Gastón Baquero (1914-1997) fue uno de los grandes poetas y ensayistas cubanos del siglo XX. Exiliado en España desde 1959, Renacimiento acaba de reunir en un espléndido volumen los artículos y ensayos que escribió Baquero en torno a los escritores andaluces. Lo edita en su colección Iluminaciones con una Intromisión preliminar de Alberto Díaz-Díaz.
De Góngora a Cernuda, pasando por Bécquer o Machado, se recogen en Andaluces textos dispersos que Gastón Baquero publicó en periódicos y revistas. Porque –como escribió en unos versos que se evocan al frente de este libro- la frontera andaluza está en La Habana y su sensibilidad y su estética barrocas le sitúan cerca de uno de los rasgos de lo andaluz.
De las dos decenas largas de textos recopilados aquí, casi la mitad tienen como referente la obra de Juan Ramón Jiménez, al que Gastón Baquero tenía por el mayor poeta de la historia del castellano. El recuerdo de una lectura pública de Juan Ramón en La Habana en 1937, la memoria de sus tertulias lamentables en el Vedado o la evocación de una conferencia radiofónica en la que le acompañó son el motivo de unos textos en los que Baquero expresa su fervor por el Poeta-Poeta en constante viaje hacia lo auténtico, el fruto más maduro de la tradición poética española.
Pero eso no es todo. La defensa de la dificultad de Góngora frente a las prosificaciones que lo desgongorizan; un elogio doble de Bécquer en el centenario de su muerte y en el recuerdo de su nacimiento, de sus raíces sevillanas y su influencia en América; la reivindicación del Antonio Machado más lírico; una carta habanera de Lorca que inspiró a Baquero el espléndido poema Himno y escena del poeta en las calles de La Habana y una inteligente conferencia sobre la poesía de Luis Cernuda completan un interesantísmo conjunto de textos en los que brillan por igual la aguda inteligencia crítica de Gastón Baquero y su excelente prosa.
De Góngora a Cernuda, pasando por Bécquer o Machado, se recogen en Andaluces textos dispersos que Gastón Baquero publicó en periódicos y revistas. Porque –como escribió en unos versos que se evocan al frente de este libro- la frontera andaluza está en La Habana y su sensibilidad y su estética barrocas le sitúan cerca de uno de los rasgos de lo andaluz.
De las dos decenas largas de textos recopilados aquí, casi la mitad tienen como referente la obra de Juan Ramón Jiménez, al que Gastón Baquero tenía por el mayor poeta de la historia del castellano. El recuerdo de una lectura pública de Juan Ramón en La Habana en 1937, la memoria de sus tertulias lamentables en el Vedado o la evocación de una conferencia radiofónica en la que le acompañó son el motivo de unos textos en los que Baquero expresa su fervor por el Poeta-Poeta en constante viaje hacia lo auténtico, el fruto más maduro de la tradición poética española.
Pero eso no es todo. La defensa de la dificultad de Góngora frente a las prosificaciones que lo desgongorizan; un elogio doble de Bécquer en el centenario de su muerte y en el recuerdo de su nacimiento, de sus raíces sevillanas y su influencia en América; la reivindicación del Antonio Machado más lírico; una carta habanera de Lorca que inspiró a Baquero el espléndido poema Himno y escena del poeta en las calles de La Habana y una inteligente conferencia sobre la poesía de Luis Cernuda completan un interesantísmo conjunto de textos en los que brillan por igual la aguda inteligencia crítica de Gastón Baquero y su excelente prosa.
Santos Domínguez