13/6/11

Fumaroli. La diplomacia del ingenio


Marc Fumaroli.
La diplomacia del ingenio.
De Montaigne a La Fontaine.

Traducción de Caridad Martínez.
Acantilado. Barcelona, 2011.

Los dieciséis ensayos que Marc Fumaroli reúne en La diplomacia del ingenio, que publica Acantilado con traducción de Caridad Martínez, se centran en la prosa del clasicismo francés del siglo XVII. De Montaigne a La Fontaine, de los últimos Valois a los primeros Borbones, Fumaroli recorre una episodio crucial en la literatura francesa: la configuración de la prosa literaria.

Sus dieciséis capítulos van precedidos de un prefacio que es en realidad otro ensayo que proyecta una visión general sobre el conjunto de la obra, sobre la conexión entre los distintos capítulos y sobre su sentido global, sobre la relevancia social del estilo y su relación con el sentido común y, en definitiva, una panorámica de la construcción de un modelo social basado en la prosa como instrumento de entendimiento entre los franceses.

Escritos a lo largo de más de treinta años, estos ensayos muestran una serie de líneas que convergen en un centro: el proceso de fijación de un canon de modernidad a través de la prosa y de géneros nuevos (ensayos, memorias, correspondencia) en los que esa prosa fija el canon del buen uso de la lengua literaria francesa.

Un canon que perdura en la actualidad y combina la claridad y el refinamiento en una prosa sin afectación que refleja el buen hablar y el sentido común. Frente a la agudeza del barroco español, la prosa clásica francesa asume la claridad del arte de la conversación. Y frente al ingenio elitista y oscuro de la literatura para minorías, esa prosa usa un estilo abierto, transparente y socializador pensado para el intercambio entre personas. La configuración de esa prosa pasó a ser a la vez asunto de estado e instrumento de vínculo social: el tejido conjuntivo de la nación francesa.

Fue Montaigne quien, a la vez que creaba el nuevo género del ensayo, usaba en su prosa el estilo de la libertad, un estilo intermedio entre la altura literaria y el uso corriente. Así empezó a consolidarse un modelo estilístico capaz de combinar la elegancia y la transparencia.

No se trataba, por tanto, de una mera cuestión de estilo, sino de algo más hondo y más transcendente: de la construcción de un modelo cultural y social que sería durante décadas el más representativo de la modernidad literaria en Europa.

Tan representativo, tan vigente, que la lucidez, el rigor y la hondura de Marc Fumaroli tienen su mejor cauce en la excelencia de una prosa como la suya, templada en el espejo de los modelos clásicos que aborda en estos estudios.

Santos Domínguez