Cesare Pavese.
Trabajar cansa.
Edición de José Muñoz Rivas.
Colección Visor de Poesía. Madrid, 2018.
José Muñoz Rivas.
En el texto poético de Cesare Pavese.
Calambur. Barcelona, 2018.
Mi primo no habla de sus viajes realizados.
Dice secamente que ha estado en aquel lugar y en aquel otro
y piensa en sus motores.
Solo un sueño
le ha quedado en la sangre: se ha cruzado una vez,
de fogonero en un barco holandés de pesca, con el cetáceo,
y ha visto volar los arpones pesados en el sol,
ha visto huir ballenas entre espumas de sangre
y perseguirlas, y levantarse las colas, y luchar en el bote.
Me lo cuenta alguna vez.
Pero cuando le digo
que es uno de los afortunados que han visto la aurora
en las islas más bellas de la tierra,
al recuerdo sonríe y responde que el sol
se levantaba cuando el día era viejo para ellos.
Así termina Los mares del Sur, en la versión de José Muñoz Rivas que publica Visor de Lavorare stanca, de Cesare Pavese.
Esta edición bilingüe de Trabajar cansa incorpora como apéndices dos textos -El oficio de poeta (de noviembre de 1934) y A propósito de algunos poemas no escritos todavía (de febrero de 1940)- en los que Pavese reflexiona sobre su poesía y aporta las claves constructivas, de estilo y de métrica de ese primer libro poético, una “aventura” que abarca -como explica José Muñoz Rivas en su estudio introductorio- “la cifra nada desdeñable de trece años. Unos años en los que su autor debió afrontar muchas vicisitudes vitales dramáticas, que antes de convertir el libro en testimonio de aquel tiempo, como quieren algunos críticos, especialmente de aquella época ya lejana, lo sitúan como el libro más elaborado textualmente de entre los mejores de Pavese, y de los de mayor autenticidad y belleza.”
Lavorare stanca tuvo su edición definitiva en 1943, tras la profunda revisión que Pavese hizo de la primera edición de 1936. Entre una y otra había cambiado mucho su situación personal y el momento histórico y se había producido en el poeta lo que él mismo llama una “crisis del optimismo.”
Pero no era simplemente una cuestión de tonalidad sentimental. Como Pavese explicaba en A propósito de algunos poemas no escritos todavía, el paso de una edición a otra recoge también el testimonio de la transición de una poética naturalista a otra simbolista, manifiesta en el espléndido poema que cierra el libro, El lucero, que termina con esta estrofa:
¿Vale la pena que el sol se levante del mar
y la larga jornada comience? Mañana
volverá el alba tibia con la luz diáfana
y será como ayer y jamás sucederá nada.
El hombre solo desearía solamente dormir.
Cuando la última estrella se extingue en el cielo,
el hombre despacio prepara la pipa y la enciende.
La narratividad, la sobriedad expresiva o el estilo objetivo son las claves de lo que el propio Pavese llamaba poesía-relato, que se mueve entre la psicología y la crónica y que culmina en la edición definitiva de 1943 de este libro organizado en seis partes.
Muñoz Rivas, que ya publicó en 2002 La poesía de Cesare Pavese. (Atravesando la mirada), abre su edición con un pormenorizado estudio introductorio de la historia editorial y textual de Lavorare stanca y de las fuentes en las que se inspiró, de D'Annunzio a Whitman, de Baudelaire a Lee Masters, y de la influencia decisiva de los poetas herméticos italianos Ungaretti y Montale.
Y simultáneamente aparece en Calambur En el texto poético de Cesare Pavese, un volumen que reúne siete trabajos del profesor Muñoz Rivas sobre la formación literaria de Pavese, siete ensayos que “tienen en común el intento de abordar la obra pavesiana para dar cuenta de su enorme riqueza de planteamientos y belleza, y especialmente de su actualidad e indiscutible universalidad. Pero también de su mucha amplitud de miras y gran complejidad.”
Transmiten la imagen de un poeta consciente de su oficio, con una formación marcada por el idealismo de Benedetto Croce. La influencia de Baudelaire en el diseño estructural de Lavorare stanca, el hermetismo de raíz simbolista aprendido en Montale y Ungaretti, el legado de Poe, o la admiración por la poesía de Lee Masters, un modelo constante, son algunos de los temas tratados en este volumen que se cierra con el capítulo que estudia la recepción de la obra de Pavese en la poesía española desde finales de los años sesenta y su repercusión en autores como Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo o Carlos Barral.
Santos Domínguez