Apoptosis.
Prólogo de Ana Martín Puigpelat.
Legados Ediciones. Madrid, 2015.
Los libros son tan fieros como la vida,
se pudren,
rebosando placenta y miembros mutilados.
El temblor es la lengua de los vivos,
un horizonte abierto que desgasta.
Descubrimos que había un diente de ratón
y letrinas llenas de cerraduras.
Por fin todo lo inmundo reposa allí,
entre el follaje,
y la córnea es de nieve y narcisos muriendo.
Al otro lado el sol,
como todo lo bello
se esconde siempre al otro lado.
Discursivos o elípticos, arriesgados en su intensidad emocional y desobedientes en su potencia expresiva, los poemas de Apoptosis, que publica Legados Ediciones, revelan la voz de una autora consciente del valor de las palabras y de su lugar de luz frente a la sombra.
Desde esa conciencia de la capacidad sanadora de la palabra, los textos de Lidia Gómez Pérez cierran cicatrices sobre la herida de un futuro que nace sin raíces. Coexisten en ellos la muerte y la vida como confluencias de la memoria y la mirada en un viaje hacia ese otro lado donde se esconde el sol.
En los textos de Apoptosis, que reconstruyen el viaje desde la pena que urden los poemas de la primera parte a la claridad que sabe a tiempo nuevo de la tercera, caben el mundo y sus aristas, la vida entera y la capacidad poética de quien abre los ojos para ver la noche todavía o los tiende para estrenar la vida.
Santos Domínguez
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