los desarrollos que gracias a él experimentaron esas categorías”, explica Georg Simmel en el prefacio de su Goethe, que publica Renacimiento con traducción de José Rovira Armengol.

Completado con el apéndice Kant y Goethe para la historia de la concepción moderna del mundo, este ensayo -que se publicó originalmente en 1913 y no se había editado hasta ahora en España- aborda algunos elementos fundamentales relativos a Goethe y a su relación entre vida y creación, a su búsqueda de la verdad o a su afán de comprensión del funcionamiento del mundo.

Con el rigor y la solidez intelectual de Simmel para indagar en la personalidad espiritual y en la concepción de la vida de Goethe, “que siempre calificó de gran confesión todo cuanto él creó”, el ensayo aborda los conceptos goethianos de verdad, belleza y conocimiento, arte o naturaleza, esenciales en la interpretación del mundo. Una interpretación que se produce en el lugar donde se cruzan la subjetividad y la objetividad para reunir obra y vida interior en la intersección de ideas y biografía y en la objetivación de la existencia individual.

No se trata de una biografía convencional, sino de un ensayo hondo y riguroso, de un ejercicio de aproximación al mundo intelectual de Goethe, porque lo que pretende Simmel es “proyectar sobre el plano del pensamiento de significación intemporal la vida de Goethe, ese afán incesante de autodesarrollo y productividad, para lo cual es obvio que importa prolongar por todas partes las líneas más allá de los límites de su propia pensamiento y creación, puesto que solo así será posible aquilatar su significación en tipo y amplitud.”

Santos Domínguez