Los demonios.
Edición de Ricardo San Vicente.
Traducciones de Luis Abollado y Ricardo San Vicente.
Prólogo de Augusto Vidal.
Epílogo de Monika Zgustova.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2017.
Con edición de Ricardo San Vicente, Galaxia Gutenberg publica Los demonios, la que para Pietro Citati es la mejor novela de Dostoyevski, superior en perfección y en intensidad a Crimen y castigo y a Los hermanos Karamazov.
Es una crítica profética del socialismo y el anarquismo y de las construcciones de la utopía que tiene como telón de fondo la fuerte presencia en la sociedad rusa de aquellos demagogos de la nueva fe integrados en los círculos revolucionarios de los que formó parte el propio Dostoyevski.
En ese sentido, es un ajuste de cuentas con su propio pasado, con una militancia que le llevó a la condena a muerte y a un largo cautiverio de trabajos forzados en Siberia. Tenía 50 años cuando la publicó con un gran éxito de ventas y una acogida polémica, pues le valió el rechazo de la izquierda y el reconocimiento entre los sectores reaccionarios, que empezaron a invitarle a publicar en sus medios y a participar en sus fiestas.
“En Los demonios Dostoyevski quería demostrar que el ateísmo y el socialismo son ajenos al pueblo ruso y hasta incompatibles con su naturaleza. Según Dostoyevski, en Rusia era inútil intentar establecer un régimen social sin Dios, basado exclusivamente en la ciencia y en la razón”, escribe Augusto Vidal en su prólogo sobre la historia y la prehistoria de Los demonios, una novela en la que –concluye- “la preocupación política, ‘tendenciosa’, llevó a Dostoyevski a olvidarse, quizá por primera y última vez, de los ‘humillados y ofendidos’, por los que tuvo siempre tanto interés, tanta comprensión y tanto afecto.”
Además de una obra crucial en la trayectoria de Dostoyevski, Los demonios es una brillante manifestación de su capacidad como novelista: la arquitectura de su construcción en tres partes, la modulación de la intriga, la densidad de la acción, la intensidad de los diálogos, la complejidad de los personajes, la importancia de los puntos de vista y de las voces de los personajes hacen de esta novela una de las cimas de su narrativa.
Lo político y lo psicológico se entrecruzan en dos tramas desarrolladas por personajes brutales y fascinantes -Verjovenski y Shátov, Stavroguin y Tijon- en torno a los que se construye esta novela política en la que el análisis psicológico convive con la crítica ideológica y moral.
La edición incluye en apéndice la confesión de Stavroguin que Dostoyevski retiró de la versión definitiva de la novela, y se cierra con un epílogo –‘La novela que anticipó nuestra época’- de Monika Zgustova, que presenta Los demonios como una novela premonitoria, “una de las novelas más modernas del siglo XIX”, porque anticipa no sólo las corrientes literarias posteriores, sino la situación de Rusia y Europa a lo largo del siglo XX y el fenómeno del terrorismo contemporáneo: “Los demonios se puede leer en clave de una defensa de la libertad y como una crítica acérrima, una advertencia y una premonición del Estado totalitario que tardaría medio siglo en producirse.”
Santos Domínguez