4/3/20

La epopeya de una derrota


Luis Gonzalo Díez.
La epopeya de una derrota. 
El demonio de la política en los Episodios nacionales de Galdós.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2020.

“Los Episodios constituyen una deslumbrante reflexión narrativa sobre las actitudes psicológicas prevalecientes en una sociedad enferma de política [...]
Igual que a Galdós la experiencia del XIX en España le llevó a un cierto escepticismo respecto de los procesos revolucionarios, a nosotros la experiencia abrumadora del XX también nos ha vacunado, hasta cierto punto, contra las utopías políticas. El novelista canario advirtió que el desmantelamiento del absolutismo provocaba una lucha abierta por el poder entre diversos grupos y personalidades que sumió a España en una espiral de desorden e inestabilidad. La lógica facciosa de la política española del XIX motivó el incumplimiento de la promesa nacional de la revolución liberal. Pero Galdós respondió a este hecho con la esperanza de que el siglo XX cumpliese aquella promesa. El escepticismo histórico inherente a su desencantada visión de la España del XIX no fue su última palabra política, tal y como queda claro en la última novela, Cánovas (1912), de los Episodios.[...]
El tenso equilibrio entre conocimiento histórico y compromiso político representa una herencia sugestiva de los Episodios nacionales. Y más en un presente como el nuestro en que la «política de la fe», debido a las barbaries del XX cometidas en su nombre, suena a totalitarismo, a negra utopía; mientras que la «política del escepticismo» suena a justificación resignada e impotente de lo establecido”, escribe Luis Gonzalo Díez en el prólogo de La epopeya de una derrota. El demonio de la política en los Episodios nacionales de Galdós, que acaba de publicar Galaxia Gutenberg.

Con ese planteamiento inicial, a partir de un recorrido minucioso por las cinco series de los Episodios, el volumen aborda cuestiones centrales como el presentimiento galdosiano de los abismos políticos del siglo XX, entre el destructivo culto a los nacionalismos y los impulsos revolucionarios y autoritarios.

Se enfocan así los Episodios nacionales como una reflexión de fondo que va más allá de las circunstancias históricas para adquirir una dimensión casi profética sobre lo que habría de ser la historia del siglo XX.

Organizado en tres partes, la primera se centra en el despertar de la conciencia nacional, en la aparición de un nacionalismo emocional, apolítico y humanitario que parte de la realidad cotidiana de los hombres comunes en los episodios de la primera serie, porque –escribe Luis Gonzalo Díez- “los Episodios nacionales comienzan con la irrupción del sentimiento de nacionalidad, con el advenimiento de un mundo donde el pueblo toma conciencia de su protagonismo.” 

En la figura de Gabriel Araceli, el narrador de la primera serie, se concreta la conciencia de ese nacionalismo universalista ilustrado y tolerante que nada tiene que ver con el fanatismo excluyente de los nacionalismos posteriores y que se perfila en Trafalgar, Zaragoza o Cádiz.

Y así se inicia un recorrido minucioso por cada uno de los Episodios nacionales en este estudio que en su segunda parte aborda el cisma ideológico de las dos Españas en las novelas de la segunda serie, desde El equipaje del rey José a El terror de 1824 o Los apostólicos. 

Porque del fervor patriótico idealista se pasaría al prosaísmo y al escepticismo, como de la figura inocente de un Gabriel Araceli bondadoso y patriota, anterior a la política, se pasa a la de otro narrador muy distinto, el atormentado y afrancesado Salvador Monsalud. Dos narradores tan dispares como las circunstancias en las que viven. 

Se transita de esa manera de la idea de la historia como construcción popular frente al poder a una idea de la historia como intriga, en esos episodios de la segunda serie enturbiados por las disensiones y las conspiraciones.

Sobre las herencias del desorden y la división nacional giran los Episodios de la tercera y cuarta series, que Galdós culminó debatiéndose entre la amargura y la esperanza. 

Desde Zumalacárregui a La de los tristes destinos, las tensiones entre tradición y  revolución, entre heroísmo y barbarie atraviesan esas dos series que dibujan una realidad compleja y conflictiva atravesada por la inestabilidad política y el desorden social que generaron las guerras.

Y así el análisis de personajes y situaciones permite seguir en este ensayo el trazado galdosiano de una España problemática de conspiraciones y camarillas liberales y absolutistas, de patriotas y afrancesados, de fanáticos y oportunistas, de idealistas y demagogos, de revolucionarios y reaccionarios.

Son el reflejo de una España dividida en facciones y abocada a las guerras civiles porque “Galdós intuyó en la guerra y la revolución en que se engendró la España contemporánea mucho más que el paso de un sistema de gobierno y de un tipo de sociedad a otros, mucho más que el advenimiento de la idea moderna de nación. Lo que intuyó, tras un primer momento de unidad nacional, fue el cisma ideológico que dividió el país en facciones irreconciliables e inauguró toda una época de desorden e inestabilidad.”  

Entre la moral y la ideología, entre la pasión y el pensamiento acabaron imponiéndose la violencia política y el desorden, “que -explica el autor- ha convertido el sueño de un Gabriel Araceli en una espantosa pesadilla política. [...] Galdós, partiendo del sueño nacional de Araceli, que fue flor de un día, se adentró lanza en ristre en el páramo de los hechos para fabular desde la historia contra la historia.” 

Se completa de esa manera una lectura contemporánea de los Episodios que justifica así Luis Gonzalo Díez: 

Reconozco que no he podido o sabido leer a Galdós sin la experiencia del siglo XX a mis espaldas. Esta lectura creo que me ha ayudado a entender mucho mejor la profundidad de su inteligencia histórica. 

Santos Domínguez