Floreced mientras.
Poesía del Romanticismo alemán.
Edición bilingüe
de Juan Andrés García Román.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2017.
“¿Quién viaja más feliz, quien va despierto / o el pasajero a ciegas por la noche?”, escribía Joseph von Eichendorff en los dos versos finales de Consuelo, un espléndido poema que forma parte de la amplia antología de poesía del Romanticismo alemán que publica Galaxia Gutenberg en edición bilingüe de Juan Andrés García Román, poeta y acreditado traductor de los Poemas a la noche de Rilke -“un romántico muy tardío”- o las Elegías de Hölderlin, de quien -'Floreced mientras', escribía en El archipiélago- toma su título el volumen.
Una antología representativa de la pluralidad de aquel movimiento poliédrico y contradictorio, pero fundamental en la formación de la mentalidad y la sensibilidad contemporáneas, porque el Romanticismo, que fue la consecuencia cultural de la Revolución Francesa, promovió su propia revolución en el terreno estético e ideológico.
La ruptura de lo clásico, el triunfo de lo individual sobre lo colectivo, la exuberancia del corazón en el sentimiento desbordado, el exceso del yo frente al fracaso de la sobria razón ilustrada o la concepción de la poesía como forma de conocimiento son algunas de las claves de un movimiento que, más allá de las modas fugaces, contempla el mundo como obra de arte, reivindica el misterio nocturno y la rebeldía y expresa el malestar del artista que ha sido desplazado a los márgenes de la actividad social.
Una introducción honda y lúcida sobre la poesía romántica –‘la capital del arte’- abre esta amplia selección sobre un movimiento que rompió las diferencias genéricas, lo que explica que en sus producciones “la crítica tiende a ser ella misma poesía y que la poesía tiende a ser ensayo” o que se integre en “un todo mayor, generalmente una novela.”
La selección de poemas ofrece una muestra abundante de lo que García Román define como “la democratización de lo poético”, que se refleja en el hecho de que “la ingente cantidad de poemas dignos escritos por poetas medianos defina el periodo más aún que su capacidad para legarnos poemas verdaderamente geniales, aunque los haya y constituyan un hito en la historia literaria.”
Por eso, junto a muestras de poesía trascendente y profunda o de la poesía del fragmento, central en autores como Novalis, hay en esta antología numerosos textos con un tono cantable en los que impera el carácter musical del capricho, la música convertida en contenido de unos poemas convertidos frecuentemente en lieder.
Entre el mayor de los Schlegel y Heine, esta antología ofrece una nutrida representación poética del Romanticismo alemán, con cimas como Novalis y Hölderlin, y una generosa muestra de poemas de F. Schlegel –“la verdadera chispa originaria del romanticismo alemán”-; de Runge y su sentimiento transcendente del paisaje; del ciclotímico Brentano, que integró tendencias contradictorias en su poesía musical, “delicada y bronca, apasionada y desengañada”; de Karoline von Günderrode, la pasional Safo romántica; de von Eichendorff, un brillante precursor del simbolismo; o de Heine, que ejerció una influencia decisiva en el tardorromántico Bécquer y “sentenció a muerte la poesía romántica” con su distancia irónica y su cercanía a la parodia.
De él es este fragmento de Los dioses de Grecia, el penúltimo poema recogido en Floreced mientras:
Se apagó hace ya tiempo
la inextinguible risa de los dioses.
¡Yo nunca os quise, oh dioses!
Porque siempre les tuve antipatía a los griegos
y a los romanos hasta los odiaba.
Pero santa piedad, horrenda compasión
cruzan mi corazón
cuando ahora os contemplo en lo más alto,
dioses abandonados,
muertas sombras noctámbulas,
jirones de la niebla aspaventados.
Tras la antología bilingüe, un apartado importante –Teorías- ofrece reflexiones imprescindibles de Novalis, Jean Paul o Schlegel sobre la creación poética. Cierran el volumen unas esclarecedoras notas finales sobre los autores y los mundos poéticos que aparecen en los textos recogidos en esta amplia muestra.
Santos Domínguez