John Barth.
El plantador de tabaco.
Traducción y prólogo de Eduardo Lago.
Sexto Piso. Madrid, 2013.
Sin las connotaciones negativas que tenía la canción del verano, este es uno de los mejores libros para este verano.
Por su calidad, por la diversión constante que ofrecen sus páginas, por lo bien que lo ha editado Sexto Piso y por la espléndida traducción de Eduardo Lago, El plantador de tabaco, de John Barth, podría ser el libro del verano para muchos de los lectores que tengan la suerte de acercarse a esta novela voluminosa ambientada en Maryland y protagonizada por un poeta virgen y torpe de finales del XVII, Ebenezer Cooke.
Su verdadero argumento es el placer de contar por contar, con la pureza -escribe Eduardo Lago en su prólogo, El mar de todas las historias- con que Sherezade quería que se hiciera, una historia prodigiosa tras otra.
Un mar sin fondo. Uno de los mejores libros para apurar gozosamente estos días de vacaciones y recuperar el placer de leer por leer un clásico contemporáneo. No se lo pierdan. Entenderán por qué dice Eduardo Lago que esta obra ha sido una de las experiencias más fascinantes que he tenido en mi vida de lector.
Santos Domínguez