12/9/08

Mujeres


Mihail Sebastian.
Mujeres.
Traducción y prólogo de Marian Ochoa de Eribe.
Impedimenta. Madrid, 2008.


“Judío, rumano y danubiano”, Mihail Sebastian (1907-1945) forma parte, junto con Mircea Eliade, Ionesco o Cioran, del excepcional grupo de escritores que produjo el Bucarest de entreguerras. Mujeres (1933) fue su primera novela y la acaba de publicar Impedimenta por primera vez en castellano con traducción y prólogo de Marian Ochoa de Eribe.

Es todavía una obra de aprendizaje que tiene como eje argumental las diferentes experiencias amorosas de Stefan Valeriu, protagonista, narrador y receptor de distintos episodios que forman parte de la educación sentimental del personaje.

A través de cuadros breves e intensos, elaborados con una técnica conductista que atiende al diálogo y al gesto, se abordan los comportamientos opacos de seis mujeres muy distintas, que tienen algo en común: cada una de ellas es un mundo lejano e inaccesible.

Ese es uno de los aspectos más destacados de la novela: los distintos asedios a la psicología femenina. Entre el deseo y la fealdad, el placer y el voyeurismo, en brazos de la mujer madura o en los de una joven adolescente, el protagonista – activo o pasivo- siempre está frente a un ser distante y misterioso al que el narrador se acerca a través del matiz, la perplejidad o la sugerencia.

Al ejercicio de estilo que es Mujeres contribuye de manera decisiva la utilización de las tres personas de la narración. En tercera, primera o segunda persona, la utilización de las variadas voces narrativas forma parte del adiestramiento del escritor, pero es también un eficaz instrumento de aproximación al complejo mundo de los sentimientos.

Y algo más, igualmente interesante desde el punto de vista técnico: la adopción de una voz narrativa u otra implica construir el personaje desde dentro, con la primera persona; acercarse a él desde la distancia de la tercera o enfocarlo desde el lugar intermedio que marca la segunda persona.

Por eso Mujeres, además de la educación sentimental del protagonista, refleja también el proceso de formación y aprendizaje de un autor como Sebastian que está haciéndose dueño de su mundo narrativo.

Santos Domínguez