William Wordsworth.
La abadia de Tintern.
Edición y versión de Gonzalo Torné.
Lumen. Barcelona, 2012.
La abadia de Tintern.
Edición y versión de Gonzalo Torné.
Lumen. Barcelona, 2012.
Junto con Coleridge, el otro poeta de los lagos, Wordsworth (1770- 1850) fundó el movimiento romántico inglés con la publicación de las Baladas líricas, un libro escrito entre los dos.
A ese libro pertenecía Tintern Abbey, un poema –casi panteísta, casi incestuoso- que Worsdworth fechó el 13 de julio de 1798 tras un segundo viaje a ese lugar emblemático del sur de Gales. Decidió añadir ese texto para cerrar la edición que se estaba preparando de las Baladas líricas, que aparecerían ese mismo año y que contenían veinte poemas suyos y cuatro de Coleridge.
A ese libro pertenecía Tintern Abbey, un poema –casi panteísta, casi incestuoso- que Worsdworth fechó el 13 de julio de 1798 tras un segundo viaje a ese lugar emblemático del sur de Gales. Decidió añadir ese texto para cerrar la edición que se estaba preparando de las Baladas líricas, que aparecerían ese mismo año y que contenían veinte poemas suyos y cuatro de Coleridge.
Desde entonces, con El Preludio, La abadía de Tintern -Versos compuestos unas cuantas millas más arriba de la abadía de Tintern- se ha consolidado como la mejor composición de Worsdworth y como uno de los poemas canónicos de la poesía inglesa.
Con ese texto que cerraba las Baladas se abre la antología bilingüe que publica Lumen con selección, traducción y prólogo de Gonzalo Torné.
Los trece poemas que constituyen el volumen contienen las claves líricas y temáticas de la poesía romántica: las ruinas medievales, la conciencia del tiempo, el sentimiento de la naturaleza, el sueño y el ensueño y la crisis del racionalismo, la proyección de los estados de ánimo en el paisaje, un paisaje mental que refleja la relación problemática del poeta con el mundo, la soledad o la distancia entre la naturaleza y la conciencia.
Todos esos temas y una actitud profundamente subjetiva vertebran una poesía que, en palabras de Gonzalo Torné, apenas trata de nada.
La montaña y los bosques, las ruinas y el río, el viejo vagabundo que caza sanguijuelas, el hermano muerto en un mar tenebroso, el mendigo de Cumberland, independiente y radicalmente libre, el suicidio de la primera viuda de la guerra de Troya, el amor y la muerte en el ciclo de poemas a Lucy, el paraíso perdido de la infancia... son algunos de los temas que recorren estos poemas espléndidamente traducidos por Gonzalo Torné, a cuyo prólogo –Entusiasta conciencia desdichada- pertenecen estas palabras:
Worsdworth hizo algo con la poesía occidental que no puede ignorarse, de manera que cualquiera que escribe o lee poesía, lo sepa o no, la lee y la escribe worsdworthizada.
Al poema que da título a la antología pertenecen estos versos:
Porque he aprendido
a mirar la naturaleza, no como en la época
de mi juventud irreflexiva, sino escuchando a menudo
la sosegada y triste música de la humanidad,
ni áspera ni disonante.
a mirar la naturaleza, no como en la época
de mi juventud irreflexiva, sino escuchando a menudo
la sosegada y triste música de la humanidad,
ni áspera ni disonante.
Todos esos temas y una actitud profundamente subjetiva vertebran una poesía que, en palabras de Gonzalo Torné, apenas trata de nada.
La montaña y los bosques, las ruinas y el río, el viejo vagabundo que caza sanguijuelas, el hermano muerto en un mar tenebroso, el mendigo de Cumberland, independiente y radicalmente libre, el suicidio de la primera viuda de la guerra de Troya, el amor y la muerte en el ciclo de poemas a Lucy, el paraíso perdido de la infancia... son algunos de los temas que recorren estos poemas espléndidamente traducidos por Gonzalo Torné, a cuyo prólogo –Entusiasta conciencia desdichada- pertenecen estas palabras:
Worsdworth hizo algo con la poesía occidental que no puede ignorarse, de manera que cualquiera que escribe o lee poesía, lo sepa o no, la lee y la escribe worsdworthizada.
Santos Domínguez