Octavio Paz.
Itinerario poético.
Prólogo de Alberto Ruy Sánchez.
Atalanta. Gerona, 2014.
Estas lecturas retrospectivas han provocado en mí emociones y sentimientos contradictorios: simpatía y repulsión por el que yo fui, aprobación y disgusto por lo que escribí. El asentimiento y la negación conviven y batallan en mi interior. Así, no puedo ni siquiera juzgarme. No me condeno ni tampoco me absuelvo. Me limito a verme y, para decir la verdad, a soportarme. No obstante, en la medida que puedo ser objetivo, que es muy pequeña, advierto que cambio y continuidad son dos notas constantes en mis trabajos poéticos: dos polos, dos extremos contrarios que me han atraído desde que comencé a escribir.
Con esas palabras iniciaba Octavio Paz el martes, 18 de marzo de 1975, la quinta conferencia de un ciclo de seis que impartió en el Colegio Nacional de México y en las que resumió su itinerario poético, su evolución ideológica y su trayectoria vital uno de los autores imprescindibles de la poesía en español en el siglo XX.
Estas seis conferencias permanecían inéditas y acaban de aparecer en Atalanta, en una cuidada edición prologada por Alberto Ruy Sánchez, que explica en su prólogo –El incierto regreso del tiempo- que aunque se anunciaron como conferencias y se llevaron a cabo como lecturas de poemas comentados, los seis actos públicos que Octavio Paz decidió hacer en 1975 fueron mucho más que eso. […] El ciclo entero se convirtió para el poeta en una especie de ritual público del "fuego nuevo", que él describiría como "la ceremonia de los aztecas donde el tiempo que acaba es el tiempo que comienza. […] Si su obra de creación y su reflexión son "dos alas del mismo pájaro" que vuela alto y veloz hacia el fuego del sol, estas conferencias son la columna vertebral de ese vuelo.
A aquellas alturas, con cuarenta años de escritura a sus espaldas, Paz había escrito ya la parte fundamental de su obra, lo que convierte estas conferencias en una antología comentada que recorre sus poemas esenciales, en una elucidación de sus claves, en una confluencia de poesía, vida y pensamiento.
Entre el barroquismo y la vanguardia, entre el compromiso y la meditación, de los tanteos de Raíz del hombre, su primer libro, a Ladera este, de Libertad bajo palabra a Salamandra, Paz explica en estas charlas las diversas estaciones de su viaje poético y vital, expresa el reconocimiento por los autores que marcaron su evolución estética e ideológica y revela el sentido de algunos de sus poemas fundamentales: Elegía interrumpida, Himno entre ruinas, Piedra de sol, Blanco, Viento entero, Vuelta o Nocturno de San Ildefonso.
Entre 1935 y 1996, Paz desarrolló una de las aventuras literarias más ambiciosas y duraderas de la literatura contemporánea en español. Poesía y ensayo, intuición y reflexión, conocimiento y sensaciones, ambición expresiva y hondura indagatoria se unen en una obra que se mueve siempre entre la tradición y la modernidad, entre lo clásico y la vanguardia, en un debate que comparte con el grupo del 27 porque Octavio Paz forma parte de la misma cultura, de la misma lengua y casi del mismo momento histórico.
Desde la tensión entre escritura e historia de la poesía comprometida a un enfoque más abstracto y conceptual, entre el testimonio y la revelación, entre la ética y la estética, Paz construyó un mundo poético potente e inconfundible, un universo literario inaugurado con un primer ciclo que se resume en Libertad bajo palabra, al que luego seguirían otras direcciones y tentativas, como él mismo las llama.
Octavio Paz es autor de una poesía cambiante en la metamorfosis del clavel y la roca y atravesada siempre por la profunda conciencia autocrítica del creador que se expresa en estas conferencias como dueño de su mundo poético y que ejerce una influencia decisiva en la poesía en español. Entre lo fugaz y lo perpetuo se alza, como señaló Saúl Yurkievich, la verticalidad de su palabra contra el tiempo horizontal, una integración ejemplar de espíritu y forma, de memoria y presente, de lo intelectual y lo sensorial, de lo racional y lo onírico, del ritmo interior y la imagen externa.
En su evolución de la soledad a la comunión con el mundo y con el otro, en su paso de lo personal a lo universal, la poesía de Paz, mutante y autorreflexiva, sometida a un movimiento de rotaciones y traslaciones, obedece al acorde de la conciencia de un creador que proyecta constantemente su reflexión crítica -la escritura sobre la escritura- sobre una poesía como la suya, que indaga en el vínculo esencial que define cualquier obra: el que se establece entre el poeta, la palabra y el mundo.
Instalada en la tradición de la ruptura propia de la poesía contemporánea, la poesía de Paz es una integración de tradiciones (occidental, azteca, oriental, la poesía contemporánea, sobre todo del superrealismo), de lo mágico y lo conceptual, del lenguaje y el conocimiento, del tiempo histórico y el tiempo sin tiempo del mito.
De la soledad a la trascendencia, en una suma de conciencia e inspiración, la reflexión sobre el lenguaje y su nexo entre lo tangible exterior y lo inefable interior se expresa en poemas cortos, elípticos y sincopados, o en poemas largos de vocación narrativa, discursivos o abstractos como Blanco, quizá la cima de su segunda etapa y de toda su poesía, que instalada en un presente perpetuo, en su tiempo circular, es una honda exploración incansable en la identidad y en la realidad, en la naturaleza y en la temporalidad, en la palabra y el silencio, en los límites de la escritura y el conocimiento, a través de un proceso de abstracción que culmina en Salamandra y que en Ladera este se resuelve en un cambio de actitud intelectual y sensorial ante la palabra y el mundo, que suma la contemplación y la reflexión.
Una aportación imprescindible al centenario de Octavio Paz, que afirma en uno de estos textos:
Una de las heterodoxias del mundo moderno, desde hace dos siglos, ha sido la poesía. La poesía y el arte sucesivamente expulsados y, después, hipócritamente consagrados por los poderes sociales.
Santos Domínguez