Ricardo Piglia.
El último lector.
Debolsillo. Barcelona, 2014.
Un espléndido relato metafórico con ecos de Borges y Cortázar abre El último lector, un conjunto de ensayos breves en los que Ricardo Piglia hace una interpretación de la figura del lector.
Enmarcados entre ese prólogo y el epílogo, seis capítulos integran el ensayo en un tono narrativo para abordar la función del lector dentro del libro, el cambiante papel que de él refleja la literatura. Y muestran a un Kafka que en las cartas a Felice busca una lectora más que una amante, a un Borges que concibe la ficción como teoría de la lectura, o hablan del papel del lector en la novela negra, de Robinson y la lectura como salvación, de la lectura creativa como fuente de sentido y como impulso de la vida activa en el Quijote o como expresión de la interioridad en Hamlet.
Como ellos, los lectores imaginarios, Che Guevara, Anna Karenina y su linterna, Cortázar o el Ulysses proponen respuestas diferentes a la pregunta esencial del libro: ¿Qué es un lector? Esa pregunta es el motor de estas reflexiones y el título de su primer capítulo, pero es también y sobre todo la pregunta fundamental de la literatura, la que en su respuesta contiene el sentido de la escritura. Esta es la que propone Piglia: Un lector sería entonces el que encuentra sentido en un libro y preserva un resto de la tradición en un espacio donde impera otra serie (el terror, la locura, el canibalismo) y otro modo de leer los signos.
Junto con Crítica y ficción y Formas breves, recuperados también ahora por Debolsillo, El último lector forma una suerte de trilogía reflexiva de Piglia. Como en esos libros, también aquí el autor establece una estrecha relación entre la lectura y la vida que le lleva a cerrar así el epílogo: Este libro es acaso el más personal y el más íntimo de todos los que he escrito.
Santos Domínguez